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Menos de 140 caracteres

Trierweiler
La periodista Valerie Trierweiler comentó en alguna ocasión desear permanecer en la sombra y seguir desarrollando su trabajo de periodista. Le ha durado un mes. Este mediodía ha roto el anonimato para convertirse ella misma en noticia y brindar a su marido, el presidente Hollande, la primera crisis política de su mandato, con toques de venganza personal, celos mal administrados y comedia bufa.

Trierweiler firma un tweet dirigido al disidente socialista Olivier Falorni, adversario de Ségolène Royal (primera mujer de Hollande) en la segunda vuelta legislativa de La Rochelle. La periodistaquequeríaquedarseenlasombra le da "ánimos" y se refiere a Falorni como alguien "comprometido con los ciudadanos de La Rochelle de antiguo". Le ha faltado añadir: "No como otras que yo me sé". Menos de 140 caracteres para desatar la tormenta en el PS e incomodar a todo el mundo. No se puede pedir más con menos.

2 Comentarios

Parece de colegiales, extraña que una periodista mujer del presidente de la República cometa tal error, me da en la nariz que és una encerrona a ella y su marido, de quién? a saber,... que intenciones lleva? perjudicar a Hollande. No creo la autoria del tweet.


No sé por qué ese empeño de querer sacar punta a todo.
Vale que siendo Valerie la mujer del presidente quizás hubiera sido mejor que no comentara sobre las legislativas hasta una vez pasadas totalmente, más teniendo en cuenta que una de los candidatos, en concreto, es la exmujer de su pareja y lo que diga puede generar suspicacias. Pero de ahí a ver toques de venganza personal o celos va un abismo, me parece.
Si ese comentario lo hubiera hecho un hombre no habría tenido cola, seguramente.

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Luis Miguel Úbeda


Luis Miguel Úbeda, veterano periodista de Radio Nacional, es corresponsal de esta emisora en París. Desde allí escribe esta Bitácora, un blog construido con entradas informativas de la actualidad francesa, muy sugestiva para un observador extranjero cuya función es precisamente servir de intérprete a los que están fuera. El encuentro con lo ajeno produce también saludables interrogaciones sobre lo propio, perspectivas más relativas, menos dramáticas y emocionales.
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