CARTA AL DOLOR
martes 20.sep.2016 por Equipo El Ojo Clínico 2 Comentarios
Por el Doctor José María Ferrer
Buenas noches dolor,
Llevas a mi lado mucho tiempo pero nunca se me había ocurrido escribirte, probablemente porque uno suele escribir a personas que aprecia, que tiene cariño o que echa de menos y la verdad es que tu no cumples ninguna de estas motivaciones. No siento ningún aprecio por ti, no te tengo ningún cariño y si desparecieras de mi vida no te echaría en absoluto de menos.
Te escribo para ver si de esta forma consigo alejarte definitivamente, como si fuera una carta de despedida. Pero se que esto será difícil, por no decir imposible. Te escribo de noche porque muchas veces es cuando aumentas tu intensidad, quizás porque no hay nada que me distraiga y consiga que te vayas o que sienta menos tu presencia. Has conseguido, por desgracia, formar parte de mi vida. Entraste en ella hace años en forma de dolor lumbar que como una descarga eléctrica me recorría la pierna y has formado parte de mí desde entonces.
Eras insoportable, no me dejabas hacer deporte, hacer esfuerzos o en ocasiones incluso simplemente hacer la cama. Si me levantaba de un sillón aparecías, si me agachabas aparecías, y cuando atacabas mi pierna incluso estando sentado o en la cama no había postura alguna que me consolara.
Cuando apareciste intentamos saber porque estabas ahí, que había detrás de ti. Al principio me preocupaba que fueras causa de algo grave, un cáncer o alguna enfermedad progresiva e invalidante algo que menos mal se descartó. Finalmente se aclaró tu causa: un mucho de artrosis, un algo de protusiones lumbares y un poco de estenosis del canal lumbar que hicieron un cóctel que dio lugar a un dolor en ocasiones insoportable en la zona lumbar “los riñones” y que se iba por toda la pierna izquierda en forma de corriente eléctrica insoportable. En ocasiones me parecía hasta que la pierna, el pie se dormía.
Una vez supimos el porqué estabas presente buscamos la forma de enfrentarnos a ti. Vimos si tenías solución, es decir, si lo que te causaba tenía cura. Me dijeron que no que la cirugía en este caso no aseguraba ninguna solución. Así que nos enfrentamos a tí con todo el arsenal que teníamos en aquel momento mi médico de familia y yo.
Mi médico puso a mi disposición todos y cada uno de los medicamentos disponibles, viendo pros y contras, fuimos probando hasta que conseguimos por fin encontrar el que rebajara tu intensidad hasta hacerte soportable,. Hasta hacer que cada una de mis actividades cotidianas no fueran un calvario por tu culpa.
También acudí a la unidad del dolor para conseguir que desaparecieras. Me infiltraron en varias ocasiones consiguiendo que disminuyera tu intensidad pero nunca conseguí que desparecieras por completo
Hay algo que siempre agradecí, agradezco y agradeceré , que me escucharan, que me creyeran y me entendieran. No eras un invento, te sufría y sufro cada día. Pero gracias a esa comprensión, gracias a este tratamiento he conseguido mantenerte en un lugar de mi vida en el que eres menos molesto, en el que aunque estás no me
impides hacer cada día todo lo que tengo que hacer. Tengo épocas mejores y peores pero he aprendido a convivir contigo sin que seas para mí un ser insoportable.
Fue fundamental también pensar que los tratamientos para vencerte dependían más de tu intensidad y características que de tu causa. Que lo importante era ganar calidad de vida y funcionalidad, en definitiva conseguir que la discapacidad por tu causa no apareciera o fuera mínima. Pensar así creo que ayudó mucho al tratamiento y mi mejoría.
Pero la verdadera y definitiva mejoría llegó cuando te supe aceptar, supe que no te irías pero decidí que no ibas a ser el centro de mi vida, simplemente serías y eres un factor más de mi vida, pero no eres mi vida, mi familia, mi trabajo, mi ocio simplemente eres un acompañante incómodo.
Espero que esta carta sirva para alejarte un poco más de mí y no te vengas arriba porque te escriba.
Saludos poco cordiales Dolor.
Con cariño a todas las personas que sufren dolor, muchas veces dolores de difícil de control.
Con cariño a todos los profesionales tanto en atención primaria como en unidades del dolor y hospitales que con su esfuerzo intentan que el dolor desaparezca o disminuya su intensidad.
elisabe tovar orozco dijo
hola.
estimado doctor Ferrer quiero contarle que yo sufro de artrosis es un dolor insoportable que en ocasiones deseo la muerte, no se como calmarlo ni tomarlo pero e hecho de todo y he tomado toda clase de medicamentos y no encuentro solución acudo a usted como mi ultima esperanza espero me pueda tener en cuenta para que me pueda ayudar con este intenso dolor que tengo en mis rodillas es tanto que ya no puedo caminar del mismo dolor que llevo conmigo.
me despido desde aquí garzon huila
gracias por su atención y que do a la espera de una respuesta.
muy agradecida con usted
Dios te vendigas
leonor dijo
Estimado Dr. Ferrer, yo sufro dolor crónico desde hace 22 años, algia facial atípica por extracción de molar, y las ATMs destrozadas, las unidades de dolor se ven desbordadas porque no son interdisciplinares, y más cuando no respondes a los tratamientos convencionales. Por favor, traten el tema del la neuralgia del trigémino y lo que supone para los que la padecen de una u otra forma. Gracias