¿Es el enemigo..?
No pude evitarlo. Cuando leí el reportaje en "The Independent" me acordé de Miguel Gila. De sus famosos monólogos con el teléfono y vestido de militar: ¿"Es el enemigo..? ¿Y cuántos son ustedes...? Pues no sé si vamos a tener balas para todos".
Algo así le está pasando al ejército británico que lucha en Afganistán. Resulta que los servicios secretos del MI5 han descubierto que entre los talibanes hay más de 4.000 yihadistas británicos que hablan un inglés perfecto. Con acento de Yorkshire y del West Midlands. Como lo oyen. Yes. Muchos de ellos son al parecer originarios de Eritrea, Somalia o Etiopía que hace años llegaron al Reino Unido pidiendo el estatuto de refugiado porque sus países estaban en guerra. Obtuvieron el pasaporte británico y viajaron, a través de cualquier otro país árabe, hasta Afganistán. También hay muchos jóvenes musulmanes, nacidos en el Reino Unido, hijos de emigrantes, de segunda o tercera generación, que llevados por el radicalismo islamista se han enrolado con los talibanes.
Como se pueden imaginar, el Ministerio británico de Defensa y el gobierno en general están ahora que no saben qué hacer. Un general británico ha dicho que es como una mini-guerra civil pero surrealista. Así que ahora deben estar buscando el número de teléfono para hacer como Gila: "¿Es el enemigo...?". Eso sí, en perfecto inglés.
Alguien dirá, y con razón que, hombre, la cosa no es como para tomársela a broma. Y es verdad. Porque está en juego no sólo la seguridad de los soldados que luchan allí, sino la nuestra. De hecho los servicios secretos británicos están en máxima alerta porque estos radicales, además de adiestrarse en la guerra, pueden ahora preparar atentados en el exterior para llevarlos luego a cabo en cualquier país occidental.
Pero sé que ustedes entienden la clave de humor de este blog. Y que comparten conmigo la idea de que es el único recurso que nos queda para hacer frente a situaciones que a veces no tienen ninguna gracia.
El otro día tuve la suerte de compartir escenario con un maestro en esto de arrancar una sonrisa cuando las cosas vienen mal dadas: Leopoldo Abadía. Ya saben, el autor de la "Crisis Ninja". Le entrevisté en una charla-coloquio organizada por la Cámara de Comercio en Londres. El auditorio estaba compuesto por unas doscientas personas que sonreían mientras Leopoldo les explicaba cómo unos "señores" nos han metido la mano en el bolsillo y nos han dejado sin blanca. Es admirable lo de Leopoldo. Su capacidad de comunicación, su sencillez y su sentido del humor. Me recuerda en cierto modo a Carlos Arguiñano. Nos podrán gustar o no sus recetas, pero hay que reconocer que son personas con gancho y gracia. Lo que en la tele se llama tener dotes de comunicador.
Mientras le aplaudían, al final de la charla, Leopoldo me preguntó por lo bajini: "No hemos faltado al respeto a nadie ¿no?"
Tranquilo Leopoldo, le dije, ha estado usted brillante.