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97 mil millones de minutos

Es lo que estuvieron el pasado año los italianos hablando por el móvil. La cifra se derrama en el contenedor de la lógica. Tal cantidad de ceros produce vértigo sideral. Nadie pasó tanto tiempo al móvil como los italianos. La dependencia del celular es una patología. Nos aturde la soledad y para eso nos aislamos del entorno. En España observo gran cantidad de gente incomunicada tras unos auriculares en los que escucha su música favorita, o ve el capitulo atrasado de Pokemon. Parece una contradicción pero en Italia la gente se aisla hablando. También hay nómadas urbanos con artilugios musicales pero la gran mayoría se desgañita en interminables charlas telefónicas callejeras, al volante o mientras conducen el ciclomotor. No hay ley capaz de sepultar la verborrea innata del país.

Salimos al mundo solos y para no sentirnos solos nos aislamos. El ser sociable se desmorona en la isla que persigue el propio bienestar. Y, mientras explota al negro en los campos de naranjas, deambula como zombie de otra galaxia persiguiendo un “Avatar”. Se puede pasar al lado de una persona caída en la acera sin verla, no escuchar la bocina de la ambulancia que viene a socorrerla y terminar siendo arrollado por el propio aislamiento.

Hoy, el hombre persigue su intimidad entre el gentío. Me sigue sin salir la cuenta de los días que suponen 97.000.000.000 de minutos pegados al celular. Hablar es un singular placer. Y yo que creía que el gustillo del móvil se obtenía colocando la posición “ vibrador” cuando se guarda en el bolsillo del pantalón...


8 Comentarios

Pues son 67.361.111,11 días. 184.550,99 años. Ahí es ná, que diría un castizo.

Iñaki, esto es de master, lo sepas:

."Nos aturde la soledad y para eso nos aislamos del entorno".
."...gente incomunicada tras unos auriculares en los que escucha su música favorita, o ve el capitulo atrasado de Pokemon
."El ser sociable se desmorona en la isla que persigue el propio bienestar".
."Se puede pasar al lado de una persona caída en la acera sin verla, no escuchar la bocina de la ambulancia que viene a socorrerla y terminar siendo arrollado por el propio aislamiento".

¡Cuántas llagas humanas tocadas en dos simples párrafos!, si fuera psicólogo o sociólogo me tiraría de los pelos. Lo que debería socializarnos más resulta que nos aísla más, ¡incluso estando rodeado de gente!. Las multitudes urbanas de las ciudades son como una estampida del ganado salvaje en la sábana africana, por ejemplo, y te pueden arrollar en cualquier momento. Deberíamos hacer más pedagogía, se me ocurre, por ejemplo, enseñar a los ciudadanos de las grandes urbes que si van por la calle y pueden apreciar que les va a dar un ataque al corazón, y en ese momento no van trajeados, que abandone la calle de inmediato y se introduzca en un bar, tienda o negocio público. Quizás así podrá salvar la vida, pues en la calle pasarían casi todos por su lado y no pararían, sólo pasando uno de los pocos samaritanos que quedan podría salvarlo al llamar pronto a una ambulancia. Y no es que en los negocios públicos existan más humanos o humanidad, no, es que alguien tirado a la entrada impide las ventas y para retirarlo hay que llamar a la policía o a una ambulancia.

Aunque suene a ironía, me duele. Menos mal que me queda un consuelo, las pequeñas ciudades y pueblos. Antes no las soportaba, que todos supieran o que especularan sobre mi vida, que si me había recogido a tal hora de la madrugada, que si me habían visto a solas con la hija de menganito, y similares. Pero ahora las pequeñas ciudades o pueblos han ganado un encanto especial, un lujo de cercanía que parece casi imposible en las grandes ciudades. También ocurre que la socialización se ha diversificado, por ejemplo, alguien que se aparta de una reunión informal de amigos para hablar con teléfono móvil con un amigo, por el teléfono se socializa, pero se está desocializando de la reunión. O como el que chatea y escribe en un blog en mitad del ruido casero formado por los padres y hermanos, se está socializando por el blog pero desocializando de la familia, ¿no?. Un gran tema. Saludos.
;-)

Hola Iñaki:

Feliz Año!. Por lo visto las vacaciones te han sentado de perlas, porque el post es magnífico. Una buena reflexión sobre la incomunicación que produce la comunicación patológica.

Es como ese fenómeno, propio de los adolescentes (y ahora de los no tan adolescentes), de hacer llamadas perdidas. Me acuerdo de ti colgándote el teléfono...
.
Lo de los blogs también es interesante, una comunidad aparte de aquella en la que teóricamente estás inmerso. Puedes dedicarles muchas horas (igual que a internet) o unos minutos, pero, como todo en esta vida, depende de lo que consideres esencial para tí.
Me ha encantado el post.
Un saludo.
J.H.

Oggi hai fatto un capolavoro, maisu, ti ringrazio tantíssimo..
Tu exquisita reflexion me hace ver lo que esta sociedad no ha podido resolver y con lo que nos aturde para que no nos demos cuenta aun, el monstruo se retroalimenta haciendonos usar una misma palabra con un objetivo diametralmente opuesto al que alude , por ejemplo: comunicación. Es como querer conseguir el sueño a travès de una píldora, sè que me dormirè, pero al resultado del pastillazo deberè ponerle un nombre asi como aturdimiento o knock out de los sentidos, nunca podria llamarlo sueño…Como todo en esta sociedad, ese maya al que se refieren los hinduistas, incluso el telefono, debe ser un medio nunca un fin…y ese medio me ha servido y sirve tanto, ni que decir de las llamadas perdidas, metida en este barril sin fondo que todo te lo vende y todo te lo cobra, y sin gastarme una moneda que no tenìa,yo pude decir de todo, incluso, te amo.
Saludos.

Mucho tiempo al teléfono. Demasiado tiempo gastado en vanalidades. Pero vivimos así: aturdidos, buscando un paraíso que imaginamos aislándonos de nuestro entorno aunque lo que nos rodea sea el edén para buena parte de la humanidad. Al fondo del barril siempre queda el mismo poso: el ser humano es insatisfecho por naturaleza.
FELIZ AÑO A TODOS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Ese "vibrador" artilugio puede aislarte o ser un gran compañero en momentos de soledad. Lo ideal en mi opinión es podeer complementar el uso de dicho aparato con una buena compañía........ La tecnología nunca superará la calidez del ser humano. Feliz año y gracias por tu blog.

Antes de nada Feliz año nuevo a todos. Voy a parecer un contertulio de esos que tanto abundan en las tertulias radiofónicas y televisivas de España pero, de verdad, estoy de acuerdo con lo que habéis expresado en vuestros comentarios. Básicamente coincido con "ciudadanonick" en el nivel del análisis sociólogico de nuestro querido Iñaki y también con "La pequeña Jackie Hawkins" en que las vacaciones y ausencia en el post le han sentado muy bien a Iñaki. Y remato: el vídeo de Youtube consigue romper nuestra reflexión y sonreir un buen rato.

Hola Iñaki y lectores del blog:
Es verdad que los italianos hablan muchísimo por el móvil... es algo, creo, bastante mediterráneo, pues lo mismo sucede en Grecia, en Chipre, etc.
Es sorprendente la cantidad de minutos que pasan al teléfono, sí, pero hay que tener en cuenta que las tarifas de teléfono movil en Italia son bastante más bajas que en España.
Lo mismo ocurre con el precio de la conexión a Internet, donde la diferencia es asombrosa.
Quizás conocer este dato ilustre un poco mejor la curiosa cifra.
Un saludo y felicidades por este blog que nos acerca a Italia.

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Iñaki Díez


Iñaki Díez es el corresponsal de Radio Nacional en Italia, un país que conoce perfectamente y que analiza con gran habilidad.
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