'La Bomba' se desactiva: adiós Navarro
viernes 17.ago.2018 por Pedro Molina 0 Comentarios
Había oído hablar de Juan Carlos Navarro allá por 1995. Un compañero del instituto que militaba en las categorías inferiores del Estudiantes me contaba maravillas de un base contra el que jugaba en el Barça. "Qué desparpajo, qué velocidad, qué tiro. Este va a dar que hablar", me decía. Ya empecé a seguirle la pista desde su debut en la ACB en noviembre del 97. Si bien, fue en el verano del 99 cuando se convirtió en alguien familiar.
España estaba a punto de jugar la final del Mundial Junior ante Estados Unidos y, como muchos de los amantes de este precioso deporte llamado Ba-lon-ces-to, me senté a ver a un equipo cuya generación, la del 80, decían que iba a cambiar la historia de este deporte en nuestro país.
'La Bomba' le metió puntos de todos los colores, fueron 27, a los americanos y yo, que la noche anterior no pude presenciar la semi ante Argentina, me quedé prendado de aquel chaval escuálido con barba de tres días, que apenas llegaba al 1,90 y al que nadie podía parar para nuestro gozo, y para el de Pedro Barthe.
Así hasta este verano del 2018. Curiosamente, el primero desde su aparición como profesional sin baloncesto de selecciones en verano.
Navarro se retira. Nos queda su final, con mucho menos tino, chispa y físico del deseado. Dos años duros, frente a 19 geniales.
Se va el hombre que lideró, junto a Pau Gasol, la revolución del deporte de la canasta en nuestro país. Aquel que tras su amigo ha sido el mejor jugador nacional de todos los tiempos. Aquel que, libra por libra, quizás haya sido el número uno. El de las penetraciones imposibles, los triples lejanos y las canastas sobre la bocina.
El hombre que hizo que España fuera el rival a batir, el conjunto más temido: la Yugoslavia y la URSS del siglo XXI.
Navarro solo se perdió dos citas con la selección desde que apareció en el 2000. Fueron en 2013 y 2015. En la primera el cuerpo le obligó a parar; la segunda se lesionó. Compromiso máximo, con el equipo nacional y con su Barça.
Recuerdos y actuaciones geniales, demasiadas.
Siempre tendré en mi mente la canasta ante Israel en seisavos del Europeo 2001. Un discutible arbitraje ante Turquía mando a la España entonces de Imbroda a jugar esa peligrosa ronda para entrar en cuartos. El partido no era incomodo. Se llevo bien, pero como tantos ante los hebreos se trabó hasta el punto de perder por uno a 30 segundos para el final.
Entonces Raúl López sacó de fondo y se la dio a un Navarro que recorrió toda la pista para lograr un dos más uno. Se ganó. Se hizo gracias, en gran medida, a la sangre fría de un chico de 21 años.
Volvió a hacer lo mismo ante Rusia, con ayuda de Lucio Angulo y su 'esfínter' en un partido trabadísimo. Para secundar a Gasol en su memorable duelo ante Nowitzki en la lucha por el bronce.
En el país otomano llegó la primera de sus 10 medallas con la selección.
La semi ante Italia en otro Europeo, el de 2003; la memorable jugada ante Grecia en Madrid 2007 con pique incluído con Diamantidis al acabar el tercer cuarto. La 'Semana Fantástica' en otro Campeonato de Europa, el de 2011; el soberbio Mundial 2010 ejerciendo de líder sin Pau Gasol. Las finales de los Juegos ante Estados Unidos en 2008 y 2012.
Hay tantos partidos excelsos del escolta que nunca he hablado de dos percepciones, quizás erróneas.
La primera es que la selección no ganó la final del Eurobasket 2007 ante Rusia al quedarse Navarro en cero puntos. El encuentro se jugó solo un día después de la brutal semi ante los helenos en un torneo en el que el de Sant Feliú tuvo problemas físicos desde el principio. La segunda dice que la final de Londres ante los americanos hubiera tenido un resultado diferente si no hubiera jugado medio cojo por la maldita fascitis plantar que tanto le ha lastrado.
Siendo duda por esa lesión, 'La Bomba' masacró al Madrid las Navidades de ese 2012 con 33 puntos y un solo fallo en el tiro. Tantas veces lo repitió con un Barça con el que, además de las ocho Ligas y siete Copas, suma dos Euroligas. La de 2010 como MVP. Sí, un español siendo el mejor, el referente, el hombre a seguir.
Podemos hablar de algo más: del mejor exterior europeo en los últimos 25 años y no exagerar.
Navarro termina su carrera y nos deja con el poso de orfandaz del que nos ha dado tanto y de cuyas hazañas en la cancha no podremos disfrutar ni volver a hablar y escribir más.
'La Bomba' se desactiva. Lo hace sin que aún nadie sepa realizar su característico lanzamiento igual. ¿Cuántas defensas han sido superadas por ese tiro marca de la casa? ¿Cuántos jugadores han sido incapaces de frenar al 7 de España, al 11 del Barça, al 2 de Memphis en una NBA que prefirió dejar tras una campaña para volver a mandar en Europa?
Ya lo decía Boza Malkovic: "Es muy educado y me saluda antes de los partidos. Después mete siempre más de veinte puntos".
Se retira un genio. Se va un talento inigualable que, desde la diversión y el gozo, convertía lo difícil en fácil.
Queda solo la leyenda: Juan Carlos Navarro Feijoo.