'Time-lapse' de los desalojos en San Francisco
Hacer clic en el mapa y ver la animación de estilo time-lapse que se abrirá en una ventana nueva es malo para la salud anímica. Una cosa es saber que miles de personas y familias de tu ciudad están siendo desalojadas de su casas de manera injusta y otra darte cuenta de la velocidad con que la epidemia ha cubierto toda la ciudad de San Francisco.
El mapa animado sobre los desalojos ha sido colgado en la red por la organización Anti-Eviction Mapping Project. "Usamos mapas y testimonios digitales para volver visibles los procesos de desalojo, desplazamiento, y gentrificación. Trazamos mapas de quiénes están siendo forzados a dejar sus hogares; cómo y por qué estos desalojos suceden; y quién es responsable", dicen en su declaración de intenciones.
La animación, en la que al mapa de la ciudad parece padecer una enfermedad de la piel y le van apareciendo puntos rojos con cada desalojo ejecutado desde enero de 1997 hasta agosto de este año, muestra y hace tangible una de las estadísticas más deprimentes de San Francisco: el crimen social cometido contra la ciudad por la especulación inmobiliaria de las casas en alquiler.
Los promotores del Anti-Eviction Mapping Project, con la colaboración del San Francisco Tenants Union (Unión de Inquilinos de San Francisco), quieren también "mostrar qué propietarios son desalajadores repetitivos, qué comunidades parecen ser el blanco de estas acciones, y dónde se reubica a los desalojados".
Para poner caras y nombres a las tragedias que aparecen tras cada desalojo, han colgado una encuesta en inglés y español —están a punto de traducirla a chino—. "Nuestro sitio será una plataforma donde las personas podrán expresar sus historias para asegurar que los efectos devastadores sean escuchados", dicen.
¿Cómo es posible este drama consentido —urbicidio, le ha llamado la prensa local— que pone en la calle a inquilinos con contrato y sin ningún impago ni incumplimiento de sus obligaciones? El instrumento legal del que se valen los caseros es la Ellis Act, una ley de 1985 del estado de California, que permite a los propietarios deshacerse de los inquilinos mediante el "cierre" del negocio de alquiler. El agujero legal permite la imprecisa cláusula sea empleada como subterfugio para reconvertir la propiedad, ampliando el número de unidades de vivienda, en un condominio de apartamentos de alto nivel.
El telón de fondo, por supuesto, es la estrafalaria dimensión de los alquileres en San Francisco tienen dimensión estrafalaria: han subido un 53% en el último año y la renta media mensual por un apartamento de un dormitorio es de 2.700 dólares (unos 2.100 euros), la más alta de los EE UU. Por efecto dominó, los alquileres en la ciudad alternativa, la cercana Oakland, han subido un 28,5% y tampoco son asequibles: 1.961 dólares de renta mensual media (1.500 euros). Es decir, quienes son desalojados no podrán de ninguna forma encontrar un hogar por el que pagar lo mismo que pagaban.
Los desalojos —evictions, en inglés— son el pan amargo de cada día. Esta semana saltó el caso del matrimonio chino de Gum Gee Lee (73 años), su marido Poon Heung Lee (79) y la hija de ambos, de 48, enferma y dependiente. Fueron desalojados del apartamento en el que vivían desde hace 34 años y por el que pagaban 778 dólares al mes (unos 560 euros). El edificio fue comprado el año pasado por un empresario que se ampara en la Ellis Act para reconvertir la propiedad en apartamentos de lujo. Con la ayuda de vecinos y simpatizantes, los desalojados están viviendo temporalmente en un hotel barato.
Un pequeño triunfo se registró en paralelo, cuando un juez anuló por un defecto formal la petición de desalojo formulada por el casero contra Jeremy Mykaels, un veterano activista gay, enfermo de sida, al que quieren echar de la casa de la que es inquilino desde hace más de treinta años.