Carta a la anorexia
lunes 4.abr.2016 por Equipo El Ojo Clínico 0 Comentarios
Por el Dr. José María Ferrer
Buenas noches cruel Anorexia,
En ninguna carta había empezado así pero tú, Anorexia, no te mereces menos calificativo que este. Tú y otros trastornos de la alimentación tan terribles como tú.
Te cebas con adolescentes y jóvenes aunque puedas llegar en cualquier momento. En ellas más que en ellos. En momentos y épocas de sus vidas en las que son más vulnerables, indefensos y sensibles. En momentos de sus vidas en los que todavía piensan que lo importante es la armadura que nos envuelve. En momentos de sus vidas en los que pudiendo ser felices, comerse el mundo y disfrutar de las cosas buenas de la vida, les impides vivir, crecer, relacionarse y tener salud.
Eres un monstruo, un parásito asesino que manipulas y controlas a tus víctimas. Consigues que vean otra cosa cuando se miran al espejo, haces que tengan distorsionada su imagen corporal. Las manipulas de tal manera que muchas veces no son conscientes de tenerte en su interior. Las convences para que mantengan el mínimo peso corporal a base de no comer, hacer ejercicio intenso e incluso en ocasiones vomitar hasta el último escaso contenido de sus estómagos.
Eres sin duda alguna terrible e incomprensible para mucha gente. Tu única meta es la autodestrucción de tus víctimas a través de la inanición y los problemas de salud que van teniendo por tu culpa. No se escapa nadie a tus garras, puedes tenerlo todo y sufrirte, puedes ser muy inteligente y sufrirte. La única manera de vencerte es conseguir que tus víctimas te reconozcan, se den cuenta de tu existencia y poder destructivo. Así llegan a vencerte.
Para escribirte he pasado tiempo hablando con Laura, escuchándola y al final admirándola. Ella ha sufrido y convivido durante más de 5 años contigo hasta que al final ha conseguido que te alejes, que te conviertas en una mala pesadilla. Aunque como ella dice, todavía sigue luchando cada día para mantenerte lejos, muy lejos. Pero finalmente cuando estaba todo negro consiguió reconocerte: la clave para vencerte.
Laura tenía sólo 15 años cuando apareciste. En su caso no había falta de cariño en su casa, sus padres la adoraban, y la adoran. Era y es estudiosa, responsable y una adolescente normal. Eso sí, demasiado preocupada por cómo aparecía en las fotos de Instagram, cuantos likes tenía. Preocupada por Facebook y por whatsappear con sus amigas y que la contestaran al instante. Llegó un momento en el que cuando se miraba al espejo no le gustaba lo que veía, estaba acostumbrada a ver las grandes modelos en la televisión, espectaculares, guapas y delgadas, las fotos de sus amigas en Instagram que para ella eras casi perfectas, mucho mejores, más guapas y más delgadas que ella. Algo que no era cierto.
Ella se veía fatal, fea y no lo es ni era, gorda y no lo es ni era. Estos sentimientos la fueron minando poco a poco. Decidió primero empezar a comer menos, sólo verdura, fruta, nada de carne y alimentos que pudieran hacer que su peso aumentara. Y acabó obsesionándose con su peso, queriendo cada vez pesar menos no tenía bastante con pesar sólo 48kg midiendo 1,60cm. Quería llegar a 45kg, luego 40kg…
Recuerdo Laura cómo por entonces tu madre entendió que había un problema y te trajo a consulta, pesabas 47,5 kg midiendo 1,60 cm, ya muy por debajo de lo aconsejable. Pero tú lo negabas todo, negabas tu obsesión por la comida, tu ejercicio intenso, no eras consciente todavía de lo que tenías dentro de ti, la Anorexia. Hablamos mucho pero conseguimos poco.
Lo primero era conseguir que entendieras el verdadero problema de salud que la Anorexia, te estaba causando. Ahora Laura no paras de decirme cuando vienes a verme, lo equivocada, lo cegada que estabas, qué importante es conseguir esto. Te remití al psiquiatra con el objetivo de que acabaras en una unidad especializada de trastornos de la conducta alimentaria, entendí que necesitabas más ayuda, ayuda que yo no era capaz de proporcionarte.
Durante meses estuviste vomitando prácticamente todo lo que comías. Te aislaste, dejaste de salir con tus amigas, no querías hablar con nadie. Empezaste a faltar al colegio. Tu salud cada día iba empeorando. La menstruación se retrasaba, la piel se secaba, las analíticas se alteraban. Llegó un momento que en la misma unidad de trastornos alimentarios donde te veían plantearon que habría que ingresarte, tu salud estaba en peligro, tu vida estaba en peligro. Parece que fue esto, como me has contado en alguna ocasión, lo que produjo en ti un miedo tan grande que fue tu punto de partida a la mejoría.
Ese día en el que viste que debías estar ingresada en un hospital, ese día en el que viste a tus padres sufriendo, llorando, impotentes por no saber que hacer para ayudarte, fue el día en el que te diste cuenta de tu problema, del poder de la Anorexia, de su crueldad. Te diste cuenta de que la tenías que vencer si querías vivir. Fuiste pactando ganancias de peso gramo a gramo hasta que parece que la luz empezó a verse al final del túnel tenebroso de la anorexia. Era una carrera larga, maratoniana para vencer a la maldita Anorexia. Qué importantes han sido tus padres, en ocasiones para ellos también fue difícil entender lo que te pasaba, lo que tenías.
Al principio no sabían cómo reaccionar o dónde acudir. Pensaban que no era posible que algo así te pasara a ti, a su hija, a su niña. Pero nunca te faltó, te falta y te faltará su apoyo, sus abrazos, su cariño. Ellos han sufrido contigo, se han dado cuenta de que todo es secundario cuando algo así te ataca. Y ahora que has vencido, se les ve tan felices, tan orgullosos de ti.
Sabemos que todavía tienes tus miedos, tus miedos que vas venciendo. Al fin te has dado cuenta de que eres mucho más importante que una talla, un número en la báscula o una imagen en el espejo.
Enhorabuena Laura, enhorabuena por tu fortaleza, por tu valentía, por ser consciente del problema que tenías y tener la fuerza y el valor para vencerlo. Te admiro, eres grande y sé que te gusta ayudar a chicas que han pasado por lo mismo que tú. Ahora eres una gran "arma de destrucción masiva" contra la Anorexia. Cuando acabes tu carrera de enfermería serás, sin duda, una gran profesional. No tengo más que decirte a ti, terrible Anorexia. Me despido, esperando que no vuelvas, que nos dejes en paz.
Pido que no te ayudemos a aparecer en forma de pasarelas con modelos extremadamente delgadas, en forma de anuncios en que lo importante es la imagen, la figura, la belleza, pretendiendo que deseemos ser perfectos por fuera, cuando lo importante es aceptarnos cada uno como somos, con nuestros defectos y nuestras virtudes. En esto consiste a mi juicio la esencia de la felicidad.
Con cariño para Laura y sus padres, gracias por regalarme vuestra historia, por dejarme formar parte de ella y por ser como sois, fantásticos. Para todas y todos los afectados por algún trastorno de la conducta alimentaria y sus familias, su gran apoyo. Con cariño a todos los profesionales, unidades de trastornos de la conducta alimentaria que trabajan para vencer la terrible Anorexia y otras enfermedades de este tipo, y a todas las asociaciones que luchan contra este tipo de enfermedades, sirviendo de gran apoyo a familiares y pacientes.