De poros y fiordos
martes 23.sep.2014 por El palabrero 0 Comentarios
En Palabreros anteriores nos fijábamos en palabras como puerta, puerto, aportar, soportar y otras relacionadas con el verbo latino portāre, que nos remitían en última instancia a la raíz indoeuropea *per. Dicha raíz nos ha aportado palabras y no solo a través del latín, como veremos en este Palabrero, porque… ¿sabían ustedes que la puerta es pariente del poro, del emporio… y del fiordo?
Efectivamente, el griego πόρος /póros/ vendría a ser ‘vía’, ‘pasaje’, algo parecido al latín portus, como ya veíamos. Lo que pasa es que el poro de hoy en día se ha quedado convertido en un pasaje... muy chiquitín, dado que un poro es, por ejemplo, el minúsculo espacio que queda entre las moléculas o los pequeños orificios de la piel.
Una palabra relacionada con ese πόρος es emporio. El ἐμπόριον /empórion/ griego era un gran mercado, donde comerciaban gentes de diversos países, lo que, al parecer, derivaba del término ἔμπορος /émporos/, que designaría al comerciante que viaja por distintos lugares, generalmente por vía marítima para adquirir y vender sus bienes. Ese ἔμπορος está relacionado con el πόρος, es decir, la ‘vía’, el ‘lugar de paso’ que veíamos antes. De hecho, la localidad catalana de Empúries (o Ampurias) se llama así por haber sido un importante emporio o puerto de comercio.
Y del Mediterráneo nos vamos navegando, como antiguos y osados ἔμποροι a los mares nórdicos, buscando algún fiordo donde refugiarnos, por cierto, otra de las voces que comparte esa misma raíz. La palabra fiordo, con el significado de ‘golfo estrecho y profundo, entre abruptas montañas’, la hemos tomado del noruego fiord, aunque ya no solo se utiliza para nombrar a los fiordos de ese país, sino también a accidentes geográficos similares, como los que nos podemos encontrar, por ejemplo, en Chile.
[Con la música de evocaciones griegas de Melo-M y fiórdicas a cargo de Nenem]
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