Mind the gap, Martinsa
Quienes habeis viajado por el metro de Londres habreis escuchado el mensaje que se repite en todas las estaciones cuando el tren se detiene: !Mind the gap! Advierte la megafonía. !Cuidado con el escalón...con el peldaño...con el vacío...con el hueco, en definitiva, que queda entre el andén y el vagón. Y es que la palabra "gap" tiene diferentes significados. Además de estos que cito hay que añadir otro: "gap year", que es el año sabático que se toman los estudiantes anglosajones antes de empezar en la universidad.
El caso es que estos días he cambiado el bus nº 7 (la ciudad está llena de turistas y el tráfico insoportable) por el metro. Más sucio e incómodo, pero más rápido. Aprovecho el trayecto para leer uno de los muchos periódicos gratuitos que se reparten en las estaciones, y que estos días están llenos de anuncios inmobiliarios, y no puedo evitar pensar en un encuentro que tuve con el presidente de Martinsa, Fernando Martín, en Rabat, hace algo más de un año. Me lo ha recordado mi amigo Luis de Vega, corresponsal de ABC en Marruecos y uno de los periodistas españoles que mejor conoce ese país. Les recomiendo su blog "La frontera débil".
A lo que iba. Fernando Martín viajó a Marruecos hace algo más de un año para mantener diversos contactos con el entonces primer ministro Dris Yetou. Los proyectos de la inmobiliaria española en Marruecos eran cada vez más ambiciosos y contar con el visto bueno del gobierno se hacía imprescindible. Fernando Martín tuvo la gentileza de invitarnos a un grupo de corresponsales españoles en Rabat a comer en un conocido restaurante de la ciudad, donde, acompañado por varios de sus asesores, nos explicó la política de su empresa y sus intenciones en Marruecos. De aquel encuentro guardo varios recuerdos. El primero fue la imagen de hombre campechano y directo de Fernando Martín. No hablaba francés, y sospecho que ningún otro idioma, aparte del español, pero tenía las cosas muy claras para moverse por el extranjero. Respondía, así lo creo, a la imagen del empresario español del momento. Lo segundo que recuerdo fue la observación a quemarropa que una querida colega de profesión le hizo a los postres. "Mi hermana -le dijo mi colega- le ha comprado una casa a usted en Madrid y a los pocos meses se le ha agrietado la chimenea". Ni corto ni perezoso, Fernando Martín le dio su nº de móvil y le dijo que se pusiera en contacto con él. Parecía que de un momento a otro el propio Martín se iba a poner el mono de trabajo para reparar la grieta personalmente.
Lo último que recuerdo de esa comida fue el interés personal que Fernando Martín mostró por cada uno de nosotros. Quería saber qué nos llevaba a salir de España con nuestras familias e ir a vivir a Marruecos. Qué motivos teníamos cada uno de nosotros para tomar esa decisión. La reflexión final que hizo fue algo así: "Claro, es muy importante viajar al extranjero, conocer otras culturas, otros idiomas, otra gente..." Y sentenció: "El dinero no es lo más importante en la vida"... Sobre todo cuando te sale por las orejas, pensé yo.
Ahora se ha declarado en suspensión de pagos. Dice Solbes que es que tomó demasiados riesgos. Que se confió.
Llego a la estación de Great Portland Street, la mía, y escucho por la megafonía el "mind de gap". No lo puedo evitar, me acuerdo de Martinsa.