Inconscientes de sus encantos

Francia se tira de los pelos al comprobar en el enésimo estudio sobre turismo cómo siendo el país que más visitas recibe (80 millones anuales), otros lo rentabilizan más, como EEUU y España. El secretario de Estado del ramo, Frédéric Lefebvre, admite que la "calidad de la acogida es uno de los principales problemas" y, entre otras menudencias, los elevados precios, los taxis, la vida nocturna, el tiempo de espera durante las visitas y una "insuficiente" calidad del primer contacto. En todo caso, Lefebvre parece haber dado con el quid de la cuestión al descubrir que el estudio señala la "chocante constatación" de que los franceses "no son los mejores defensores de sus ventajas". Ese es el espíritu.

Comments

[Iris dijo]

Pienso si realmente interesa ese primer contacto a cambio de masas y beneficios, la noche atrae al turista de fiesta hasta el amanecer, el visitante cultural tiene otros horarios y se mueve por otros circuitos.

[espuria dijo]

Si algo pudiese definir la experiencia turística de una gran mayoría en París tal vez sería la doble S, sometimiento y sublimación, probablemente a partes iguales. Los que hemos vivido en esta ciudad sabemos que su belleza y su crueldad pueden no tener límites, como el desdén de un camarer@ parisin@. Y si no, que se lo pregunten a esa masa multicolor que hace cola durante horas a los pies de Nôtre Dame para que luego a uno le empujen y le griten a la espalda que se dé prisa.

[Enrique Martínez dijo]

Es lo que en España se conoce como carácter gabacho. Un poco de altivez, un poco de ignorancia, un poco de renta per cápita por encima de la española.

[Messalina dijo]

Yo creo que si son conscientes de sus encantos, mucho mas que aquí, pese a kien pese, por eso el "europeo modernikis" explora territorios sureños/ africanos/orientales, porque sabe que aquí esta la cosa mal vista, perseguida donde no hay ley, impera la ley de tarzán y la mona chita. Los franceses no quieren tal vez que se les llene las playas de cavernicolas armados con tecnología punta e intenciones depravadoras, mal efecto para la imagen de un país. Claro si estas por la labor de contribuir a tu país o a destruir el país.