Ya no soy huérfana...
...me han adoptado Oscar Manzanares, su mujer, su hermana y también Conchita Michavila.
¿Quienes son? Pues Oscar y Conchita llegaron hace 70 años al puerto de Veracruz, desde Francia. Sus padres eran republicanos y lucharon en el bando perdedor de la guerra civil española.
Confieso que a mí los temas del exilio español nunca me habían llamado la atención de una manera especial. Los asocio con las típicas películas españolas que durante años trataron "para mi gusto" demasiado esa "temática". La de la guerra civil, digo.
Pero bueno, el sábado descubrí parte de la riqueza de ese exilio...Fuimos a Veracruz a "rememorar" la llegada del Sinaia, un barco francés que atracó el 13 de junio de 1939 en el puerto de esa ciudad con 1681 refugiados españoles.
Y conocí a personas extraordinarias...
Me despertó una ternura especial una señora llamada Eugenia González del Hoyo. Alguien me dijo: habla con esa señora de ahí, tiene 95 años pero su cabeza está perfecta. Lo primero que me dijo "Yo soy de un pequeño pueblo de Valladolid, en España"... Y cada vez que me citaba un lugar me lo situaba en España...hasta que le dije que yo era española...
---"Ah, entonces ya sabes".
Cuando abandonó Europa Eugenia tenía 25 años. En los 18 días que duró la travesía del Sinaia ella se dedicó a sacar y meter mangas de blusas y chaquetas, a cortar o añadir trozos a los bajos de los pantalones... Me contó que parte de los pasajeros que iban con ella en el barco acababan de salir de campos de concentración, que les habían dado ropa pero que no era de su talla...así que se pasó 18 días en cubierta cosiendo... Y cosiendo cosiendo también se hizo un vestido que estrenó al bajar del barco.
---"Y todavía guardo la fotografía con ese vestido"
Eugenia, como la mayoría de los casi 50 supervivientes que se reencontraron en Veracruz por primera vez desde su llegada -insisto, hace 70 años- nos dijo que se sentía mitad española, mitad mexicana. Ella ha vuelto a España varias veces pero no encontró a la gente de sus recuerdos, quizá por eso nos confesó que quiere morir en México.
---"Voy a dejar aquí mis huesos para semilla, a ver si retoñan"
Ese reencuentro del que hablo fue posible gracias al trabajo del Gobierno del Estado mexicano de Veracruz y de la Embajada Española...que han trabajado duro para encontrar y reunir a estos supervivientes.
El Sinaia no fue ni el único ni el primero de los 16 barcos que llegaron a México con refugiados, pero sí es uno de los más conocidos. Quizá porque en el puerto de Veracruz esperaban 20 mil personas para dar la bienvenida a los refugiados. Por supuesto, todos partidarios de Lázaro Cárdenas, el presidente mexicano que acogió a cerca de 25 mil españoles que huían del franquismo.
Es verdad que no todos los mexicanos vieron con buenos ojos la llegada de los españoles...las necesidades del país eran muchas como para traer más bocas a las que alimentar. Pero el exilio español también enriqueció las aulas, la cultura y la ciencia mexicana...porque entre esos exiliados venían intelectuales republicanos.
Entre las curiosidades del Sinaia: pues en tan sólo 18 días en alta mar parieron 3 mujeres. También para mantener la moral entre todos escribieron un diario...
Por supuesto que no tuve tiempo de hablar con todos estos supervivientes, pero sí con unos cuantos...y hay algo que me sorprendió desde el principio: su acento. No era mexicano del todo... ni siquiera el acento de Oscar y Conchita, que llegaron a Veracruz siendo bebés.
Conchita y Oscar si habían coincidido alguna vez después de su llegada a Veracruz. A los dos les pedí un favor que aceptaron encantados: grabarles unas imágenes paseando por el puerto. He de decir que además de aceptar les hizo mucha ilusión que les grabara la tele.
Oscar me contó que su madre le dijo que las primeras palabras que aprendió a pronunciar fueron "avión y bomba". Oscar nunca ha querido volver a España, aunque después de este encuentro dice que se lo va a pensar, que ha empezado a sentir algo nuevo: "esto me ha despertado la raíz".
Conchita, sin embargo, sí que ha viajado a España y dice que su pasaporte es español. Es un homenaje a su padre, que lo perdió todo en España y que nunca quiso cambiar su nacionalidad. "Es lo único que le quedaba de allí",comenta.
Ahora quiero explicar el titulo del post "ya no soy huérfana". No sé el motivo, pero en algún momento, mientras estabamos con ellos en el puerto dije mi edad y Oscar comentó: como mi hija... y su mujer dijo: ¡Pues ya tenemos una hija española! Y al contar yo que mis padres habían muerto, todos decidieron adoptarme.
Son pequeños momentos.
Como cuando Claudio Esteva Fabregat me dijo con risa nerviosa que claro "que queríamos regresar, pero no como perdedores". Hoy 70 años después, digo yo que afortunadamente ha desaparecido ese concepto de perdedores... Lo que quedan son las personas... y con las que yo estuve el sábado pasado no me parecían "perdedoras", no. Son personas sabias, sabias por lo que vivieron y por la experiencia que les ha dado su edad.