Jordan, la gripe y la subasta
Uno se hace mayor. Parece que fue ayer, pero han pasado ya 16 años desde aquel 11 de junio de 1997 en el que Michael Jordan agrandó un poco más su leyenda.
He de confesar que nunca he sido un fanático del 23 de los Bulls. Asocio mi infancia más a ‘Magic' y al ‘showtime' de los Lakers, que es el equipo que más me ha hecho disfrutar de este deporte, pero aquel día Jordan estuvo inmenso.
El escenario ya lo conocen de sobra: el Delta Center de Utah. El público apretando como en Europa, no como en Estados Unidos.
El momento: las Finales de la NBA. Concretamente el quinto encuentro de una serie que marchaba igualada a dos.
La gesta también la s...