Al-Fatah desde la grada
Varios caza-bombarderos israelíes cruzan el cielo de Belén. Una, dos, tres veces en menos de media hora. Es el segundo día del VI congreso de al-Fatah y supongo que quieren demostrar a los asistentes, ex-combatientes palestinos venidos de todas partes de Cisjordania y el exilio, que están ahí.
Hace 20 años que la formación no celebra una de estas reuniones. Deben renovar sus órganos principales, el Comité Central y el Consejo Revolucionario y decidir qué políticas seguir con respecto a la organización integrista Hamas y en las negociaciones de paz con Israel.
Es un día muy caluroso aunque en la plaza de la Natividad corre, de vez en cuando, un poco de brisa que se agradece cuando uno lleva chaqueta y corbata. Me acerco a un corro de cuatro o cinco personas que hay alrededor de una de los pequeños restaurantes que venden falafel, unas bolas de pasta de garbanzo y verduras que se frien en una gran sartén que, en esta ocasión, desprende un inteso olor a fritanga.
-Hola, ¿me pone uno y una Mirinda? -no tengo hambre pero quiero hablar.
-Por supuesto -responde el vendedor. Un tipo flaco, con el pelo blanco y bigote.
-Hay mucha gente. Hoy irá bien el negocio -digo-.
-Sí. Debería haber un congreso de estos cada semana. No servirá para mucho pero al menos vendemos más.
-¿De dénde eres?. Pregunta uno de los tipos del corro.
-Español. Trabajo para Televisión Española.
-¡Ah, España!. "Barselona", Real Madrid, Messi, Cristiano Ronaldo. ¿Real Madrid o Barça?
-Real Madrid.
En realidad yo soy del Betis, pero como mantengo esta conversación unas cuatro o cinco veces diarias y ahora la mayoría de los palestinos son del Barça, digo del Madrid para animar la charla.
-¡No! ¡Barça mejor! - responden varios a la vez.
-Y tú, ¿Hamas o Fatah? -pregunto.
-Fatah, Fatah.
-Pero Hamas es mejor -le digo- Es como el Barcelona, siempre gana.
-Sí -me dice el tipo. Fatah como Real Madrid. No es buen equipo. Todos las estrellas juegan para ellos, no para el equipo. Por eso no ganan.
El comentario hace reir a todos. Me siento con ellos y empiezo a comer el falafel. Ya han empezado a discutir entre ellos sobre Fatah y el congreso, el primero sin Yasser Arafat, el histórico líder y fundador de la coalición. Otro tipo que debe rondar los cuarenta años y lleva un tatuaje en el brazo que no alcanzo a distinguir ataca a los dirigentes tradicionales del partido con vehemencia.
-¡Hay que echarlos a todos! -Dice mientras deja su vasito de té con menta en una bandeja y comienza su perorata- ¡Todos fuera!. Desde el presidente Abbas al último. Nos han llevado a la ruina. Han fracasado con Israel que se queda con la tierra en Cisjordania y también han fracasado con Hamas en Gaza. Necesitamos sangre nueva.
El tipo defiende la postura de los que se han llamado "nuevas generaciones". Es un calificativo chocante porque muchos de ellos pasan, de largo los cuarenta años. Son los que hicieron la primera Intifada en los Territorios Ocupados. Los que se enfrentaron a lsrael a pedradas y sufrieron las detenciones e interrogatorios mientras Arafat y su círculo se elegían entre ellos en el congreso de 1989 en Túnez. Desde entonces han luchado, pero no han logrado puestos de poder.
-El único bueno es Barghouti -asegura otro de los presentes en alusión al dirigente renovador que Israel mantiene en prisión- al menos no ha robado.
-¡Claro que no ha robado! -dice el vendedor mientras con una gran espumadera mueve las bolas de falafel en la sartén gigante- porque está en la cárcel.
Las risas que estallan en el grupo denotan que son amigos y que están de broma poque ese cometario sobre Barghouti podría comenzar una peligrosa discusión en otro momento. Marwan Barghouti es uno de los pocos líderes de al-Fatah que goza de buena reputación. Algunos le llaman el Mandela palestino. Fue líder de los Tanzim, una milicia de al-Fatah muy activa contra la ocupación israelí, responsable de varios ataques. Israel le capturó y condenó a varias cadenas perpetuas.
-Si él estuviera aquí, no quedaría ni rastro de Abu Mazen y de sus ladrones -dice el exaltado del tatuaje, que se llama Samer.
-Pero él no está aquí y quienes han venido dicen que son igual de corruptos -interrumpo.
-No todos -repite el exaltado- Hay gente que quiere poner otro rumbo.
-Samer -interviene otro de los del grupo- deberías estar ahí dentro, en el cogreso. Van a llevarse tu parte.
Samer le tira una bola de falafel y comenzan a discutir en árabe y a pelear en broma mientras los demás reimos.
-Entonces, ¿creéis que este congreso no sirve para nada? -pregunto.
El vendedor me mira y termina de sacar otra tanda de falafel de la gran sartén. Miro el aceite oscuro y humeante y pienso que no lo han cambiado desde el anterior congreso de al-Fatah.
-Fatah es Fatah -dice mientras se limpia las manos el delantal- Gane quien gane, nada va a cambiar.
Pago y me despido. Le doy vueltas a lo que me han dicho. Quizás sea cierto que todo seguirá igual y que a los únicos que les interesa el congreso es a los miembros de la coalición. Me alejo pero el olor a fritanga que despide la gran sartén se viene conmigo. Gracias a Dios la televisión, todavía, no transmite olores.
Unha dijo
Pobres palestinos, pobres españoles, pobres ciudadanos del mundo ... todos sufrimos la misma plaga: gane quien gane nada va cambiar. Ya sea Hamas, Fatah, PP, PSOE, demócratas, republicanos, socialdemócratas... TODOS IGUALES !
08 ago 2009
Santi Barnuevo dijo
No hay nada mejor que tomarse algo con los personajes locales para saber qué es un país.
09 ago 2009
MZ dijo
Lógico el escepticismo (y, quizás, el desencanto; aunque le encuentran el punto jocoso) de esa gente que lleva años viviendo en una situación alrevesada y jodida, que -parece- no acaba de ir hacia ningún lado por más de un motivo.
09 ago 2009
pedro valero dijo
es la eterna historia del mundo. Es curioso que saltando las distancias de la situación política, al final no nos diferencia tanto de lo que es el ciudadano y el político. El ciudadano desencantádo apto ya de que el este quién este siga sin cambiarle su situación y el político siga chupando del bote sin hacer nada por el pueblo.
10 ago 2009
falaferodelamorrrrrrrrrrrrrrr dijo
¿pues que quieres que te diga, amigo Oscar?. Pues que me cuesta creer lo de que comiste el falafel y la mirindilla. Si hubiera sido Crispin, todavia. Que el se lo come to, hasta la chapa.
10 ago 2009
p dijo
Totalmente de acuerdo con Unha, realmente me intrestece mucho este conflicto que desgraciadamente, y ójala me equivoque, no tiene vistas de solucionarse, y cuántas veces pienso en lo afortunada que soy de haber nacido en España, y no en La Franja de Gaza, por ejemplo, de haber nacido allí lo único que hubiese visto a mis 29 años es guerra y más guerra.Gracias
10 ago 2009
ciudadanoNick dijo
Hola compis. Gracias a ti, Óscar, por informarnos tan bien. Aunque estoy algo en desacuerdo contigo, la televisión no puede transmitir olores... a menos que buenos profesionales como tú con sus palabras logren despertarnos la memoria olfativa. Un placer leerte, como es ya costumbre, aunque no siempre me traigas buenos olores ;-). Saludos.
10 ago 2009
Luli dijo
Que no creemos ya en los politicos somos muchos pero aun faltan mas para que cambie algo! saludos a todos
11 ago 2009
Mpz dijo
Efectivamente, estemos donde estemos pocas cosas nos diferncian ,pues al fin y al cabo todos somos ciudadanos del mundo,ya sabemos que las cosas no cambian por si solas y si lo hacen la mayoria de las veces es casi para peor,pero si no lo decimos aunke solo sea para nosotros mismos,es algo que poco a poco nos va consumiendo y la unica forma de que la situación(en cualquier conflicto,ciudad o pais) cambie ,es poco a poco intentar remover conciencias,eso algo que seguramente muchos de nosotros no veremos pero con articulos como el de oscar, podemos no dar la espalda a la realidad que todos los dias nos envuelve por mucho que queramos cerrar los ojos.
22 ago 2009
perfumes-baratos dijo
somos demasiados los que no estamos de acuerdo con los politicos
31 oct 2009