5 posts de marzo 2009

¿Qué espera usted del G-20?

Las entrevistas más difíciles que he tenido que hacer a lo largo de mi carrera profesional han sido siempre a niños. Ya saben, un monosílabo detrás de otro. Lo normal. Y tú con el micrófono intentando arrancar al chaval de turno algo más que un "sí" o un "no".

Por contra las más fáciles suelen ser a los políticos. Se parecen a algunos jugadores de fútbol. No hay más que decirles el resultado del partido y ya se están lanzando en plancha. "2-1"... "Sí, este, ha sido un partido difícil, pero afortunadamente el equipo reaccionó... "

Reconozco, queridos blogueros, que he estado tentado de incluirles a ustedes en esta segunda categoría. Una pregunta sencilla, como la que he utilizado para titular y ¡hala!, a escribir cada uno lo que le parezca, que para eso estamos. Pues no. Sé que ustedes agradecen algunos apuntes antes de opinar. No porque los necesiten, les considero a todos informados más que de sobra, sino porque lo mínimo que le piden a un corresponsal es que por lo menos se patee la calle.

Bueno, pues eso, que la gente está hasta las narices. Es lo que he visto en la primera manifestación multitudinaria antes de la cumbre del G-20. "La crisis que la paguen ellos", decían muchos carteles. Y es que el personal está indignado con lo que han hecho los bancos, sobre todo aquí, en la City. "Cuando todo iba bien ganaban miles de millones, y no se acordaban de nadie. Ahora que pierden quieren que nosotros paguemos sus errores", nos decía un manifestante. Dinero público para salvar entidades cuyos directivos se van a casa con pensiones e incentivos millonarios y, mientras, el paro creciendo de manera imparable.

El malestar es evidente. Sindicatos, ecologistas, pacifistas, ONGs y otros muchos grupos, no precisamente de los llamados anti-sistema, están dispuestos a salir a la calle para que se les oiga.

No sé si los líderes mundiales serán capaces de dar repuesta a las exigencias del personal, pero es lo que se espera de ellos: Un nuevo orden económico, creación de empleo, la sustitución del fallido neoliberalismo del pasado por una nueva dirección para el proceso de globalización... O sencillamente, que la crisis no la paguen siempre los mismos.

Lo dicho. ¿Qué espera usted del G-20?

Alfie no es el padre

Menudo lío. Ahora resulta que Alfie Patten no es el padre de la criatura. Se acuerdan ¿no? El chaval de 13 años que casi entra en la historia por ser uno de los padres más precoces del Reino Unido. Yo me lo creí, qué quieren que les diga, aunque muchos de ustedes ya mostraron su incredulidad. Ahora una prueba de ADN que cuesta 300 libras ha despejado toda duda. Alfie se ha llevado un chasco y está disgustado. No es para menos. Primero porque nunca dudó de Chantelle, de 15 años, la madre de la criatura, que siempre le dijo que él era el único chico con el que había estado. Y segundo, porque como es lógico, adora a la pequeña Roxanne, de siete meses, de la que se ha preocupado pensando que era su hija.

Ahora los muchachos que reclaman la paternidad de la niña hacen cola. Ya sé que decir esto suena cruel, pero es la triste realidad. Chantelle ha confesado haber mantenido relaciones con varios chicos en su casa familiar de Eastbourne, y que, una vez embarazada, fue su propia madre la que le obligó a mentir.

Desconozco si puede haber algún tipo de responsabilidad penal sobre una madre que actúa así (me refiero a la madre de Chantelle), pero creo sinceramente que le deberían exigir algo más que un simple "sorry".

Y no digamos nada de "The Sun" (con los tabloides hemos topado de nuevo). Ya advertimos en su día que todo lo que en ellos se publica debe permanecer en cuarentena. Ellos fueron quienes lanzaron la noticia y ahora el Daily Mirror quien la desmiente. Y así, en este juego de vaivenes, hacen caja de manera impúdica. Alguien me dirá que no los lea, que ya me advirtieron de su peligro. Pero me pasa como al resto de la prensa de este país que se considera "seria", que acaba haciéndose eco de lo que se dice en ellos porque llega a millones de ciudadanos.

Algún día hablaré de cómo son las medidas de seguridad en este país. Aquí se acordona y se señaliza con luces intermitentes un área de 100 metros para lavantar una baldosa del suelo, pero al igual que en España no se advierte del peligro que entraña leer y ver determinados medios. Será que igual ya no merece la pena. Menudo callo se nos ha hecho en las entendederas gracias a la impagable labor educativa de algunos periódicos y televisiones.

Lo siento por Alfie, Chantelle y Roxanne.

A confesarse

- Me acuso, padre.

- ¿De qué, hijo?

- De no hablar inglés.

- Umm... Y eso... ¿Desde cuándo?

- Desde hace 25 años.

- Pero... ¿Cómo es posible..?

- Sí padre. Por más que mis hijos y mi mujer hablan todo el día de los "packed lunch" y los "homework", yo a lo mío. O sea, al castellano, que es lo que me gusta. Y no lo puedo evitar. Es superior a mis fuerzas.

- Ya hijo pero uno no puede estar toda la vida así. Pensando sólo en sí mismo, en su propio placer. Ten en cuenta que te debes a una familia...

- Lo entiendo padre. Pero... ¿Qué puedo hacer?

- Mañana mismo te matriculas en una academia. Y como penitencia, vas a repasar la lista de los verbos irregulares y los" phrasal verbs". Bye, bye. O sea, con Dios.

No se lo van a creer, pero es la transcripción exacta de una pesadilla que tuve hace unos días. Perdonen que use el blog para sicoanalizarme, pero no se me ocurre mejor sitio, ni más barato. El caso es que este sueño, como casi todos, supongo, es el cúmulo de las obsesiones que rodean nuestra vida. Y la mía, como la de millones de personas en este país, es entender y hacernos entender cada vez mejor en inglés. Lo paradójico, y aquí viene lo absurdo y casi paranóico de la cuestión, es que en esta ciudad se puede vivir y trabajar perfectamente sin saber inglés. Sin saber inglés a la perfección, vamos. A nada que sepa usted algo, puede lanzarse a las calles sin temor. Lo único que tiene que hacer es esquivar a los ingleses, y sobre todo a escoceses e irlandeses, con los que tendrá verdaderos problemas de comunicación. Pero esto en Londres es harto improbable.

Lo normal es que si usted entra en una tienda, restaurante o incluso lleva a sus hijos a un colegio de primaria, se encuentre con personas que, como usted, han venido de fuera. Y aquí no hay problemas. Su inglés, por muy básico que le parezca, le permitirá entender y hacerse entender. Y no digamos nada si sus interlocutores son brasileños, portugueses, franceses o italianos...!Viva el Latín y el Marenostrum!

Y ahora la noticia: alerta el Daily Mail del retroceso que sufre el inglés, que es ya la segunda lengua para uno de cada siete niños de este país, y que la cifra va creciendo. En algunas áreas de Londres, la lengua de Shakespeare es la segunda para más del 70% de los niños de entre 4 y 11 años. Y entre los alumnos de secundaria el porcentaje de chicos que tienen ese idioma como segundo, después del materno, ha pasado del 8,8 al 10,6%.

No les aburro con más cifras. La conclusión es que la creciente llegada de emigrantes a este país ha cambiado el mapa lingüístico y la realidad de un idioma como el inglés, que a pesar de su tremenda fuerza se ve relegado en los hogares a ser segundo plato. En el mío, aunque mis hijos recurren cada vez más al inglés, domina el castellano, con el euskera, siempre de fondo. Y en la oficina de la corresponsalía pasa lo mismo, solo que el idioma de fondo es el gallego (Rafa y Monse hacen honor a sus orígenes).

Todo esto me hace pensar en la guerra de lenguas de nuestro país y en cómo las cosas cambian por mucho que los políticos y mi padre confesor se empeñen en lo contrario.

Por cierto, a la vista de cómo van las cosas igual me ahorro la penitencia. Además, como dice un amigo mío, loro viejo ya no aprende a hablar.

El Ulster: la paz amenazada

Así hemos titulado el reportaje que este sábado se ha emitido en Informe Semanal. Y es que once años después de que se firmaran los acuerdos de paz de Stormont dos facciones disidentes del IRA han vuelto a asesinar muy cerca de Belfast. No les oculto que hemos trabajado a la carrera, lo que pasa es que yo tengo la suerte de tener conmigo a un "Rolls Royce" de la televisión: Rafael Porro. Y así es mucho más fácil. Mi bisoñez en este tema (y otros) se salva gracias a la dilatada experiencia de Rafa. Más de treinta años en el Reino Unido le han permitido ver casi todo y conocer a casi todos. El domingo llegamos por los pelos para entrar en directo en el TD-2 desde el cuartel de Massereene, a unos 25 kilómetros de Belfast. No les voy a contar las peripecias de un viaje a contrarreloj. No tiene nada de extraordinario correr por las salas de los aeropuertos empujando un carro con trastos televisivos. Pero permítanme que les haga cómplices de la última etapa del viaje. Quienes leyeron el último post titulado ¡¡¡taxi...!!! entenderán que no pueda resistirme a contarlo.

El caso es que el pasado domingo informábamos en el TD-1 desde Londres del atentado de Irlanda del Norte. Pero teníamos que estar en directo en Belfast para el TD-2, así que recogimos los cables y salimos para Heathrow. Cruzamos los dedos para que no hubiera atascos en la autopista ni retrasos en los vuelos ni pérdidas de equipaje... Y funcionó. No sé por qué no uso más lo de los dedos. Faltaban quince minutos para que empezara el TD-2 y nosotros estábamos a 25 kilómetros del punto de directo. Ya está, me dijo Rafa, llegamos. Sólo nos quedaba coger un buen coche y decirle al taxista que fuera rápido. Pan comido, pensé. Con lo que sabemos nosotros de taxis...Y Rafa detuvo su mirada en una furgoneta estacionada en la parada. Un último modelo (no diré la marca) que parecía recién salida del concesionario. ¡Esa! Dijimos al unísono. Excellent!, incluso olía a nueva. No sé por qué tantos agobios si al final siempre llegamos, le dije a Rafa mientras circulábamos por la autopista. No terminé de pronunciar esas palabras cuando nuestro taxista hizo una maniobra de aproximación al arcén: Broken down". ¿Cómooor? ¿Qué se ha averiado? No se preocupen, nos dijo el taxista, en diez minutos llegará un amigo mío en otro coche.

Llegamos al Telediario, tarde, pero llegamos. Yo tengo ahora el pelo un poco más blanco y una firme convicción: no hablar de taxis en una temporada.

Lo de Irlanda del Norte es mucho más serio. Espero que me pase como con los taxis: que no sea lo que parece para no tener que hablar de terrorismo en mucho tiempo. A ser posible nunca.

¡¡¡Taxi...!!!

Gracias por pararse en este blog. Y, por favor, ponga en marcha el taxímetro, que luego no ganamos para sustos.

Supongo que muchos de ustedes se han subido alguna vez a un taxi en Londres. A un "black cab", como les llaman aquí. Aunque la verdad cada vez son menos "black", cubiertos como van de publicidad colorista. Pero bueno. El caso es que son amplios, cómodos, generalmente muy limpios y con una separación acristalada con el conductor que se agradece, especialmente cuando uno no tiene ganas de hablar del tiempo, del tráfico o de la cantidad de futbolistas españoles que juegan en la Premier. Cuenta la tradición que estos coches tienen la forma actual porque en su origen debían ser altos y anchos, y permitir así que los caballeros viajaran sin quitarse la chistera, y las señoras entraran con amplios vestidos y no se les arrugaran cuando iban a la ópera. No sé si será realmente cierto, pero como dicen los italianos, "se non é vero é bene trovato" (si no es verdad, merece serlo).

Y como uno de los objetivos de este blog es informar y divertir (en la medida de lo posible, como los Telediarios), les contaré que la historia de los taxis en Londres se remonta a la época de los carruajes tirados por caballos, como en casi todo el mundo, por cierto. Pero la verdad es que sus modelos no han evolucionado tanto como en otros países. De ahí que los Austin FX3 y FX4 se hayan convertido en una de las señas de identidad de esta ciudad.

Pero... "Oh my God"!, incluso estos taxis están en peligro. Lo explicaba el otro día en una crónica del telediario: desaparecen las cabinas rojas de teléfono. Para qué, con tanto móvil. Los tradicionales autobuses de dos pisos, sustituidos por otros más modernos e impersonales, y ahora los "black cabs". Pero alégrense, porque sus competidoras son las furgonetas "Vito" de Mercedes. Fabricadas, como su nombre indica, en Vitoria. Y llegan al Reino Unido en barco desde el puerto guipuzcoano de Pasajes. Ya ven que barro para casa, como el ministro Sebastián, y no como estos ingleses descastados que aparcan sus clásicos en cuanto se les cruza algo mejor. Y luego dicen que son fieles a su tradición. Ya, ya. Fieles somos nosotros, que seguimos teniendo... ¿Qué seguimos teniendo? Ya no me acuerdo. A ver si alguno de ustedes...

Por cierto, que el taxímetro marca ya 40 libras. Como diría Forges... ¡Gensanta!

Miguel Ángel Idígoras


El título de este blog “London.es” no es más que una declaración de intenciones. La realidad de esta ciudad británica –que para muchos es la menos británica de las ciudades británicas- y de un país pero desde la perspectiva de un español.
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