Perdidos en el desierto
lunes 11.abr.2016 por Destinos de película 3 Comentarios
Suena el timbre de mi casa en domingo. No espero a nadie. ¿Quién es?, pregunto por el telefonillo. “Las maletas”, responde un señor. El equipaje que ha recorrido un montón de ciudades de Marruecos y parte del desierto se perdió en una de las muchas conexiones de avión que hemos hecho. Según me dicen, “se quedaron en Casablanca”. Suena hasta poético. En fin, que las maletas querían quedarse allí a vivir. Va a tener razón Paul Bowles: “El cielo de aquí es muy extraño. A veces, cuando lo miro, tengo la sensación de que es algo sólido, allá arriba, que nos protege de lo que hay detrás”.
Después de recorrer Tánger para Destinos de Película, seguimos rumbo a Marrakech. Allí nos esperaba el exotismo de la gran plaza Jma El Fna o los jardines de Majorelle. La ciudad es el infierno y el cielo al mismo tiempo, no tiene medida. Se ofrece espléndida y sencilla sabiendo que vas a rendirte a su singularidad. Alfred Hitchcock rodó allí “El hombre que sabía demasiado”, os sonará por la canción de Doris Day –que será, seráaaa- y hemos visitado los escenarios reales de la película. A lo James Stewart, confundido por la rareza del paisaje, he entrado en la habitación del Hotel La Mamounia donde se hospedaron los actores y he paseado en un “grand taxi” (palabras del conductor) que, al saber que yo era español, me cantó por Melendi. Lo veréis en el programa. El rodaje está siendo agotador, pero tan satisfactorio que me arden los ojos por verlo todo montado. La suma de experiencias está siendo brutal, ya veréis.
Salimos de Marrakech destino Ouarzazate, la ciudad conocida como el Hollywood de África. El mismo escenario que usó Ridley Scott para la Jerusalem de El Reino de los Cielos sirve ahora Juego de Tronos. Incluso el templo de Cleopatra vale para grabar Masterchef marroquí. Todo cartón piedra del bueno.
Pero como nosotros buscamos decorados reales, nos perdimos en busca de los pueblos donde se rodó Babel y allí, en una casita de barro, después de una carretera infernal y kilómetros de baches y polvo, estaba la sorpresa. Unos niños nos llevaron a la calle donde vive todavía la anciana bereber que cuidaba de Cate Blanchett en la película de Iñárritu. Sigue igual, tan amable y enigmática. Nos invitó a té, almendras y charlamos sentados sobre las alfombras. Estoy seguro de que será uno de los momentos más especiales de Destinos de Película. Bueno, y también de mi vida.
Me despido de Marruecos con una frase, también de Bowles: “El viento soplaría, la arena se depositaría y de alguna manera aún imprevisible el tiempo produciría un cambio que no podía ser aterrador, porque no sería una continuación del presente.”
Y ahora, deshago la maleta que acaba de llegar a casa, la vacío de experiencias y sensaciones y… ¡nos vamos a Londres!
Ana dijo
Me encanta! Queremos más destinos de de película. La bella Toscana por ejemplo :D
Tükü dijo
https://www.youtube.com/watch?v=f_RZnQHabtU
https://www.youtube.com/watch?v=hF6qHNfYxd4
https://www.youtube.com/watch?v=BD9pYUJ8Sko
Beatriz dijo
Casablanca... Este Destinos de Película va a ser muy, muy especial. Me da :)