2 posts de febrero 2012

Otro referéndum

Otro referéndum que cubrir para esta corresponsalía. Y es, otra vez, en Irlanda. Y resulta difícil no hacer algún chiste después de los referéndums y re-referéndums de los últimos años. Votad, votad, malditos, hasta que salga sí entonaron la Unión Europea y el gobierno irlandés con el Tratado de Niza, primero, en 2001, y el de Lisboa, después, en 2008.  Los irlandeses los rechazaron a la primera, pero acabaron aceptándolos a cambio de algunas concesiones a su soberanía por parte del resto de la Unión Europea. A la segunda fue la vencida. Ahora le toca al pacto de disciplina fiscal.

Los gobernantes europeos se esmeraron al redactar ese pacto en que no se considerara técnicamente un nuevo tratado y así evitar esos incómodos referéndums que vetan o retrasan la entrada en vigor de nuevas reglas. Este viernes 25 de los 27 países firmarán ese pacto. También lo hará el gobierno irlandés, sólo quedarán al margen el Reino Unido y la República Checa. Y en esta ocasión para hacerlo efectivo bastará con que lo ratifiquen 12 paísesEn el caso de Irlanda, hoy la cosa se ha complicado un poco.

El Fiscal General (máxima autoridad en cuestiones legales) ha dicho que era necesario someterlo a referéndum. Y así será.

Los tres principales partidos (los dos que gobiernan, Fine Gael y Laboristas, y el que gobernaba y ha pasado a la oposición, Fianna Fáil) apoyan el pacto fiscal y ya han anunciado que harán campaña a favor del síEl Sinn Féin, reforzado como partido de oposición en el sur, en la República, está en contra porque considera que es un pacto de austeridad.

Que los principales partidos apoyen el sí no es ninguna garantía porque ya saben que cuando a los ciudadanos se les pregunta, contestan, y uno nunca puede dar por seguro qué van a  decir. En esta ocasión a nadie se le escapa lo impopular que es la Troika (Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) que los ha "rescatado" económicamente a condición de imponer -y supervisar-fuertes políticas de austeridad.   

Si los irlandeses rechazan el pacto, la consecuencia es que Irlanda no podría optar a otro rescate económico. ¿No aceptas las reglas?, pues no hay más dinero. Pero, en principio, no afectaría a los planes de los demás gobiernos europeos firmantes porque, como decía, basta con que lo ratifiquen 12, no los 25 firmantes.Tampoco significaría la expulsión de Irlanda del euro, pero es fácil adivinar que ése será el gran argumento de la campaña del sí, si queréis seguir en el euro -y a pesar de todo, nos conviene seguir en él- votad que sí.

No hay fecha para el referéndum irlandés, pero se especula con que sea esta primavera.

PD Para el referéndum que sí ya hay fecha es  el de independencia de Escocia. O al menos ésa fue la exclusiva de la edición escocesa del nuevo Sun on Sunday del grupo Murdoch. Sábado 18 de octubre de 2014. Lo dicho, en esta corresponsalía se nos acumulan los referéndums.   

 

@annabosch

Casi prefería las palomitas con mantequilla. Alcoholismo británico

Explico el título. Una tiene un olfato muy sensible, demasiado a veces, y en los cinco años que viví en Washington DC había un olor en las salas de cine que me molestaba y producía rechazo. Más cuando descubrí qué era. La mantequilla líquida con la que buena parte del público gusta rociar sus paquetes tamaño gigante de palomitas.

De la noche a la mañana despegué de los EEUU y aterricé en Londres. Y uno de los shocks que tuve, tras ese tiempo en que me acostumbré al American way of life, fue el del alcohol. La sensación de estar rodeada de alcohol y potenciales alcohólicos empeñados en que yo también lo acabara siendo.  Pasé de tener que esconder, con bolsas o papeles, las botellas de vino que compraba o llevaba a casa de unos amigos, si iba andando, a tropezarme en cada esquina del centro de Londres decenas de personas dándole a la cerveza y al vino a partir del mediodía. A que las cenas o actos vespertinos a los que me invitan vayan precedidos de bebidas alcohólicas, y que si pido algo sin alcohol me miren raro o me manden al rincón del agua. Extraño, al mismo tiempo, en una sociedad tan respetuosa con las minorías étnicas y con una notable presencia de musulmanes. O que al ir al cine o al teatro me encuentre, ¡dentro de la sala!, rodeada de público con pintas o copas de vino hasta arriba emanando sus efluvios, que cuando son de tu copa apetecen, pero cuando son ajenos y tú no estás bebiendo, pues, lo dicho, que casi prefiero el olor a mantequilla líquida. Explicado el titular.

La británica es una sociedad donde el alcohol lejos de estar escondido sale a tu encuentro, a captarte. Vas por la calle y ya de buena mañana los pubs tienen en la acera el reclamo de 3 copas por el precio de 2.

 

3x2

Pones la tele y las cadenas de supermercados anuncian las ofertas de la semana o el mes y siempre lo más destacado son las ofertas en alcohol. Entras en uno de esos supermercados y, tal como ha captado Óscar García (@oalfonsogarcia) en esta foto que me ha mandado, te invitan a llevarte una caja. Una caja. ¡Es más fácil, dice el cartel!

 

     Pic up a case

 

 Una sociedad donde he visto en los informativos hacerle entrevistas a ministros sentados en uno de esos bancos típicos de pub pinta en mano. O usar como plano de recurso, de cut away, en una entrevista un plano de una mesa llena de copas de vino. Donde es habitual que personajes públicos, políticos incluídos, hablen sin rubor de sus borracheras como sinónimo de ocio, de divertimento. Donde en series de televisión o entrevistas la frase "llegas a casa cansada..." suele terminar con un "te abres una botella de vino" mucho más a menudo que con un "te estiras en el sofá y pones música" o "te das un baño caliente con sales".

Y, además, beben a palo seco, sin comer. Creo que es Jimmy Burns Marañón (y, si no, que me perdone el fallo de memoria) quien cuenta que él se delata como no británico 100% y medio español porque no logra beber sin acompañar el alcohol de algo de comida, aunque sean unas patatas fritas. Sólo de ver en esos bancos en las aceras, a las seis o siete de la tarde, una botella de vino que han vaciado mano a mano dos mujeres (las del vino suelen ser mujeres) sin rastro de nada sólido ya me duele el hígado.

Es una sociedad donde el alcohol hasta el exceso está tan extendido y aceptado que cuando era habitual que las sesiones en el parlamento se extendieran más allá de la cena (no hace tanto) no era infrecuente que más de un "honorable", incluso alguno insigne, apareciera y hablara beodo.

Una sociedad donde el binge drinking (el beber de manera desmesurada hasta perder la dignidad e incluso la conciencia) es un problema nacional, pero también se considera lo "normal", parte del ocio, en la vida de los jóvenes. Sally Berkow, esposa del Speaker (presidente) de la Cámara de los Comunes, contó como ella de joven también fue una binge drinker hasta el punto de acostarse con alguien que acababa de conocer y sin mucha conciencia.

Esta noche en el programa Panorama de BBC1 otra figura del mundo de la política (y, antes, del periodismo), Alastair Campbell, que fue jefe de comunicación y mago, spin doctor, de Tony Blair,  cuenta su experiencia de alcohólico sin conciencia de serlo y se adentra en ese alcoholismo "oculto" de la sociedad británica. 

Uno de los datos que han adelantado de ese reportaje es que en el Reino Unido mientras que las muertes por tabaquismo están bajando, las causadas por enfermadades hepáticas están subiendo.

El gobierno de Tony Blair amplió los horarios en que se podía vender alcohol al público con la esperanza de que así los británicos abrazaran usos más continentales y dosificaran su ingesta de alcohol a lo largo del día en lugar de lanzarse como posesos al vaso, la jarra o la copa a partir de las cinco de la tarde. Campbell dice que a él nunca acabó de convencerle la idea. Los gobiernos británicos, como los rusos, llevan varios intentos de paliar el alcoholismo que, además del evidente daño a los que lo sufren y sus familias, tiene también un notable coste económico para la sociedad. Pero no parece que hayan tenido mucho éxito hasta ahora.   

Antes de que algunos se me echen encima, me apresuro a decir que nada de lo dicho en este escrito tiene intención de infravalorar los problemas de alcoholismo que hay, también, en los Estados Unidos o en España y su cultura de las cañas, los potes, la litrona o el carajillo de buena mañana.  

 

@annabosch

 

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Actualizaciones, abajo, en los comentarios.   

 

 

Miguel Ángel Idígoras


El título de este blog “London.es” no es más que una declaración de intenciones. La realidad de esta ciudad británica –que para muchos es la menos británica de las ciudades británicas- y de un país pero desde la perspectiva de un español.
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