La rompedora de techos de cristal (Rostros americanos III)
Aquí donde la ven, esta mujer ha conseguido a los 27 años abrir brecha en la sociedad mexicana, muchas veces machista y racista. Se llama María Gertrudis Hernández. Es indígena tzotzil, de Zinacantan, en los Altos de Chiapas, y está orgullosa de su idioma, de su cultura y de su gente. Proviene de una familia pobre, pero con esfuerzo estudió Derecho. Y desde entonces no ha parado.
Fue procuradora (fiscal) de Familia. Después la fichó el PRD (Partido de la Revolución Democrática) y llegó al Congreso de Chiapas, convirtiéndose así en la primera mujer indígena en conseguir un escaño en la Cámara. Trabaja, sobre todo, para que se cumplan los derechos de mujeres, niños e indígenas.
María Gertrudis es una rompedora de techos de cristal. Ni su condición de mujer, ni su condición de indígena ni su entorno de pobreza le han impedido alcanzar las metas que se ha propuesto (incluida la de fundar su propia familia: está casada y tiene dos hijos).
Ha sentido la discriminación, los desaires de compañeros y muchas zancadillas, pero ella es una corredora de fondo. Por eso le pregunto si se ve en el Congreso de la República o, por qué no, si se ve como presidenta de México. María Gertrudis sonríe y dice que el trabajo y Diós tienen la última palabra. El futuro dirá, pero seguro que sigue rompiendo otros techos de cristal.
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