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Felicidad

Por primera vez el Instituto de Estadística francés (Insee) publica un nuevo índice, pobreza y nivel de vida, que pretende plasmar las ideas de Joseph Stiglitz para medir el bienestar y la felicidad. Uno de cada cinco franceses ha atravesado un período de pobreza, asegura el Insee, que incluye en ese término también la privación y la inseguridad. Perseveremos en ese esfuerzo, hermanos, porque algún día encontraremos la estadística adecuada para encerrar la felicidad en el canon preciso. Llegaremos a convertirla en un objeto económico y podremos traficar con ella. ¡Qué felicidad!

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Aprender con pocas cosas dándolos el máximo rendimiento a ser felices y el resto compartirlo entre amigos, no hace falta tirar el dinero comprando para dar muy poco uso mejor intercambiar, reutilizar, a cualquiera le sabe mal ver coger comida a un vecino del contenedor no puede consentirse este vecino tire la comida que le sobra a la basura y le eche la culpa al gobernante.


Este supuesto estudio de la felicidad es sospechoso, pues hablábamos en tertúlia los amigos democrátas liberales sobre ello, comentando que el estado natural de la mente es salud, alegría, felicidad. Por ello en ese estado natural, inhato de felicidad, las únicas actividades que apetecen hacer son aquellas que nos divierten, despreocupándonos de todo aquello que en la cotidianidad serían un infierno.
Decíamos al comienzo que era sospechoso el tema, pues da lugar a pensar, que lo que la población padecemos es ausencia de esa naturalidad del estado mental, faltando ese agregado de la felicidad, ¿y qué sucede cuando alguien no es feliz?, pues busca consuelo, busca apoyo, ¡y quién mejor que aquellos que están manejando nuestros ingresos financieros!.
Así, que el dilema es el siguiente, si somos felices no necesitamos de esos dirigientes u otros similares, pero si somos unos desgraciados será una dependencia hacia ellos.
Sospechamos (con humor), que lo que buscaba el estudio, no es ayudar a hallar la felicidad, sino a evitar que podamos hallarla. En fin, que cada uno piense lo que crea conveniente, pero ¡ojo!, es posible que entre chanza y chanza, risa y risa, algo de verdad haya en todo lo mencionado.

No esmas feliz el que mas cosas tiene si no el que más amor salud y libertad posee.
Clica sobre mi nombre


No llegaremos a convertirla en objeto económico, porque ya medio lo está: el Insee, siguiendo las ideas de Stiglitz, en la pobreza incluye la privación; que si no es de lo básico (alimento, vestido, educación, sanidad), no mata ni es perjudicial.

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Luis Miguel Úbeda


Luis Miguel Úbeda, veterano periodista de Radio Nacional, es corresponsal de esta emisora en París. Desde allí escribe esta Bitácora, un blog construido con entradas informativas de la actualidad francesa, muy sugestiva para un observador extranjero cuya función es precisamente servir de intérprete a los que están fuera. El encuentro con lo ajeno produce también saludables interrogaciones sobre lo propio, perspectivas más relativas, menos dramáticas y emocionales.
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