De la hipertensión al ictus y al infarto
martes 22.mar.2016 por Equipo El Ojo Clínico 0 Comentarios
Por el Dr. José María Ferrer
HIPERTENSIÓN
La hipertensión arterial (HTA) es la elevación de los niveles de presión arterial (PA) de forma continua o sostenida por encima de 140/90 mm Hg.
La presión arterial es la presión que ejerce el corazón sobre las arterias para que estas lleven la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo humano. Si la presión aumenta, implica una mayor resistencia para el corazón, que es como si estuviera en un gimnasio haciendo pesas: aumenta su masa muscular, algo perjudicial porque necesita, al aumentar, más riego sanguíneo que puede llevar a insuficiencia cardiaca, insuficiencia coronaria, angina de pecho y arritmias.
HTA FACTOR DE RIESGO
La hipertensión arterial es el factor de riesgo más frecuente en la población adulta afectando a más del 40% de la población entre 35 y 64 años y al 65% de los mayores de 65 años. Existen evidencias más que suficientes del beneficio del tratamiento de la HTA y de la importancia de su control para evitar complicaciones tales como enfermedades del corazón, cerebrovasculares, insuficiencia renal o ceguera.
A pesar de las evidencias sobre los beneficios de su control, éste continua siendo bajo. Aproximadamente, el 40% de los hipertensos desconocen que lo son, el 20% de los diagnosticados no están tratados con medicamentos antihipertensivos y la mitad de los tratados no alcanza objetivos terapéuticos de control.
Esta situación está motivada por múltiples factores, entre ellos, el incumplimiento del tratamiento por el paciente y la actitud muchas veces conservadora o de inercia terapéutica del médico. El problema de la HTA en la mayoría de ocasiones es que no suele presentar síntomas. Una persona puede tener la tensión arterial alta durante mucho tiempo sin saberlo y con frecuencia se diagnostica por casualidad en un control rutinario. Este diagnóstico muchas veces tardío hace que al mantenerse la tensión arterial elevada durante tanto tiempo en ocasiones debute sin previo aviso con angina de pecho, infarto de miocardio, arritmias, insuficiencia cardiaca o incluso a veces, provoca roturas arteriales. La HTA se considera una enfermedad crónica, por tanto, requiere un tratamiento crónico, es decir, “ de por vida”.
¿PORQUÉ ES IMPORTANTE CONTROLAR LA HTA? ICTUS E INFARTO AGUDO DE MIOCARDIO
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) las enfermedades cardiovasculares son responsables en el mundo de 17 millones de muertes al año, casi un tercio del total.
La HTA es la causa de al menos el 45% de las muertes por cardiopatía y el 51% de las muertes por accidente cardiovascular. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en España las enfermedades del sistema circulatorio siguen siendo la primera causa de muerte. La HTA es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de ictus, tanto isquémico como hemorrágico, así como otras patologías cerebrales que incluyen el infarto lacunar, las lesiones cerebrales de sustancia blanca, el deterioro cognitivo y la demencia vascular.
El ictus constituye en España la primera causa de mortalidad en la mujer y la tercera causa en el hombre. En total, representa la segunda causa de muerte, por detrás de la cardiopatía isquémica. Sin duda alguna, la edad y la HTA son los dos factores de riesgo más relacionados con la enfermedad cerebrovascular.
Existe evidencia suficiente a favor de los beneficios del tratamiento antihipertensivo. Una disminución de la presión arterial (PA) de 6 mm Hg es capaz de reducir hasta un 48% el riesgo de ictus. A mayor reducción de la PA se produce una mayor disminución del riesgo de padecer ictus.
La HTA afecta nuestra salud de varias maneras por un lado endureciendo las arterias. La presión en el interior de las arterias puede producir un engrosamiento de los músculos que recubren la pared de las arterias produciendo un estrechamiento de las mismas. Si un coágulo de sangre obstruye el flujo sanguíneo al corazón o al cerebro, pudiendo producir un infarto agudo de miocardio o un ictus. La HTA no controlada también afecta al corazón produciendo un agrandamiento del mismo. Hace trabajar más al corazón, el cual al tener que vencer una mayor presión aumenta su tamaño necesitando más sangre rica en oxígeno costándole por otro lado mantener una circulación adecuada.
La HTA mal controlada durante largo tiempo afecta también a los riñones y a la visión al afectar a los pequeños capilares de la retina pudiendo producir ceguera.
IMPORTANCIA DEL DIAGNOSTICO Y ADHERENCIA AL TRATAMIENTO
Para evitar las complicaciones que producen la HTA es fundamental realizar un diagnóstico precoz con la toma periódica de la Tensión arterial comprobando que esté siempre por debajo de 140 la sistólica y 90 la diastólica. Una vez establecido el diagnóstico es fundamental la adherencia al tratamiento para mantener la tensión arterial dentro de los valores que evitarán las complicaciones.