5 posts de noviembre 2009

El castañero, el machismo y las rebajas

Toda palabra terminada en “ismo” me produce vértigo porque circunda, en su reafirmación, una idea de rechazo a lo opuesto. Mantengo que, por diversos motivos fusionados, la italiana es una sociedad más machista que la española. Si usted es mujer viene a Roma se le hace de noche y tiene que coger un taxi, pida precio especial. Sí, Las mujeres en la ciudad eterna gozan de descuento si viajan solas de noche en taxi. Lo hemos comprobado: el mismo trayecto por separado sale 8 euros a ella contra los 12 él. Alguien lo llamará discriminación positiva, un término nacido del dislate al que parece que caminamos.

¿Desde cuando discriminar, en un sentido u en otro, tiene algo de positivo? Los precios femeninos de los taxis nocturnos son un insulto para cualquier hombre que piense que ellas y ellos tienen los mismos derechos y deberes. Sí, yo también cedo el paso a una mujer, pero no como dejaría pasar a un discapacitado, sino porque en mi educación, me enseñaron a dejar pasar antes que avasallar. A estas alturas, alguna puede pensar que lo hago para calibrar el baremo de su trasero. Tal vez, en alguna ocasión, se me deslizó la vista, pero nunca ha sido la razón de mi gesto.

Y como hablamos de rebajas, hace doce meses más o menos escribí algo sobre él: mi castañero. Cada año llega con los estorninos otoñales. Pero es mucho más discreto. Ya he cogido mi primera (y segunda y tercera) ración de castañas. El año pasado eran a euro cada una. La crisis también se deja sentir y la oferta de este año es ¡¡¡15 piezas por cinco euros!!! Vivimos tiempo de deterioros, aunque algunos nos parezcan sólo una merma de la igualdad

La cara oculta del mendigo

El Soberano vive como un pordiosero. Bernardo Provenzano es el ejemplo. Su vida miserable con un montón de esbirros bajo sus órdenes terminó el día en que fue arrestado en una casa lúgubre de las montañas de Corleone, Sin llegar a ese límite, Domenico Raccuglia, número dos de Cosa Nostra, también llevaba una existencia sacrificada hasta su detención. Oculto de casa en casa. Salía siempre con una peluca con flequillo. Era irreconocible

Pero también lo hubiera sido para nosotros su faz de hoy: un hombre que se ha dejado el cabello en disputas diarias, con el rostro cansado y una semblanza que saluda a la indigencia. Era el número dos de Cosa Nostra.


Él como otros capos mafiosos son Mesías: elegidos para dirigir el rebaño, aunque se trate una manada de asesinos y profesionales del chantaje. Ellos se creen señalados por alguna instancia divina. Domenico Raccuglia tenía sólo 3 libros. Uno eran los evangelios. Ropa normal y sólo un vaquero de marca como licencia de una vida cartuja. Y creen en Dios y se creen, en parte, dioses. Pese a que la Iglesia los ha apartado de su vera, ellos no se lo quieren creer. Su misión en esta tierra está llena de sacrificios y sólo el Señor les entiende.

Quince años escondido llevaba Raccuglia. Durante esos tres lustros la policía no perdió de vista a su mujer. O eso creían, porque la pareja engendró dos hijos, fruto de desazonados encuentros clandestinos con adrenalina desatada y sabor a almíbar prohibido.

Algo está cambiando, sí. Pero hay muchas anomalías sociales. A partir de la mitad del vídeo se ve a la gente jaleando a los “catturandi”, la policía especializada en lucha contra la mafia. Ellos saltan de alegría. Pero ocultan el rostro. El mafioso siempre se muestra impasible en su detención. El policía, en cambio, tiene que cubrirse y no precisamente por vergüenza.


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El Futuro Acuna Obligaciones

Roma, capital mundial de la lucha contra el hambre. Para ambientarse, el Director General de la FAO, Jaques Diouf, convocó una ausencia de ingestión voluntaria por 24 horas. Un día de ayuno es una iniciativa depuradora de nuestro organismo occidental cebado hasta la gula. Pero el hambre es otra cosa: no depura, sino que infecta y mata.

Más de sesenta Jefes de Estado y de Gobierno vienen a Roma. Ninguno de los grandes, salvo el “emergente” Lula Da Silva. Junto a ellos, se concitan más de 600 delegados. En época de recortes y optimización de recursos, parece una cantidad desmesurada de visitantes . No obstante, contra el hambre hay que hacer algo. No se puede estar de brazos cruzados. Cada seis segundos muere un niño en el mundo

Pero eso no ha impedido a Gadafi invitar a su residencia a 500 chicas, jóvenes, guapas de más de 1 metro y 70 centímetros. Todas ellas recibieron anoche, además de la incomparable compañía del coronel, 50 euros de dieta y un libro del Corán. Pero sin tener en cuenta esta excentricidad, estos mega encuentros se antojan como una fórmula anacrónica de sacar pecho y dilapidar dinero que no revierte directamente en el fin: quitar el hambre. España figura encabeza de los países que más contribuyen económicamente a los proyectos FAO. Por eso estamos en nuestro derecho de reflexionar sobre la eficacia de estas cumbres

Hablando de esto, miro al espejo y la imagen de cierto sobrepeso me parece obscena. ¡Mañana me pongo a dieta! Aunque sé que lo que deje de comer no irá directamente al estómago vacío de un agonizante. Es la diferencia entre el nuestro y el otro mundo: para nosotros dejar de comer es un esfuerzo para ellos conseguir alimentos, un milagro. Por eso nuestro Futuro Acuna Obligaciones.

Mujeres en la caverna

“Si hoy se cumpliera todo lo que de la mujer dice la doctrina la Iglesia Católica, se encontraría en una mejor situación de cómo está en Italia”. Son palabras de la parlamentaria del Partido Democrático, Rosy Bindi. Muchas italianas se han instalado en la prehistoria de las relaciones entre sexos y gozan del placer de la sombra. Doscientas mil firmas se han recogido a favor de la parlamentaria Rosy Bindi a quien Berlusconi faltó en un programa de televisión diciéndola“ eres más guapa que lista”.

Con esas firmas se pone fin a una etapa de silencio, aseguran ellas. Italia tiene 60 millones de habitantes. Todo empezó en un programa de televisión al que llama el Premier que se da por aludido. ¿Se imaginan a Zapatero telefoneando para entrar en directo en televisión? En Italia es normal. Es una de esas peculiaridades de este país con un nivel de desarrollo del G 8, unas infraestructuras del G 50 y, a veces, unas iniciativas que van más allá de cualquier paraje G.

En el vídeo, el presentador trata de moderar y suplica a Berlusconi para que no hable así. Ella se quiere hacer oír, pero ÉL sigue hablando por teléfono “presidente, presidente...”, su voz tintinea suplicante pese al meneo que le acaban de sacudir. Pero Berlusconi está lanzado y dice que está harto de ser cortés con quienes no lo son con él. Al final la Bindi puede soltarlo: presidente, soy una mujer que no está a su disposición.


Un instante antes, ella indicaba que era gravísimo que Berlusconi hubiera dicho que “el presidente de la República tenía que haber presionado a los jueces para que no rechazaran el Lodo Alfano”, su ley de inmunidad temporal.

Las propias féminas reconocen que, entre ellas, prima la cultura de la apariencia. Las italianas sueñan con ser hermosas hembras y a los 16 años sólo quieren ser “velinas”. Es un problema cultural. Por eso, se pide reflexión ante el papel femenino en Italia. La dama debe ser mucho más que un cuerpo para el narcótico social.

Para Berlusconi, Rosy Bindi es más bella que inteligente. Puedo aseguraros que es muy mesurada y la prudencia es señal de inteligencia. Da por buena su anécdota televisiva, sin buscar más protagonismo, si eso hace que la italiana se preocupe por algo más que el gimnasio y las cremas. Sólo de esa manera la mujer podrá hacerse sitio, reclamar políticas de conciliación y conseguir que se reduzca la exhibición reiterativamente obscena de cuerpos femeninos en todas las televisiones del país. Sólo se pasará página a esta Edad de Piedra.

La pócima del miedo

Unos pocos hechos encadenados, una idea repetida y un miedo implícito es suficiente para que Hitchcock reaparezca. Somos vulnerables y bastan unas dosis combinadas para que esté lista una nueva pócima de psicosis colectiva.

A esta hora son diez los fallecidos por gripe A en la última semana en Italia. “Se expande la pandemia”, “Terror en Nápoles”, “Miedo por los niños”. Titulares que se leen en periódicos y que ayudan a vender ejemplares aunque caminan en sentido inverso a la tranquilidad colectiva. La responsabilidad nunca hizo pareja con el lucro.

Hace unos días, el virus H 1 N 1 era poco menos que un invento farmacéutico, una leve enfermedad que algunos intereses espurios nos habían querido implantar en la médula del miedo. Hoy, la gente corre alocadamente a los centros de salud como manada desesperada.

Hoy llueve Bilbao en Roma; cae desconsoladamente agua que trae más resfriados. Así que tendremos síndrome de pandemia hasta que Berlusconi, ya recuperado de su escarlatina, vuelva por sus fueros.

Vamos a ser positivos: con estos aires de aprensión, cuando estreche la mano de un desconocido, siempre habrá más posibilidades de que el último objeto que haya tocado sea el jabón...


Y Topo Gigio, a seguir trabajando

Iñaki Díez


Iñaki Díez es el corresponsal de Radio Nacional en Italia, un país que conoce perfectamente y que analiza con gran habilidad.
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