23 posts de marzo 2011

Esto no es una caja de herramientas

Es un mueble diseñado por Jean Nouvel (Torre Agbar, ampliación del Reina Sofía) expuesto en la galería Gagosian de París, que le hace reflexionar a uno sobre las porosas fronteras entre el arte, la artesanía, la genialidad y la chorrada. Como decía el filósofo, con mucho más fundamento que yo: entre lo sublime y lo ridículo.

Candidatos de amplio espectro

En las recientes elecciones cantonales ha surgido algún candidato de paja del Frente Nacional para rellenar listas. Fue el caso de Roger Marin, un jubilado de 93 años que no sale de su residencia. Y ahora, Sandra Kaz, señorita de compañía que sale mucho y que se presenta en páginas de contactos de Internet como Angunn, estudiante de literatura que habla fluidamente 6 lenguas. Síntesis perfecta de sexo, política, patriotismo, intelectualidad y don de gentes.

Debates que ocultan cosas

Los personalismos en la UMP, los malos resultados de las cantonales y los cálculos de futuro han envenenado el próximo debate sobre laicismo e Islam de Francia. Sarkozy no acaba de imponer el orden. El jefe del partido, Jean-François Copé, señala al primer ministro Fillon, cuyos adláteres le responden que si no está de acuerdo, que se vaya. Otros vierten opiniones no tanto sobre el debate en sí, sino sobre la derechización del partido, como Borloo.

Cuanto más se acentúa el desfase entre la realidad, lo que se dice sobre la realidad y las intenciones de cada uno, los debates políticos se vuelven estériles e inaudibles. Al final, solo quedan las ambiciones de unos y otros. Aunque eso es ya una clarificación, puede que provechosa.

¿Paliza o bofetada?

“Se había predicho una paliza, pero solo ha sido una bofetada”. El análisis de Thierry Mariani (UMP) de las cantonales francesas confortará a los del aquí no ha pasado nada y los que consideren que pocas enseñanzas se pueden extraer de unas elecciones locales propicias al castigo sin consecuencias graves. Pero si hubiera que calcular, a partir de este caso de voto real, quién perdería más de confirmarse estas tendencias de aquí a 13 meses, solo nos sale un nombre: Nicolas Sarkozy. El reactivo presidente tendrá que hacer sus cuentas y plantear una estrategia que incluya --hoy cada día más difícil-- el cierre de filas en torno a su persona.

Jean-Claude Guéant

No lleva un mes en el Ministerio del Interior y Jean-Claude Guéant ya se ha labrado su pequeña reputación de puntal del sarkozysmo para tratar de evitar la fuga de votos hacia el Frente Nacional. Empezó hablando de los franceses que pueden tener la “sensación de no estar en su propia casa”, de la “cruzada” de Sarkozy sobre Libia en el Consejo de Seguridad y, para rematar, la necesidad de que los usuarios de los servicios públicos como hospitales, no porten signos religiosos. Hasta ahora y entre bastidores, este antiguo prefecto hecho ministro ha servido bien a Sarkozy, quien empleó ese Ministerio para forjar su irresistible carrera al Elíseo. Guéant no aspira a emular a su mentor en esa faceta, por lo que solo le queda el discurso de la mano dura contra la delincuencia y el miedo a la inmigración islámica. Lo malo para él y para Sarkozy es que la historia solo se repite como tragedia y luego como farsa. Yo creo que esto es ya la farsa.

¿Quién da la primicia?

Los medios norteamericanos han adelantado la primicia: un Rafale francés ha derribado un aparato libio que habría desafiado la zona de exclusión aérea. El Estado Mayor francés ha tardado horas en confirmar la noticia, dejando en mala posición a los medios galos. Por la mañana, los militares franceses habían informado del bombardeo del aeródromo de Misrata (200 km al este de Trípoli). Unas horas más tarde precisaban que el aparato “derribado” había sido alcanzado en realidad allí mismo, un Galeb G-2 de fabricación yugoslava, que acababa de aterrizar tras ser detectado por un Awacs.

Sí a la guerra, si no dura

El 66% de los franceses apoya la intervención en Libia, contra un 34%, que se dice contrario, según una encuesta Ifop. Hace dos semanas, cuando todos dudaban de si habría o no operación, los porcentajes estaban prácticamente invertidos: 36% y 63%, respectivamente. La correlación de fuerzas ha cambiado por completo. Veremos si no vuelve a invertirse otra vez si las operaciones se prolongan y Gadafi no cae.

El FN divide a la UMP

La primera vuelta de las cantonales ha confirmado el papel central que va a tener el Frente Nacional en 2012. No tanto por su porcentaje, un 15%, sino por las divisiones que está provocando en la mayoría presidencial. La línea oficial de la UMP para la segunda vuelta se resume en el ni ni”, ni FN ni frente republicano, lo cual no ayuda a sus electores en las 200 circunscripciones donde la alternativa es FN-PS. El primer ministro Fillon, los centristas de la coalición tipo Borloo, más algún ministro “a título personal”, se han descolgado de la disciplina de partido y llaman a votar PS. Otros, en blanco. Sarkozy suma puntos en el frente exterior libio; en el doméstico, no tanto.

Objetivos claros

El portavoz de Defensa francés ha declarado que el objetivo de las operaciones en Libia no es “ni de cerca ni de lejos” derribar a Muamar el Gadafi, sino la aplicación de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad. El sábado, Alain Juppé, decía que el objetivo era “permitir al pueblo libio liberarse y elegir su régimen”. Y añadía: “No tengo la impresión de que su elección hoy sea el coronel Gadafi.” La experiencia dice, después de la primera guerra del Golfo de 1991, que no se puede iniciar una guerra de esa envergadura internacional para devolver la ficha del dictador a la casilla inicial.

Es justo rebelarse

Sarkozy ha vuelto a la arena internacional. Las malas lenguas dirán que trata de obtener fuera las satisfacciones que le regatean dentro. Pero lo cierto es que sin el impulso personal del presidente francés, se hace poco creíble que la resolución 1973 sobre Libia se hubiera conseguido.

Sarkozy, en clara autocrítica revisionista de su política en Túnez y Egipto, ha lanzado una requisitoria contra la realpolitik: “¿Es la estabilidad, como piedra angular de toda acción diplomática, conforme a nuestras convicciones profundas? (...) ¿No hemos condenado en nombre de la estabilidad a los pueblos de Europa, Oriente Medio y otros lugares a la injusticia y la vulneración de los derechos humanos, simplemente porque la estabilidad tranquilizaba a los que se beneficiaban de la democracia? ¿No debemos nosotros también revisar nuestro vocabulario diplomático?” Quizá no el vocabulario, sino la política.

Luis Miguel Úbeda


Luis Miguel Úbeda, veterano periodista de Radio Nacional, es corresponsal de esta emisora en París. Desde allí escribe esta Bitácora, un blog construido con entradas informativas de la actualidad francesa, muy sugestiva para un observador extranjero cuya función es precisamente servir de intérprete a los que están fuera. El encuentro con lo ajeno produce también saludables interrogaciones sobre lo propio, perspectivas más relativas, menos dramáticas y emocionales.
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