Enamorado de Londres
lunes 18.abr.2016 por Destinos de película 3 Comentarios
Fue llegar a Londres y ponerse a llover. ¿Qué te pensabas, que ibas al Caribe?, pensarás querido lector. Ya, lo sé. Sacamos los paraguas, encendimos las cámaras y pusimos las mejores sonrisas. Si hay que trabajar, que sea de buen rollo. Eso siempre: positivos. No me va a hundir un chaparrón y menos en una ciudad en la que es lo normal. Y además, le queda bien. Eso sí, qué incómodo se hace para el rodaje, los cables, los micros, las cámaras y las gafas. Maldita miopía. Pero como si nada, ¡grabando!
Diego se echó la cámara al hombro y echamos a andar por Baker Street entre resbalones y frases de película. Mario, el otro operador, se puso el chubasquero y le dio al ON. Mis compañeros de Destinos de Película son un equipazo que hace piña y que rema a favor de todo haga frío, llueva o queme el sol. Producción, guionistas, sonido y técnicos vamos en plan mosqueteros. Y suele pasar, cuando ya andas con el paraguas en mano, para de llover. El solazo que vino después fue maravilloso, primaveral: se llenaron las terrazas, la gente se tiró a las calles del centro de Londres y, lo que en un principio parecía una película de Sherlock Holmes, acabó siendo una comedia romántica a lo Notting Hill.
Quien me conoce sabe que soy parisino declarado, pero he tenido que luchar contra mis instintos básicos porque Londres ha sido un verdadero placer. La fama de romántica la tiene París, pero la ternura de la capital del Reino Unido me ha ganado. No son fríos y distantes, son amables hasta los policías cuando te invitan a salir de una plaza. ¿Exagero? Sí, claro. Pero como es mi sensación pues os la cuento. Amabilidad 100%. Basta pasear para enamorarse de la ciudad, o entrar a un pub o colarse en el Borough Market. Y las películas han ayudado mucho a enamorarnos de ella. Multicultural, orgullosa de sus tradiciones, moderna, educada, divertida, colorista y… atrevida.
Londres se ha comportado como una actriz protagonista en nuestro capítulo de Destinos. A veces parecía Mary Poppins, otras James Bond, un poco Reina Isabel, la atropellada Britget Jones y, en ocasiones, era Hugh Grant. Qué grandes películas se han rodado en esta ciudad y qué bien fotografía. Tiene magia y hace volar con la imaginación. No me extraña que muchos de sus héroes vuelen: Peter Pan, Harry Potter o la propia señorita Poppins. Yo también quise volar y nos subimos al London Eye, una de las norias más altas del mundo.
Desde Match Point a Closer, desde V de Vendetta a Frenesí. He ido buscando los escenarios para volver a vivir las escenas de aquellas películas y poderlos narrar en el programa. Y, tras muchos taxis, metros y autobuses, acabé sentado en un banco que me emociona. ¿Recordáis a Liam Neeson con su hijastro frente al Támesis en un banco? Pues buscamos el mismo lugar y allí rodamos parte del programa. Os refresco la memoria: “¿De verdad quieres saber qué me pasa aunque no puedas hacer nada para ayudarme?”, dice el pequeño. “Sí”, contesta inquieto Liam Neeson. “Lo que pasa es que estoy enamorado”. Oh. “Pensaba que sería algo peor”, responde el padre. Y en eso momento el niño se queda con todos nosotros con la mejor frase: “¿peor que la angustia de estar enamorado?”
En fin, Londres. Que muchas gracias por portarte tan bien y poner el sol para los días de rodaje. Habrá que volver pronto, ¿no? No me parece una mala ciudad para vivir, trabajar, ir a musicales, pasear, hacer compras o, qué se yo, enamorarse.
Gloria dijo
Muy buen programa, con un maravilloso profesional.
Mariona dijo
Me ha encantado el programa de Londres. Sé que no pueden salir todas las películas pero...he echado de menos a Audrey Hepburn en Covent Garden (My Fair Lady)
Beatriz dijo
Especialmente bonito te ha quedado este post, Màxim. Así que en el programa nos enamoraremos, como tú, de Londres.