Wikifiltraciones y wikichismes desde Londres
El viernes ya se lanzó el aviso alarma: las próximas revelaciones de Wikileaks (nada que ver con Wikipedia, como ha dejado claro uno de sus fundadores, Larry Sanger, quien acusa a Julian Assenge&Co de ser enemigos de los EEUU y sus ciudadanos): pondrán en un aprieto a la diplomacia estadounidense, dañarán la imagen del Reino Unido y la special relationship entre los dos países... Que, a pesar del familiar y festivo puente de Thanksgiving, Hillary Clinton se había pasado horas al teléfono poniendo sobre aviso a distintos gobiernos y el embajador de los EEUU en Londres había hecho lo propio con el gobierno británico.
The Guardian volvió a ser anoche el periódico británico elegido para compartir los documentos confidenciales obtenidos por Wikileaks, las "Wikifiltraciones".
Las dos principales revelaciones -o constataciones- que The Guardian destaca en el primer momento son: que los líderes árabes (de Arabia Saudí, Bahrain, Jordania) han estado pidiendo en privado que los EEUU ataquen a Iran para evitar que tenga armas nucleares, y que las Secretarias de Estado, Condoleezza Rice y Hillary Clinton, han pedido a sus diplomáticos que obtengan datos personales de los altos cargos en la ONU.
Por la parte que me toca me voy a concentrar en el contenido que afecta directamente al Reino Unido, según lo que se ha publicado.
-Lo del espionaje en la ONU se supone que les afecta porque el Reino Unido es uno de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad. Los datos que se piden llegan hasta el número de la tarjeta de crédito o de puntos de las lineas aéreas, y a los datos biométricos y contraseñas personales.
-Críticas demoledoras a las operaciones militares de los británicos en Afganistán. Las discrepancias militares entre los dos aliados en sus guerras son ya un clásico, pero hasta ahora habíamos oído o leído sobre todo las críticas de los mandos británicos a las tácticas y modos de los estadounidenses.
-Que un miembro de la familia real, el Príncipe Andrés*, hizo unas declaraciones "inadecuadas, impropias" (inappropriate) sobre un organismo británico y un país extranjero.
-Que en abril de 1990, en una visita a Londres poco después de su liberación, Nelson Mandela enfureció cuando le impidieron entrevistarse con Margaret Thatcher (para transmitirle las razones por las que él se oponía a la política de Thatcher respecto al CNA, considerado un grupo terrorista) y que fue el Congreso Nacional Africano, su partido, en la persona de Zwelakhe Sisuluo, hijo del histórico Walter Sisulu, quien lo impidió.
-Atrás en el tiempo también, en 1985, un diplomático estadounidense informa de los altercados en distintas ciudades británicos describiendo el Reino Unido como un país racista. Escribe que las minorías étnicas son el equivalente de las clases oprimidas y explotadas que describió Dickens en su época.
-Volviendo al presente o pasado inmediato, la Embajada de los EEUU en Londres se interesó en enero -según las wikifiltraciones- por la amistad entre el parlamentario conservador Alan Duncan y el hoy ministro de exteriores, William Hague, y el primer ministro, David Cameron, y qué cargo podría tener en un futuro gobierno. Alan Duncan es homosexual.
-Otro cable describe a un ministro laborista como un perro de caza cuando hay mujeres alrededor. Y cuenta cómo se vio obligado a disculparse ante acusaciones de acoso sexual. The Guardian no desvela el nombre del ministro por miedo a las leyes británicas de difamación.
-Según The Guardian, los cables incluyen juicios poco favorables sobre Gordon Brown, David Cameron y el futuro del gobierno de coalición entre Conservadores y Liberales. Anuncia la publicación de los detalles para esta noche-mañana.
El Foreign and Commonwealth Office (Ministerio de Exteriores) y Downing Street (la oficina del Primer Ministro) han condenado la filtración de todos estos documentos porque consideran que puede dañar los intereses nacionales y poner en peligro vidas humanas, y esperan más.
The Guardian explica que oculta algunos datos que aparecen en los documentos por miedo a las leyes británicas antidifamación. Pero defiende la publicación de los contenidos porque dice que no le corresponden a la prensa proteger al poder y recuerda que lo de secreto electrónico (los cables, los e-mails...) es una contradicción en términos. Del mismo parecer es Christopher Meyer, embajador británico en Washington durante los gobiernos Blair, quien dice que habría sido imposible, o mucho más dificil, filtrar semejante cantidad de documentos en papel.
Según The Guardian, tres millones de personas tenían acceso a esos documentos.
El contenido de lo desvelado hasta ahora deja sobre la mesa dos cuestiones: el doble lenguaje que usan a veces los gobiernos, diciendo una cosa en público y, otra en privado; y dónde está, si es que la hay, la frontera entre diplomacia y espionaje...periodismo...o chismorreo.
El término más repetido respecto al efecto de las wikifiltraciones es embarrassment. Bochorno, incomodidad.
(*) Justo cuando acababa de publicar esta entrada me ha llegado el tweet del Guardian con el contenido de los cables de la embajada de los EEUU sobre el Príncipe Andrés, hijo de la Reina y enviado especial para el Comercio del Reino Unido. Resumiendo, que de manera sorprendentemente sincera y ruda criticó a los servicios anti-corrupción y a la prensa británica (en espcial al Guardian) por meter demasiado las narices en las investigaciones sobre sobornos. Comparó Francia con la corrupción de países de Asia Central como Kirguistán. Según el Guardian, el nombre del Príncipe aparce a menudo citado en los cables como ejemplo de alguien que ha acumulado millones en Kazajistán, país rico en gas y, según los mismos documentos de los EEUU, con un problema de corrupción endémica.