Tabloids. Los "tabloides", los periódicos sensacionalistas británicos, y sus prácticas han desatado el último escándalo en el que se juntan periodismo, política y negocio. Intentaré contarlo lo más breve y claramente que pueda. No es fácil.
Phone hacking. El "pinchado", intervención, escuchas, entradas en teléfonos ajenos. En 2005 estalló la primera parte del escándalo News of the World, el periódico de más tirada, dicen, en lengua inglesa y... del grupo Murdoch (volveremos a ello más abajo). Un periodista del diario contrató a un detective para que escuchara los mensajes dejados en el teléfono móvil del príncipe Guillermo. Periodista y detective fueron a la cárcel. El periódico insistió en que se trataba de un caso aislado, ya saben, la manzana podrida de un frutero impecable, y que el director del periódico, Andy Coulson, no lo había autorizado, ni estaba al corriente. Pero Coulson dimitió.
Andy Coulson estuvo poco tiempo en paro. Lo fichó David Cameron, líder del Partido Conservador, como director de comunicación (spin doctor) y cuando logró formar gobierno se lo llevó con él al 10 de Downing Street, a dirigir la comunicación del gobierno. Volveremos también a ello.
Tras el juicio, la policía dio la investigación por terminada. Caso cerrado. Pero en los últimos años han ido apareciendo personalidades de relieve público que sospechaban que sus teléfonos móviles habían sido pirateados, intervenidos por terceros. Eran en general gente del mundo de farándula y el deporte, pero también políticos, en especial uno peleón (con los puños, si hace falta), John Prescott, que fue viceprimer ministro de Tony Blair.
El volumen de afectados, confirmados o supuestos, creció tanto que al final, en enero, la policía, Scotland Yard, se vio forzada a reabrir la investigación. Y la posición de Andy Coulson, el exdirector del periódico, que mantenía que él no se enteró de nada, se hizo insostenible en el gobierno y dimitó.
Lo último y gota que ha colmado el vaso. Este lunes pasado The Guardian publicó una información que es la que ha dado un giro macabro y mucho más indignante al caso. Según The Guardian y supuestamente -insisto, supuestamente- News of the World (NOW) "pinchó" el teléfono móvil de una adolescente desaparecida, que luego apareció muerta, durante la investigación policial para encontrarla. Esperen que hay más.
El detective no se limitó a escuchar los mensajes que le habían dejado a esa chica, sino que cuando encontró el buzón de voz lleno borró algunos de los mensajes para dejar espacio a más. Como eso se produjo cuando la chica estaba aún en paradero desconocido, esa actividad en su teléfono llevó a la policía y a la familia de la chica a pensar que aún estaba viva.
En menos de veinticuatro horas de esa publicación se ha convocado por trámite de urgencia un debate de tres horas en el parlamento, este miércoles.
Pero esperen, que hay más.
Rupert Murdoch (ya dije que volveríamos a él). El periódico en el punto de mira es uno de los del grupo multimedia Murdoch (News Corporation). El que tiene The Sun, The Times, The Sunday Times, SkyNews ( un 39% de BSkyB) y, en los Estados Unidos, Fox y el The Wall Street Journal. El peso y poder del grupo Murdoch en el panorama mediático y, más importante, la política británcia, es una de las cuestiones más calientes de los últimos tiempos. Dinero, opinión pública y poder. O, simplemente, poder.
Esperen que hay más.
Murdoch está a un paso (el gobierno Cameron ya le ha dado luz verde) de logar el 61% de las acciones que no posee de BSkyB, la gran plataforma televisiva del Reino Unido. El resto de medios, la competencia, han intentado evitarlo escribiendo incluso -dejando a un lado por una vez grandes rivalidades- una carta conjunta al gobierno. Algunos de los críticos han llegado a comparar el poder mediatico-político que tendrá Rupert Murdoch (que, por cierto, no es ciudadano británico ni reside aquí) en el Reino Unido con el de Silvio Berlusconi en Italia.
Los dos arietes contra Murdoch son, lo han adivinado, The Guardian, y, obvio, la BBC, el gigante y vaca sagrada pública, con cuyo imperio Murdoch lleva años intentando acabar. Duelo de titanes.
Esperen que hay más.
Kingmaker. El hacedor de reyes, o, para el caso, de gobiernos y primeros ministros. El grupo Murdoch contribuyó en gran parte a difundir la imagen -exitosa- de Margaret Thatcher como una ama de casa de clase media. Al apoyo de Murdoch -via los editoriales del Sun- le atribuyen también la victoria in extremis de John Major en 1992. En 1997 Tony Blair ató el apoyo de Murdoch y luego, tras la victoria arrolladora, le dio las gracias. Murdoch, The Sun, apoyó al Partido Laborista hasta septiembre de 2009 cuando sentenció que Gordon Brown y los laboristas estaban agotados y era hora del recambio, de David Cameron.
Cabe plantearse la pregunta, de todos modos, de si quienes ganan lo hacen gracias al apoyo del gran magnate o si el gran magnate los apoya porque ve que son los que van a ganar y, en estas cosas de las prebendas de los medios y los gobiernos, para el negocio es mucho mejor estar a buenas con el gobierno.
Miedo. Miedo a los periódicos de Murdoch es la razón, denuncian muchos de los críticos, por la que la policía dió carpetazo a la investigación cuando, como ahora se ve, quedaba mucho por averiguar. La razón también por la que muchos parlamentarios no han querido forzar el debate, ni más investigaciones hasta que el escándalo ha sido mayúsculo y ha trascendido los chismes de famosos y entrado en lo altamente insensible y macabro.
La defensa. El caso del pinchazo a la chica desaparecida hace más dificil la defensa de esas prácticas, pero muchos son los periodistas británicos que defienden estas prácticas de pinchar teléfonos, pagar a fuentes o tender trampas argumentando que es en interés del público, y que hay un doble rasero, que cuando eso lo hacen periodistas de la "prensa seria" pueden llegar a premiarlos.
Y, ahí, con el interés del público hemos topado. Interés, ventas, audiencias...
PD Ya advertí que no me sería fácil ser breve
@annabosch
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Actualización. Miércoles 6:
-También pincharon los teléfonos de los padres de dos niñas desaparecidas y asesinadas. Y puede que los de familiares de las víctimas de los atentados del 7 de julio de 2005. Y NOW ha confirmado que pagaron a la policía para conseguir información.