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La virgen de las bragas de la buena suerte

Al recibir su césar a la mejor interpretación femenina, a Sara Forestier (Le nom des gens) la emoción la embargó hasta el punto de que creyó llegado el momento de revelar ciertas intimidades. La primera, que había acudido a la ceremonia del Châtelet con sus bragas de la buena suerte. Y la segunda, que era “virgen” cuando interpretó el papel de jospinista que hacía proselitismo acostándose con hombres de derecha. Sin entrar en el argumento, la confesión dejó con la sonrisa congelada en los labios a más de uno.

3 Comentarios

¡La virgen! Confirma aquello de que para los cambios de marcha hay que embragar (con suerte).

Dijo lo que quiso. No sé si hizo bien o mal. Después de todo lo que se oye en las televisiones españolas tan solo haciendo zapping, estamos curtidos. A lo mejor llevaba una copita de más. Ay, Francia ya no es lo que era. Y pensar que antes ser virgen era un valor añadido.


Un agradecimiento extraño, la verdad; pero desde hace tiempo podemos esperar cualquier cosa.

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Mi comentario

Luis Miguel Úbeda


Luis Miguel Úbeda, veterano periodista de Radio Nacional, es corresponsal de esta emisora en París. Desde allí escribe esta Bitácora, un blog construido con entradas informativas de la actualidad francesa, muy sugestiva para un observador extranjero cuya función es precisamente servir de intérprete a los que están fuera. El encuentro con lo ajeno produce también saludables interrogaciones sobre lo propio, perspectivas más relativas, menos dramáticas y emocionales.
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