Los personalismos en la UMP, los malos resultados de las cantonales y los cálculos de futuro han envenenado el próximo debate sobre laicismo e Islam de Francia. Sarkozy no acaba de imponer el orden. El jefe del partido, Jean-François Copé, señala al primer ministro Fillon, cuyos adláteres le responden que si no está de acuerdo, que se vaya. Otros vierten opiniones no tanto sobre el debate en sí, sino sobre la derechización del partido, como Borloo.
Cuanto más se acentúa el desfase entre la realidad, lo que se dice sobre la realidad y las intenciones de cada uno, los debates políticos se vuelven estériles e inaudibles. Al final, solo quedan las ambiciones de unos y otros. Aunque eso es ya una clarificación, puede que provechosa.
MZ dijo
Lo mismo los resultados han sido como han sido por cómo está el patio en UPM, supongo que de antes, cosa que ahora se hace más manifiesta.
30 mar 2011