El campo antiburka
La comisión parlamentaria sobre el burka ha tenido sus más y sus menos y ha estado a punto de no aprobar sus recomendaciones. Solo el voto del presidente de la comisión, el comunista André Gérin, ha salvado in extremis el texto. El informe carga las tintas sobre el supuesto atropello a los derechos humanos, la exclusión social del velo integral y la propaganda del salafismo integrista. De ahí que los críticos hayan expresado más o menos este argumento: si es una cuestión tan grave, no basta una prohibición solo en los lugares públicos, sino en todos los ámbitos. El problema está en que entre la prohibición en los lugares públicos y en la calle hay un Tribunal Constitucional y un Tribunal de Derechos Humanos en Estrasburgo que puede arruinar el más republicano de los argumentos.
Maite dijo
Si quieren usar burka que se vayan a su pais, que cuando las mujeres entramos en su país nos obligan a cubrirnos la cabeza con un pañuelo. Es de verguenza que tengamos que tolerar su uso, las mujeres no somos objetos ni tienen derecho los hombres de allá a que las mujeres se tapen cuando ellos no tienen ningún pudor a mirar a las demás como si fueran objetos y ellos fueran seres superiores, cuando le deben la vida a una mujer. No se deberia debatir sino prohibir su uso en otro país que no sea el suyo. Hay que hacer lo que vieres alli donde fueres. Es decir fuera de su país fuera burka, ya que debajo pueden meter armas y de todo y como no se les ve pasan desapercibidos.
26 ene 2010