3 posts de julio 2011

Pausa para descansar, repostar y reflexionar

Agosto. El mes en que los colegios y el parlamento están de vacaciones. El mes en que informativamente, a priori, todo va a medio gas.  A priori porque que cuando irrumpe una noticia en agosto es de las gordas. La muerte de Diana, el hundimiento de un submarino nuclear en el Ártico, un golpe de Estado en Moscú, el crack del 98 en Rusia y, este año, puede que el crack de los EEUU que, si se produce, nos sacudirá, de nuevo, a todos de formas en estos momentos poco predecibles.

El mes de las vacaciones. Las que nos hemos tomado en la corresponsalía. Tiempo en que me propongo conocer un poquito mejor este país o -por usar la terminología de los británicos- los países/naciones que forman el Reino Unido. El año pasado fue Escocia, este año toca Gales. Tiempo también para descansar, repostar y reflexionar.

Descansar después de una temporada intensa de trabajo. Repostar porque trabajar al ritmo inhumano que han impuesto los canales de información 24 horas e internet, ese terrorífico 24/7 como lo llaman los estadounidenses (trabajar, o estar a disposición del trabajo, las 24 horas del día, los 7 días de la semana), y en tiempos de crisis (hay que producir más con los mismos medios o menos), no sólo agota física y mentalmente, sino que nos convierte en vehículos que deben estar siempre en marcha y recorrer cada vez más kilómetros, pero con menos tiempo para parar en la gasolinera a repostar. Hablo por mí, pero me consta que no soy la única.  Cada vez escribo más y leo menos. Peligroso. Recibimos más información que nunca, pero cada vez tenemos menos tiempo para digerirla. Peligroso. Cuanto más complejo es el mundo -o a mí me lo parece, puede que sea cosa de la edad- de menos tiempo disponemos para estudiarlo y recapacitar. Las nuevas tecnologías, es decir, internet, sus llamadas redes sociales y el abanico de aparatos móviles que nos mantienen conectados permanentemente, nos pueden llevar a la adicción, a autoimponernos jornadas y semanas laborales más largas de las que jamás consentiríamos en un contrato o un convenio colectivo. ¿Es normal leer un artículo interesante en la prensa y tener remordimiento de conciencia, si en ese momento no puedes "tuitear" el enlace?   

Me voy como siempre con esas y otras muchas dudas sobre mi trabajo, su ejercicio y su sentido. Reflexionar. 

No sé si cumpliré el propósito de tomarme vacaciones también del mundo virtual. Del blog, de twitter... Veremos.

Para  iniciar la descompresión/desintoxicación termino con un clásico. "La mer", de Charles Trénet.

Que tengan un buen mes de agosto.

 

 

@annabosch

La lengua del imperio

 

También conocida como lingua franca o lengua vehicular.

Estoy siguiendo la información de la matanza de Noruega, como casi todo, a través de las dos cadenas de información británicas, BBCNews y SkyNews. Y está siendo otra ocasión de constatar dos cosas:

1) La ventaja para las radios y televisiones de trabajar con la lengua del imperio. BBC, además de tener uno o varios corresponsales en todos los rincones del mundo, encuentra siempre portavoces y testigos capaces de expresarse en inglés. Una gran ventaja para los medios audiovisuales.

2) Noruega es uno de esos países donde casi todo el mundo por debajo de los 50 años se expresa muy bien en inglés. Y en el caso de los jóvenes son prácticamente bilingües en noruego e inglés. Los supervivientes de la matanza, aún en estado de shock, narraban su experiencia en inglés sin aparentemente ningún esfuerzo por hablar una lengua extranjera. Las ruedas de prensa del primer ministro se desarrollan indistintamente -preguntas y respuestas- en noruego e inglés. 

Mi experencia me lleva a pensar que es el resultado de los sistemas educativos, reforzados por la ausencia de doblaje en las películas o series de televisión, y de que su lengua mayoritaria, el noruego, es minoritaria. Noruega no llega a los cinco millones de habitantes.  

Concluir, como hacen algunos, que tener el inglés, actual lengua del imperio, como lengua materna es una ventaja puede ser precipitado o inexacto. Cierto que cuando las negociaciones internacionales, o las comunicaciones internacionales en casi cualquier ámbito, son cada vez más en inglés siempre jugará con ventaja quien mejor domine esa lengua. ¿Y quién puede dominar mejor una lengua que quien la tiene como primera? Pero tener la lengua del imperio, o de un eximperio, lleva a la pereza. ¿Para qué aprender otros idiomas, si con el mío puedo sobrevivir en casi todo el mundo? ¿Para qué aprender otro idioma, si los demás me entienden en el mío?

Esa ventaja de que los demás hablen tu lengua puede volverse en contra porque el monolingüe acaba siendo alguien peor capacitado en un mundo cada vez más globalizado. Ya el año pasado escribí en este blog que se reduce de manera alarmante (para ellos) el número de multinacionales británicas dirigidas por británicos. Una de las razones que esgrimió un responsable de Marks&Spencer (dirigida ahora por Marc Bolland, un holandés) fue que entre dos candidatos bien preparados el extranjero solía dominar el inglés y otras lenguas, mientras que demasiado a menudo el británico solo dominaba el inglés. Y eso cuando se busca un mercado internacional es un handicap.

Coincidiendo con el Día de Europa el 9 de mayo la BBC dedicó un artículo en su web al hecho de que los británicos son un 12% de la población de la Unión Europea, pero solo un 5% de los empleados en las instituciones europeas. Y lo achacaba al escaso dominio de lenguas extranjeras. 

Hay  otra desventaja. Cuando solo hablas una lengua, solo te enteras de lo que se dice en esa lengua. Y eso lleva a que "los otros" conozcan al monolingüe del imperio mejor de lo que el monolingüe del imperio conoce a "los otros".

Extrapolando los occidentales en general -que formamos parte de este imperio, aunque sea en calidad de provincias- podemos incluirnos en esa lógica egocéntrica. "Los otros" (los orientales, los árabes...) nos conocen mejor a nosotros de lo que nosotros los conocemos a ellos. Y eso para "nosotros" es una desventaja, no una ventaja.

PD personal. El debate sobre las ventajas o inconvenientes de educar a niños en el bilingüismo o trilingüismo me parece que no ha lugar porque considero que las ventajas superan con mucho a los inconvenientes.  Uno de los posibles inconvenientes es que quienes nos relacionamos habitualmente en más de una lengua en ocasiones dudamos en una palabra o expresión. Los  reflexivos, la preposición o el caso que rige un determinado verbo... Es especialmente delicado cuando tu instrumento de trabajo es precisamente la lengua. Y a veces metemos la pata. Yo lo hice recientemente al decir que Cameron "había hecho un mea culpa", en lugar de "entonado un mea culpa". Quiero puntualizar que cuando como en esa ocasión cometo errores (¿y por qué no se pueden 'hacer' los errores?) no me quedo "tan ancha". Intento hablar y escribir lo mejor posible los cinco idiomas que hablo con fluidez y cuando fallo me ruborizo, entono el mea culpa, tomo nota y procuro que no se me olvide para no repetir el error.

 

@annabosch

El lado oscuro del periodismo británico. Y más.

Tabloids.  Los "tabloides", los periódicos sensacionalistas británicos, y sus prácticas han desatado el último escándalo en el que se juntan periodismo, política y negocio. Intentaré contarlo lo más breve y claramente que pueda. No es fácil.

Phone hacking. El "pinchado", intervención, escuchas, entradas en teléfonos ajenos. En 2005 estalló la primera parte del escándalo News of the World, el periódico de más tirada, dicen, en lengua inglesa y... del grupo Murdoch (volveremos a ello más abajo). Un periodista del diario contrató a un detective para que escuchara los mensajes dejados en el teléfono móvil del príncipe Guillermo. Periodista y detective fueron a la cárcel.  El periódico insistió en que se trataba de un caso aislado, ya saben, la manzana podrida de un frutero impecable, y que el director del periódico, Andy Coulson, no lo había autorizado, ni estaba al corriente. Pero Coulson dimitió. 

Andy Coulson estuvo poco tiempo en paro. Lo fichó David Cameron, líder del Partido Conservador, como director de comunicación (spin doctor) y cuando logró formar gobierno se lo llevó con él al 10 de Downing Street, a dirigir la comunicación del gobierno. Volveremos también a ello.

Tras el juicio, la policía dio la investigación por terminada. Caso cerrado. Pero en los últimos años han ido apareciendo personalidades de relieve público que sospechaban que sus teléfonos móviles habían sido pirateados, intervenidos por terceros. Eran en general gente del mundo de farándula y el deporte, pero también políticos, en especial uno peleón (con los puños, si hace falta), John Prescott, que fue viceprimer ministro de Tony Blair.

El volumen de afectados, confirmados o supuestos, creció tanto que al final, en enero, la policía, Scotland Yard, se vio forzada a reabrir la investigación. Y la posición de Andy Coulson, el exdirector del periódico, que mantenía que él no se enteró de nada, se hizo insostenible en el gobierno y dimitó.

Lo último y gota que ha colmado el vaso. Este lunes pasado The Guardian publicó una información que es la que ha dado un giro macabro y mucho más indignante al caso. Según The Guardian y supuestamente -insisto, supuestamente- News of the World (NOW) "pinchó" el teléfono móvil de una adolescente desaparecida, que luego apareció muerta, durante la investigación policial para encontrarla. Esperen que hay más.

El detective no se limitó a escuchar los mensajes que le habían dejado a esa chica, sino que cuando encontró el buzón de voz lleno borró algunos de los mensajes para dejar espacio a más. Como eso se produjo cuando la chica estaba aún en paradero desconocido, esa actividad en su teléfono llevó a la policía y a la familia de la chica a pensar que aún estaba viva.

En menos de veinticuatro horas de esa publicación se ha convocado por trámite de urgencia un debate de tres horas en el parlamento, este miércoles.

Pero esperen, que hay más.

Rupert Murdoch (ya dije que volveríamos a él). El periódico en el punto de mira es uno de los del grupo multimedia Murdoch (News Corporation). El que tiene The Sun, The Times, The Sunday Times, SkyNews ( un 39% de BSkyB) y, en los Estados Unidos, Fox y el The Wall Street Journal. El peso y poder del grupo Murdoch en el panorama mediático y, más importante, la política británcia, es una de las cuestiones más calientes de los últimos tiempos. Dinero, opinión pública y poder.  O, simplemente, poder.  

Esperen que hay más.

Murdoch está a un paso (el gobierno Cameron ya le ha dado luz verde) de logar el 61% de las acciones que no posee de BSkyB, la gran plataforma televisiva del Reino Unido. El resto de medios, la competencia, han intentado evitarlo escribiendo incluso -dejando a un lado por una vez grandes rivalidades- una carta conjunta al gobierno. Algunos de los críticos han llegado a comparar el poder mediatico-político que tendrá Rupert Murdoch (que, por cierto, no es ciudadano británico ni reside aquí) en el Reino Unido con el de Silvio Berlusconi en Italia.

Los dos arietes contra Murdoch son, lo han adivinado, The Guardian, y, obvio, la BBC, el gigante y vaca sagrada pública, con cuyo imperio Murdoch lleva años intentando acabar. Duelo de titanes.

Esperen que hay más.

Kingmaker. El hacedor de reyes, o, para el caso, de gobiernos y primeros ministros. El grupo Murdoch contribuyó en gran parte a difundir la imagen -exitosa- de Margaret Thatcher como una ama de casa de clase media. Al apoyo de Murdoch -via los editoriales del Sun- le atribuyen también la victoria in extremis de John Major en 1992. En 1997 Tony Blair ató el apoyo de Murdoch y luego, tras la victoria arrolladora, le dio las gracias. Murdoch, The Sun, apoyó al Partido Laborista hasta septiembre de 2009 cuando sentenció que Gordon Brown y los laboristas estaban agotados y era hora del recambio, de David Cameron. 

Cabe plantearse la pregunta, de todos modos, de si quienes ganan lo hacen gracias al apoyo del gran magnate o si el gran magnate los apoya porque ve que son los que van a ganar y, en estas cosas de las prebendas de los medios y los gobiernos, para el negocio es mucho mejor estar a buenas con el gobierno.   

Miedo. Miedo a los periódicos de Murdoch es la razón, denuncian muchos de los críticos, por la que la policía dió carpetazo a la investigación cuando, como ahora se ve, quedaba mucho por averiguar. La razón también por la que muchos parlamentarios no han querido forzar el debate, ni más investigaciones hasta que el escándalo ha sido mayúsculo y ha trascendido los chismes de famosos y entrado en lo altamente insensible y macabro. 

La defensa. El caso del pinchazo a la chica desaparecida hace más dificil la defensa de esas prácticas, pero muchos son los periodistas británicos que defienden estas prácticas de pinchar teléfonos, pagar a fuentes o tender trampas argumentando que es en interés del público, y que hay un doble rasero, que cuando eso lo hacen periodistas de la "prensa seria" pueden llegar a premiarlos.

Y, ahí, con el interés del público hemos topado. Interés, ventas, audiencias...

 PD Ya advertí que no me sería fácil ser breve

 

@annabosch

 

..........

Actualización. Miércoles 6:

-También pincharon los teléfonos de los padres de dos niñas desaparecidas y asesinadas. Y puede que los de familiares de las víctimas de los atentados del 7 de julio de 2005.  Y NOW ha confirmado que pagaron a la policía para conseguir información.

 

 

Miguel Ángel Idígoras


El título de este blog “London.es” no es más que una declaración de intenciones. La realidad de esta ciudad británica –que para muchos es la menos británica de las ciudades británicas- y de un país pero desde la perspectiva de un español.
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