'My Brooklyn': ¿qué *#$x<%=* es eso de la gentrificación??
jueves 31.ene.2013 por Agustín Alonso G. 3 Comentarios
Lo primero que hice al llegar a Nueva York fue levantarme el domingo, comprarme Time Out y New York Mag en el kiosko de Union Square antes de tomarme un brunch y tratar de averiguar con un pilot en la mano a qué iba a dedicar mi materia gris en los días siguientes.
Creo que fue en Time Out donde vi que se reestrenaba un documental sobre la gentrificación de Brooklyn en un sitio llamado ReRun Theater, que resultó ser un Gastropub Theater en el cool-in-progress barrio de Dumbo, me pone usted a los pies del puente de Brooklyn. Vamos, que ni diseñado de antemano, en plan crónica de Kapuszcinsky o mockumentary, lo podría haber cocinado mejor para este rincón.
La sala de proyección (no cine) es una estancia amplia con un patio de butacas compuesto de sillas y sofás de coche y una barra de bar en la que se sirven bebidas y palomitas. Para acceder a ella, hay que internarse al fondo del reBar, un pub de ambiente muy agradable que le pone cara y supongo que sostén al negocio.
En la proyección -lleno total- había una mezcla de jóvenes intrépidos sin estilo reseñable (aquí me autoetiqueto yo), algunos hipsters entre los que se incluían gentes de sexo indefinido, y señores de pelo cano y gafas de concha que veríamos en Madrid a la puerta de los Golem y a los que les jode que les llamemos de usted, aunque ya no estemos en los 80.
Redefiniendo el Downtown de Brooklyn
My Brooklyn, un documental en vídeo dirigido por Kelly Anderson, cuenta el proceso de reorganización urbanística llevado a cabo durante la década pasada por la alcaldía de Nueva York, en el que se buscaba transformar el Downtown de Brooklyn, en torno a Fulton Street. En el proceso se favoreció la demolición de edificios y del centro comercial de la zona (Fulton Mall, tercer punto comercial más importante de la ciudad tras la 5ª Avenida y Madison) para convertirla en una zona comercial al alcance de cadenas ya establecidas y edificios de lujo.
Foto de Jamel Shabazz, fotodocumentalista de la zona, y uno de los hilos narrativos de 'My Brooklyn'.
Para unos, el resultado es que se ha desmantelado un barrio popular de población negra, una población que ya previamente, a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, ha sido objeto constante de políticas urbanísticas que la ha arrinconado en guetos. El área se ha convertido ahora en un lugar para la clase media-alta que viene de Manhattan en la que los pobladores tradicionales del barrio y los pequeños comercios han tenido que mudarse o cerrar.
Para otros, se trata del cambio inevitable que todas las urbes sufren y que no puede -no debe- detenerse por motivos sentimentales, especialmente porque significa prosperidad para el lugar.
La tesis que el documental presenta con los hechos y opiniones que ofrece es que esta gentrificación urbanística no solo no es algo inexorable, un cambio natural en las ciudades, sino que es un plan intencionado de la alcaldía en colaboración con grandes corporaciones inmobiliarias, agrupadas a su vez en lobis que hacen de consejeros de las instituciones de la alcaldía; corporaciones que muchas veces son donantes de la campaña de los politicos al mando.
Lo que realmente resulta fascinante y repulsivo es ver las promesas de puestos de trabajo para los habitantes de la zona, etc., que se hacen durante la campaña de propaganda en 2004, cuando se lanza el proyecto, y ver cómo años después y ya con este desarrollado, nada de eso se ha cumplido. Sí, en cambio, el lugar, colindante con Fort Greene (al que ya me referí), se ha transformado en un sitio más cuco y adecuado para que los burgueses a los que les gustan las cadenas comerciales puedan aposentarse. Una urbanización convencionalota y uniformizadora.
En el coloquio posterior con la directora, un espectador expresó su sorpresa porque su idea de la gentrificación era la de algo generado por el movimiento natural de jóvenes artistas y creativos a zonas más baratas y menos burguesas -"yo soy artista", comenzó su turno de palabra: en Brooklyn "artista" es a "ocupación" lo que "sus labores" en otras latitudes sociales-. Ese movimiento termina revitalizando la zona y convirtiéndola en imán para burguemios. Algo más natural y con mejor prensa que esa aparente alianza entre administraciones públicas y promotores inmobiliarios.
Porque nos podemos echar unas risas con los modernos y demás guayses (jajaja, qué tontos), pero la primera hola de hipsters, vanguardistas y colonizadores urbanos buscan, como dice Kelly al comienzo del documental "una forma de vida un poco menos convencional, algo más creativa". Pero, como también ella dijo al término de la proyección, Nueva York es "definitivamente una ciudad de desigualdades".
Bonus track - Tips gastronómicos:
ReBar: Ambiente muy agradable. El servicio, muy bien. Una cerveza Brooklyn Radius y la ReBurguer con patatas fritas (y finas), por 18,50 dólares. La hamburguesa rica y servida en 10 minutos; la cerveza, suave.
Soho Park Restaurant: un bar bien situado en la calle Prince, en el Soho, de esos que se aprovechan de que pillan de paso. No es barato, y tampoco tiene una gran personalidad (o una americana), pero teniendo en cuenta los preicos del entorno tampoco diremos que es caro. Su especialidad son las hamburguesas; para picar y acompañar hay cestas de patatas fritas y pepinillos. El vino, como en todas partes, es carísimo.
Ismael Recio dijo
muy muy muy fan del ReBar !!!!!
Agustín Alonso G. dijo
Un 'must' al que he llegado por casualidad. En tu próximo viaje a NY, ya tienes dónde ir (es la parada York St de la línea F).
tenori dijo
Yo estuve hace poco en NY, veré el documental en mi sofá para ver como ha cambiado.