La Francia eterna
Sarkozy se ha desplazado a Puy-en-Velay, el nacimiento del ramal auvernés del Camino de Santiago, para glosar la “magnífica herencia de civilización” que ha dejado la cristiandad en Francia. Le seguirá una escala en el Mont Saint-Michel, de connotaciones análogas, que ya visitó en el arranque de su campaña de 2007. Si a esto añadimos el próximo debate sobre el laicismo y el Islam de Francia, concluimos que el presidente aspira a limitar las expectativas electorales de Marine Le Pen. En 2007 la estrategia le dio buenos réditos, como el citar repetidamente a Jean Jaurés, Léon Blum o Guy Moquet. El problema de repetir el mismo truco varias veces es que el auditorio te lo acabe pillando.