Carta a la hepatitis
domingo 17.abr.2016 por Equipo El Ojo Clínico 0 Comentarios
Por el Dr. José María Ferrer
Hola Hepatitis,
Llegas y nos inflamas el hígado. A veces, incluso no paras hasta destruirlo. En muchas ocasiones llegas y no nos damos cuenta, lo desconocemos, vivimos pensando que todo está bien pero no es así, tú estás en nuestro organismo haciendo de las tuyas. No te sentimos y muchas veces cuando lo hacemos ya es un poco tarde. Solo si lo has inflamado lo suficiente te encontramos en el resultado de una analítica de sangre.
No sé a cual escribir, a tu parte vírica, la más frecuente y con más caras, a tu parte producida por fármacos o a tu parte producida por el maldito alcohol.
Tienes muchas formas de aparecer. En el caso del alcohol su ingesta excesiva y no saludable hace estragos en nuestro hígado y sólo su abandono nos curará. En el caso de vosotras, las hepatitis víricas, podéis venir de muchas maneras: en forma de piercings o tatuajes realizados en centros no homologados, en forma de relaciones sexuales con personas que ya te tienen, en forma de transfusiones de antes de 1990 y en forma de consumo de drogas inyectadas.
Tu parte más frecuente probablemente sea la vírica, con tus muchas caras , con tu cara A cuya letra parecería que viniera de Aguda porque nunca se cronifica. Vienes y te vas, eres la menos dañina, a veces incluso apareces y pasas desapercibida. La cara B, da más guerra: parecería como si inflamara más el hígado. Puede hacer que nuestra piel se vuelva amarilla pero la mayoría de las veces también se acaba yendo, parecería un Bueno sí... pero en ocasiones te cronificas, Bueno sí... pero en ocasiones eres mala incluso en tu parte aguda.
La peor de tus caras es la C, por eso eres a la que me voy a dirigir durante el resto de la carta. Eres sin duda la cara más horrible, la más Catastrófica, la mayoría de las veces que apareces te quedas y en muchas ocasiones vas minando nuestro hígado, inflamándolo hasta en muchas ocasiones destruirlo. No lo haces de un día para otro, lo vas haciendo poco a poco, hasta que va dejando de funcionar y llegas a la Cirrosis, qué curioso también con C.
Eres muy frecuente, de hecho eres la infección crónica más frecuente en España, muy por delante de otras como el VIH. Eres, hepatitis C, la primera causa de cirrosis y cáncer de hígado, las dos grandes desgracias que puedes llegar a provocar. Algo evitable con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado.
Cuando hablo de ti, me vienen a la mente muchas caras, muchos nombres, me acuerdo de Antonio y José que están libres de ti, pero sobre todo me acuerdo de Rosa, que hace más de 20 años tuvo la mala suerte de estar en contacto contigo. Ella no tuvo la culpa, no bebe ni bebía, no se tatuó ni se puso un piercing, era y es una madre y abuela de familia ejemplar, cariñosa, llena de cosas buenas. Ha estado luchando contra ti durante muchos años, y ahora a sus más de 80 años, está diciendo basta por tu culpa, agotada por los pinchazos en su abdomen para sacar todo el líquido que le produces cada semana. Agotada por la falta de energía que produce el tenerte durante tanto tiempo. Agotada pero sin perder su sonrisa, sin intentar preocupar. Agotada pero siempre arropada por Manuel, su marido, por sus hijos, qué gran familia.
Maldita hepatitis C, podías no haber aparecido o haberlo hecho ahora que es cuando la esperanza está inundando a todos los que te sufren y a los que te tratan.
Porque tengo que decirte hepatitis, que te podemos tratar y te podemos curar, ya no estamos sentenciados por tener Hepatitis C o B de forma crónica. De hecho el futuro es esperanzador, en el futuro podremos conseguir curar el 95% de los casos.
Adiós hepatitis, espero que algún día desaparezcas.
(Con cariño a Rosa y Manuel ejemplos de lucha y coraje, muchas gracias. A todos los pacientes y familiares que luchan cada día contra esta enfermedad larga y dura pero con esperanza. Y con cariño a todos los profesionales e investigadores que están consiguiendo que la hepatitis tenga en muchas ocasiones solución. Gracias por vuestro esfuerzo.)