Alemania no es el ejemplo
El parón nuclear alemán ha descolocado a Francia. En esto no parece que los franceses vayan a seguir a Alemania, que es su comparación permanente. La industria atómica francesa compite en la primera división internacional del ramo. El consumo eléctrico francés procedente del átomo roza el 80% y el discurso nuclear es tan abrumador que muy pocos se atreven a cuestionar el poder atómico, ni siquiera después de Fukushima. Solo los ecologistas piden un referéndum nuclear, pero con la boca pequeña porque seguramente lo perderían por goleada.