Otro barrio de San Francisco con restos radioactivos
Segunda entrada consecutiva con peligroso telón de fondo radioactivo.
Un informe oficial interno obtenido esta semana por el Center for Investigative Reporting —a sus periodistas no les resultó fácil y tuvieron que exigirlo amparándose en la Public Records Act Request, una ley del estado de California que fomenta la transparencia y obliga a la entrega a quien lo solicite de cualquier documento administrativo— revela que en Treasure Island hay suficiente cantidad de radioactividad como para que la salud de los residentes esté en peligro.
La islita de 2,3 kilómetros cuadrados situada en la bahía de San Francisco puede contener basura atómica enterrada en el suelo y no hay garantía alguna de que se trate de una zona segura, dice el memorando del Departamento de Salud Pública. "Deben ser realizados nuevos anális sobre la probabilidad de que alguna persona, especialmente miembros sensibles de la población (Por ejemplo, niños) toquen algún fragmento radioactivo y se vean expuestos", señala el informe, que puede ser consultado aquí íntegro (36 páginas).
En la isla viven dos mil personas y el Ayuntamiento de San Francisco tiene en marcha en la zona un plan para construir 8.000 viviendas. El alcalde de la ciudad, Ed Lee, viajó a China en abril para traer dinero fresco de inversores del gran gigante asiático y regresó con un sólo contrato: la promesa de inversión de 1,7 millones de dólares (1,1 millones de euros) en la nueva urbanización de Treasure Island.
Mientras Lee estaba al otro lado del Pacífico en el lugar aparecieron escombros contaminados,pero el Ayuntamiento se limitó a remitir a los vecinos una carta tranquilizadora, asegurando que la descontaminación de la isla había sido completada, pero ocultando la aparición de cascotes con niveles altos de radio y estroncio y la evidencia de que muchas alambradas del lugar impiden el acceso a terrenos por peligro de exposición a sustancias peligrosas.
Construida entre 1936 y 1937 con material de relleno, la isla artificial fue la sede de la Golden Gate International Exposition de 1939. Dos años más tarde se convirtió en sede de una base militar de la marina de los EE UU, que operó hasta 1997. La Armada usó el lugar como zona de atraque y reparación de barcos con armas atómicas.
Aunque los militares han afirmado que dejó la isla limpia de contaminación radioactiva mediante un plan de limpieza de seis años, diversas mediciones efectuadas en los últimos años demuestran lo contrario.
La nueva urbanización que defienden los responsables municipales será construida y vendida por por Lennar Coroporation, la segunda empresa más potente del sector en los EE UU y una de las 500 más ricas del país, y la misma que también tiene en sus manos la edificación de 12.000 viviendas en Hunter's Point, la otra zona radioactiva de la que les hablé hace unos días.
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