El ministro de la Inmigración y la Identidad Nacional francés, Eric Besson, ha traído este jueves un inesperado ejemplo para sostener la necesidad de prohibir el nikab o burka. Besson se ha referido a los enanos que, voluntariamente, eran lanzados en las fiestas, “a veces a cambio de elevadas sumas”. La “dignidad” de la República impedía aceptar eso, así que se prohibió. (Valga como digresión: uno de los más ilustres enanos volantes fue Buster Keaton, cuyo padre lanzaba en las ferias de barraca, incluso contra el público que se burlaba de su madre, que tocaba el piano). En este caso no hace falta que la musulmana de estricto cumplimiento sea lanzada, simplemente que camine por la calle (salvo en carnaval, imagino).