Carta a la Gripe
Buenas madrugadas gripe,
Te escribo ahora porque tengo la sensación de que apareces más a estas horas, cuando nos inundas con tu tiritona, con tu destemplanza, con tu “qué malito me encuentro”.
¿Quién no te ha padecido? Creo que toda la humanidad ha tenido tu influenza en su cuerpo en algún momento de su vida. Una, dos ó 24 veces. Cuando entras en casa, vas picando de flor en flor y no te marchas hasta que no has “molestado” a todos los inquilinos. !No se libra ni uno!
Fiebrón, gripe. Me duele todo el cuerpo, gripe... Tengo un dolor de cabeza de esos que parece que me va a estallar, gripe. Tengo insomnio, gripe ¿es que hay alguien que pueda dormir contigo?
Mil y un remedios hay para vencerte pero la realidad es que te vas con ellos al mismo tiempo que sin ellos. Duras 7 días sin antibiótico y puede que 10 con antibiótico si tenemos la mala suerte de tener diarrea por su culpa y no por la tuya. Aunque probablemente nos sea más agradable tu estancia, duras 7 días con agua, y una semana con leche con miel, té verde, infusión de jengibre, té de eucalipto o infusión de limón con miel.
Realmente no podemos hacer otra cosa que dejarte pasar combatiéndote con líquidos, antitérmicos y estando en nuestra cama. Parece que nunca te vas a ir, que nos sentimos a morir pero finalmente nos abandonas para buscar otra víctima propicia.
Disponemos, eso sí, de algunas armas para evitarte. Lo primero, intentar no contagiar a los demás con la higiene de manos, los pañuelos desechables y evitando toser al vecino. Cuando le tosemos, le inundamos de gotitas de saliva que se vierten con la tos, los estornudos o incluso el habla. Esas gotitas de saliva tienen incluso nombre propio. Gotitas de flügge, llamadas así por Carl Flügge, que defendió la higiene de manos como una disciplina médica independiente y es recordado por realizar una amplia investigación en la transmisión de enfermedades infecciosas como la malaria, la tuberculosis y el cólera.
Y nuestra única arma pseudoeficaz es la vacuna, vacuna a repetir cada año no solo porque puedes cambiar de cara, que también, sino porque no nos protege más que un año siendo generosos. Y pseudoeficaz porque no consigue que el 100% de los vacunados te eviten, gripe. Pero con todos sus defectos, es fundamental para que las personas más frágiles a las que puedes complicar seriamente la vida tengan posibilidades de no sufrirte: embarazadas, mayores y personas con enfermedades crónicas.
La última vez que viniste a mi casa, empezaste por Gloria, mi mujer, y a los 5 días acabé en tus garras. Me acosté más o menos bien y me invadió una tiritona intensa y madrugadora. Fue una de estas noches que se hacen largas, que parecen nunca acabar. Al día siguiente me dolía todo, desde los dos pelos que aún me quedan hasta la punta del pie derecho. Mucho dolor de cabeza, algo de dolor de garganta, un poco de tos y 39 de fiebre. Sin duda eras tú... eres inconfundible.
Estuve 4 días con fiebre alta por tu culpa, con todos mis músculos doloridos por tu culpa, con mi cabeza a punto de estallar por tu causa, y sin poder ir a trabajar, también por tu culpa. Acabé con los pañuelos desechables, con las existencias de paracetamol y me atiborré a leche con miel, agua y sopitas. Me encanta dormir, me encanta la cama pero cuando estás tú, la verdad es que se hace eterna e incómoda.
Y al final te fuiste como te vas casi siempre aunque nos parezca que no lo vas a hacer nunca. Estoy aparentemente sano y no me complicaste, estaba vacunado y a diferencia de otros años apareciste. No obstante seguiré vacunándome para por lo menos evitar transmitirte a mis pacientes y seguiré lavándome las manos a menudo como nos recomendaba Carl Flügge para evitar transmitirte a los demás.
Adiós Gripe, te veré todos los años... pero espero no padecerte casi ninguno.
(Con cariño a todos los profesionales que luchan contra las epidemias de gripe que cada año nos invade las consultas de atención primaria y nos colapsan las urgencias de los hospitales, a los profesionales sobre todo de enfermería que intervienen cada año en las campañas de vacunación de la gripe, y a Luisa, Josefa, Manuel, Pedro, Javier, Cristina, María… algunos de mis pacientes que este año han tenido la gripe.)