Examen de conciencia
El alcalde de París, Bertrand Delanoë, ha pedido un examen de concienca a la prensa por la cobertura del caso DSK y extraer las lecciones pertinentes de la "tragedia neoyorquina", traducida en una "falta de humildad ante los hechos". Afirma en su blog que esta deriva se ha alimentado de rumores, suposiciones y una completa ignorancia de los hechos. "Saber antes que la policía", escribe, "juzgar antes que la justicia es la forma torticera en que nuestras sociedades aceleradas quieren forzar el ritmo de la vida" (...) "Si esta experiencia pudiera, colectivamente, enseñarnos humildad, habría tenido al menos una virtud".
UCOJuan Fernando dijo
Y acto de contrición. A ver si ahora es la prensa quien tiene la culpa. Los medios sólo se limitan a alimentarse de información. Los políticos saben -cuando deciden dedicarse a esto- que no es suficiente con no ser culpable, hay que parecerlo -va incluido en el precio-. Igual que hace unas cuantas Bitácoras veíamos que el tamaño sí importa, DSK debería haber disparado primero denunciando a su calumniadora.
06 jul 2011
Yo no he sido dijo
Opino igual que UCO. ¿Es solo un error de la prensa? Me imagino en una redacción cuando le viene la primera noticia del arresto de DSK y la palabra 'violación'. ¿Se recomienda circunspección? ¿Ponemos la noticia como un cierre gracioso? ¿La dramatizamos diciendo que el FMI vuelve a 'niquer' (mirad en el diccionario de argot francés-español) a los pobres, esta vez en una habitación de hotel? A lo que sí me pliego es a una de las reflexiones del alcalde Delanoë: evitar las derivas del 'ir más allá', no especular, ceñirse a los hechos, porque en el periodismo, los hechos os harán libres.
06 jul 2011
Rive gauche dijo
Oui, en effet, dans le mot communiquer, nous trouvons le mot "niquer"
DSK et son pognon savent communiquer et "niquer" tout le monde.
06 jul 2011
MZ dijo
Un poco fuerte decir que el asunto se ha alimentado de rumores y suposiciones, cuando la prensa ha recogido lo que había: una denuncia, que parece ser falsa, finalmente; un arresto que hemos visto todo el mundo; una cierta fama -por lo visto conocida en algunos círculos- de latin lover, que a ver si va a resultar maledicencia de algún amigo o enemigo o cosa de él como en el parchís: me como una y cuento veinte, cuando, en realidad, ni una ni veinte.
No creo que se haya pretendido juzgarle, aunque favorecido porque el asunto neoyorquino haya sido tan público tampoco lo ha sido, para qué vamos a decir otra cosa.
Pero en algo tiene razón el alcalde, en lo de la ignorancia de los hechos. Los únicos que saben lo que realmente pasó son ellos dos.
06 jul 2011