La mujer más rica de Francia, Liliane Bettencourt, 89 años, ha sido puesta bajo tutela judicial y desposeída de su firma por padecer una "demencia mixta", un alzheimer moderado. Su nieto mayor, de 25 años, será su forzado administrador y sus herederos, es decir, su hija y sus dos nietos, se ocuparán de sus bienes. Tú que no quieres, cuatro tazas. Los regalos sin tino y el chuleo al que ha sido sometida con luz y grabadoras en los últimos años por sus amigos y administradores sin escrúpulos justificaron la demanda de su hija Françoise. Hacia ella van dirigidos los dardos de la anciana este fin de semana en una entrevista en el JDD. Lo mínimo que dice de su única hija es "insoportable" (traducción suave del "emmerdeuse" francés, cuyo significado podrán deducir ustedes). "Si mi hija gana", dice Bettancourt, "partiré al extranjero". Siempre y cuando los gastos de viaje los firme vuestro nieto, madame.