Irlanda. Muchos "first" de una tacada
Las elecciones del 25 de febrero han arrojado un montón de resultados inauditos en la historia de la Irlanda independiente que, recordémoslo, aún no ha cumplido un siglo como Estado soberano.
Por primera vez desde su fundación el Fianna Fáil, que su lider legendario Eamon de Valera definió como Movimiento Nacional (Gosh! tengo edad suficiente para que escribir Movimiento me dé escalofríos), no ha sido el partido más votado, sino que ha quedado relegado a un humillante tercer puesto, casi al mismo nivel que a su archirival* (enemigo, de hecho) el Sinn Féin y muy, muy por detrás de su otro archirival* (enemigo de hecho), el Fine Gael, que ha sido, por primera vez, el más votado. El enfrentamiento se remonta al Tratado de independencia, enfrentamiento a favor-en contra de la partición de la isla (6 de los 9 condados del Ulster siguen bajo la Corona británica).
Por primera vez electores que habían votado al Fianna Fáil toda la vida (como sus padres, como sus abuelos) han hecho lo impensable, votar por el Fine Gael. Por primera vez dinastías políticas que habían estado siempre desde la independencia representadas en el parlamento se han quedado sin escaño.
Por primera vez la izquierda laborista y la izquierda a la izquierda de los laboristas tienen un peso importante en el parlamento, en un país donde hasta ahora todo se jugaba entre la derecha y el centro-derecha.
Por primera vez los irlandeses han elegido a un diputado que es abiertamente gay.
Por primera vez han entrado independientes "peculiares" como un constructor de izquierdas que debe 40 millones de euros a los bancos, o un candidato que reivindica la legalización de la marihuana.
Y dos menciones especiales:
-Los Verdes han pasado de tener 6 diputados a ninguno. El precio de haber estado en el último gobierno del Fianna Fáil.
-Gerry Adams, el presidente del Sinn Féin, norirlandés de Belfast, se ha salido con la suya y es diputado en el Sur. Coincidiendo con su pérdida de relevancia en el Norte donde el peso lo lleva Martin McGuinness (vicepresidente del gobierno autónomo) Adams renunció a sus escaños en el Norte y en Londres y se presentó candidato en el Sur. La campaña ha estado marcada por críticas a su injerencia en la República, sus escasos conocimientos en economía y su afirmación de que no fue miembro del IRA, algo que aquí pocos se creen. Adams ha ganado la apuesta y ha sido el más votado en su circunscripción.
Un verdadero terremoto en el paisaje político irlandés. Miriam Lord escribe en portada del Irish Times este lunes: de los tres pilares de la identidad irlandesa sólo queda uno en pie, la Asociación Gaélica de Atletismo. Los otros dos, la Iglesia Católica y el Fianna Fáil, han caído.
"No te confundas. Los irlandeses no han votado por un cambio, han votado por venganza", me lo han dicho un par de veces hoy. Comentario que huelga a poco que una se pare a escuchar a los irlandeses. Los irlandeses no pueden con su rabia contra el establishment que los ha llevado en la montaña rusa de estos últimos quince años. Y esa rabia ha dirigido su voto. El Fine Gael ha conseguido una representación record en el parlamento, pero su líder, Enda Kenny, ha estado cuestionado por su propio partido hasta pocos meses antes de las elecciones y no es precisamente un ejemplo de regeneración, lleva en el Dáil (equivalente a la Cámara de los Comunes) más de treinta años. Será Taoiseach (primer ministro) por su tesón, sí, pero sobre todo porque cuando se ha derrumbado la columna vertebral de este país, el Fianna Fáil, él estaba en el puesto de líder de la oposición.
La noche electoral, y aludiendo a la ola de revoluciones árabes, dijo que los irlandeses habían hecho una revolución democrática en las urnas.
Como esto es Dublin y esto es Irlanda a la ciclotimia de pasar de la euforia (Tigre Celta) a la depresión (recesión y emigración) hay que añadirle humor, retranca.
La víspera de las elecciones nos ocurrió algo habitual ya. Al ver el logo de tve en la cámara un señor se nos dirigió amablemente con un "Hola, Televisión Espaniola". Era de lo poco que sabía decir en castellano/español. Reconoció el logo porque como casi todos los irlandeses y británicos ha visitado España en vacaciones. Sin que se lo pidiéramos se nos ofreció de guía:
-¿Saben quién vivió aquí en esta esquina de Merrion Sq?
-Sí, Oscar Wilde, lo he leído en una placa.
-¿Y quién nació allí, justo enfrente de la sede del gobierno?
-No, no me he fijado
-El Duque de Wellington...
Y así un rato de charleta en el que ¿cómo no? salió el tema de las elecciones.
-Sí, sí, echaremos al Fianna Fáil, pero, ¿cómo dicen en francés? ¿Plus ça change, plus c'est la même chose?
Sí. Lo escribió Alphonse Karr. También podía haber citado a Tomasi di Lampedusa,
"Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi".
Esperemos que no. Por el bien de todos. Porque si tantos medios internacionales hemos seguido estas elecciones es porque el hundimiento o recuperación de Irlanda nos afecta más allá de la solidaridad.
Hago las maletas y al irme -hasta la próxima- reitero lo que escribí en el post anterior: me consta que la vida aquí puede ser muy dura, pero para el visitante Irlanda suele resultar sinónimo de amabilidad y hospitalidad.
PD Y...no es del todo desinteresado. Todos los irlandeses nos piden que los promocionemos. "Necesitamos a los turistas para reactivar nuestra economía"
PD2 Advertencia: los precios siguen siendo los del Tigre Celta. Por lo menos en Dublín.
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