Fuego amigo
El discurso demasiado frentista y escorado a la derecha de Sarkozy estos días, reviviendo la gesta de 2007, no acaba de convencer a todo su partido, una parte del cual se identifica más bien con el moderantismo. El primer ministro Fillon ha recomendado no atacar a los sindicatos "en cuanto tales", a la misma hora que Sarkozy denunciaba la "traición" de los líderes cegetistas por llamar a un voto contra el presidente. Luego Sarkozy ha asegurado que no existían disensiones en su campo y que el primer ministro tenía perfectas razones para decir lo que había dicho, sin ver ninguna contradicción en todo ese embrollo. Hace unos días el exprimer ministro Jean-Pierre Raffarin prefería guardarse sus reservas porque, si no, "debilitaría mi campo".