LA NOVELA GRÁFICA ES TENDENCIA
jueves 19.jun.2014 por Asier Ávila 0 Comentarios
Hubo un tiempo que esto de leer tebeos estaba bastante mal visto sino tenías menos de 15 años o no esperabas nada de tu futuro como adulto responsable. Pero hoy en día el veto ha desaparecido y ya no es algo que debas ocultar sino todo lo contrario. Leer novela gráfica es tendencia. Y eso es un hecho.
El término novela gráfica se acuñó para dar una pátina de seriedad a los tebeos, que acostumbraban a publicarse en revistas de muy diferente pelaje, casi siempre para adolescentes.
Las primeras obras que definen el género se atribuyen a visionarios como el norteamericano Will Eisner o los franceses Tardí y Forest. Pero no fue hasta la publicación de una obra magna titulada MAUS y creada por Art Spiegelman que el término tomó pleno sentido.
A partir de entonces la etiqueta novela gráfica se asocia a historias autoconclusivas, en formato libro, con profundidad literaria y dirigidas a un público adulto.
Hoy en día el cómic es un arte respetado y sus autores (sin meternos en temas pecuniarios, que ahí sí hay diferencias) poco tienen que envidiar a sus pares literatos. ¿O no?
No es complicado certificar el sólido avance de la novela gráfica como producto de consumo masivo. Y no solo porque conocidos centros comerciales han abierto secciones dedicadas exclusivamente al cómic, ni tampoco porque las grandes editoriales han decidido apostar seriamente por su publicación.
No, no. La principal prueba es la estupenda visibilidad de autores como Paco Roca y su multipremiada obra Arrugas o los elogios internacionales a la obra de Max y la ingente cantidad de autores que están publicando cada vez más y mejor. Y ahí están Juanjo Saez, MIguel Brieva, Lola Lorente, Santiago García, Sergi Puyol, Alvaro Ortiz, Clara Tanit, Paco Alcázar, Mauro Entrialgo, David Sánchez…
Y la cifra no para de aumentar.
Y la cosa no se quedará aquí, estoy seguro. La novela gráfica, el tebeo, el cómic, la historieta o como lo quieran llamar seguirá consiguiendo más adeptos. Porque la narración en viñetas puede ser profunda y emocionante como demuestra Jason con su No me dejes nunca, porque los argumentos son ilimitados y sensibles como atestiguan los libros de Seth y porque la capacidad poética del cómic no tienen rival como deja claro la obra de Chris Ware.
Y todo esto sin tener en cuenta que los lectores más jóvenes conectan con el lenguaje sintético y visual del comic de manera natural. Vamos, que poco más se puede pedir.
Es posible que la novela gráfica esté de moda, que su éxito sea una burbuja dentro de la industria editorial y que como todas las tendencias acaben por perder fuelle.
Pero imposturas la justas que el cómic ya es mayor de edad y se las arregla muy bien solito.