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Baker Beach, una playa para no ser playero


El mapa no miente: Baker Beach es una playa en un marco de lujo.

Al norte, el Golden Gate Bridge, majestuoso, imperturbable y visible desde todo el arenal. Al oeste, el Pacífico, un océano que no hace honor al nombre y no gusta de cultivar la mansedumbre.

Cuando algún español se decide a venir a San Francisco, en el primer correo electrónico menciona, sin excepción y con una especie de ánimo de beach boy honorario, los términos "playa", "traje de baño", "chancletas" y "crema solar".

Suelo sabotear el sueño, advertir que Malibú está más de 500 kilómetros al sur y que la utopía de hogueras nocturnas en la arena por estos lares es tan improbable como la conquista de la justicia social. Aconsejo la sustitución del bañador por un buen abrigo y advierto que, aunque me parece correcto invitar a las chanclas a las vacaciones, quizá convenga pensar en las Timberland como calzado de diario.

No es ésta una ciudad para cultivar la playa, lo cual contradice, lo sé, la visión idílica de los mapas, la belleza de la bahía y el olor a mejillones del ambiente.

En San Francisco tienes playas (en concreto, tres), pero no puedes ser playero a no ser que seas un crío armado con la valentía brava de la niñez.

El agua tiene una temperatura media de 9 a 12 grados, las olas y corrientes son estremecedoras y, como añadido a la cadena trófica, hay tiburones. Los ataques a seres humanos no son frecuentes —el último de carácter mortal registrado es de 1959—, pero la segura presencia de escualos, entre ellos los de muy mal genio tiburones blancos, no invita a lanzarse a nadar con entusiasmo.

Ya hablé en el blog de la más amplia y salvaje de las playas locales, Ocean Beach, un buen spot para el surf —el mítico Kelly Slater ganó aquí en 2011 y con 39 años su 11º título mundial—. Otra, China Beach, es una cala situada al norte de Baker y resulta casi impracticable excepto con marea baja.

Si se trata de compararlas, el ranking lo encabeza sin debate posible Baker: es la más grácil, los avistamientos de delfines y ballenas son frecuentes y está en el área del Golden Gate National Park, un área natural protegida y, por tanto, a salvo de desmanes urbanísticos.

Más valores: una tranquila zona para barbacoas y picnics, un bosque costero capricosamente torturado por el viento y, en el extremo norte del arenal, una esquina de la playa donde el nudismo está bien visto.

Un dato de background histórico añadido para los mitómanos: en Baker se celebró, entre 1986 y 1990, el entonces naciente festival Burning Man, que debió trasladarse al desierto cuando se convirtió en un evento multitudinario. En la web tienen algunas fotos de aquellas primeras y humildes ediciones.

Aprovechando la primavera esplendorosa de este año —la más seca en décadas, con un 52% de precipitaciones por debajo de la media—, es un gozo ir a Baker a andar por la arena, tenderse en la manta (una prenda impresdinble en cualquier kit local de paseante) y dejarse mecer.

Las fotos son analógicas, con film químico que revelé con mis manos. Utilicé dos cámaras baratas de plástico, ambas marca Holga, de fabricación china, una de medio formato, 120 mm (las fotos cuadradas), y otra de 135 mm (las horizontales).

En las dos últimas imágenes que inserto jugué con la superposición de negativos dentro de la cámara, avanzando sólo una parte de la película y dejando que la siguiente imagen se monte sobre la anterior. Es una forma, torpe pero divertida, de intentar que la mirada fotográfica se acerque a la sensación de la mirada de mis ojos cada vez que voy a Baker: ansia de panorama.

[Foto: Jose Ángel González]
[Foto: Jose Ángel González]
[Foto: Jose Ángel González]
[Foto: Jose Ángel González]
[Foto: Jose Ángel González]
[Foto: Jose Ángel González]
[Foto: Jose Ángel González]
[Foto: Jose Ángel González]
[Foto: Jose Ángel González]
[Foto: Jose Ángel González]
[Foto: Jose Ángel González]
[Foto: Jose Ángel González]

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Jose Ángel González


Crónicas vitales de un periodista español emigrado a la Bahía de San Francisco, en California, el estado con mayor presencia de latinos e hispanohablantes de los Estados Unidos.
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