Viejos zorros
jueves 12.sep.2013 por Carlos Franganillo 1 Comentarios
En las redacciones de Internacional de todo el mundo, el pasado lunes fue un día agitado. Los movimientos diplomáticos de Rusia, Estados Unidos y Siria se sucedieron a un ritmo vertiginoso abriendo una nueva vía de negociación en una crisis que parecía destinada a resolverse a golpe de Tomahawk. Aparentemente, el secretario de Estado John Kerry cometía un desliz al plantear que sólo la entrega de su arsenal químico salvaría a Damasco de un ataque. Moscú le tomaba rápidamente la palabra y presionaba al régimen de Asad, que poco después aceptaba la propuesta. El propio Obama veía la idea como “potencialmente positiva” y, sin congelarse del todo, el plan de ataque se enfriaba.
En los días posteriores, la Casa Blanca y el Kremlin han dado a entender que la idea se había discutido en las últimas semanas y que Obama y Putin la trataron en San Petersburgo, durante la cumbre del G-20. Es decir, era un plan coordinado entre las 2 potencias. Ésa es una de las versiones porque algunos analistas ven en todo esto una jugada maestra de Moscú, dirigida por su canciller, Serguéi Lavrov, para frenar un ataque que posiblemente no beneficiaría más que al maremágnum de grupos rebeldes que tratan de derrocar a Asad, respaldados por EEUU, Turquía y las potencias wahabitas del Golfo Pérsico.
Cualquiera de esas lecturas deja en mejor lugar a Moscú que a Washington. Puede que Obama salve la cara, evitando un ataque que no le gusta y que no tiene apoyo en EEUU –siempre podrá decir que EEUU consigue que Asad entregue sus armas químicas sin necesidad de atacar- pero los errores del presidente estadounidense tienen ya un resultado claro: Rusia ha aumentado notablemente su peso como actor global y especialmente en Oriente Próximo. Ante el mundo, Moscú marca el paso y se perfila como un mediador que apuesta por el diálogo frente al poderío militar de Washington. La no intervención en conflictos internos es –al menos sobre el papel- uno de los pilares de la política exterior rusa, que consigue imponerse en un conflicto tan complejo y con tantos actores como el de Siria. Eso le otorga credibilidad y fiabilidad ante sus aliados que saben que Rusia estará ahí para defenderles.
Enredado en un difícil equilibrio entre su perfil como Nobel de la Paz y el de Comandante en Jefe de la nación más poderosa del mundo, Obama ha caído en su propia trampa lanzándose a una acción militar sin comprobar el apoyo externo e interno. Putin y Lavrov, dos viejos zorros, han jugado bien sus cartas.
Tantomonta dijo
Para gobernar el desgobierno nada mejor que el oportunismo, y en esto, Obama el novel de la peace a quedado desdibujado ante la jugada de los raposos siberianos: Putin y Lavrov. Y al final, todos son lo mismo.
http://www.youtube.com/watch?NR=1&feature=endscreen&v=5tnU0Aavr1Y
Kreator - All of the Same Blood