A propósito de Sergio
Sergio Scariolo sería un gran actor. Le va muy bien ese rol. Sabe manejarse perfectamente ante los medios (ayer nos lo volvió a mostrar en su presentación como seleccionador de nuevo), cuando no decir toda la verdad y, sin duda, daría mucho juego en su paseo previo por la alfombra roja a una importante ceremonia de entrega de premios.
El italiano es todo elegancia. Ni una arruga en un traje hecho a medida, pelo perfectamente atusado y engominado, gafas de sol o de pasta cuando son necesarias. Sí, Scariolo es un ‘figura', en la más pura acepción de este término. Pero, sobre todo, es un buen entrenador.
“Sinceramente, no encuentro grandes errores en mi etapa anterior. Los hubo, igual que la autocrítica de querer corregir y mejorar. Cuando tuve que dar un paso atrás, lo hice".
Como buen intérprete y gestor de grupos que es, Scariolo dejó entrever ayer en el final de esta frase su momento más duro como seleccionador. También el que le hizo mantenerse en el cargo hasta 2012.
Fue en 2009, en el Europeo de Polonia (el primero de los dos que tiene, junto a una plata olímpica, en un palmarés con la ‘roja' envidiable). Con España al borde de la eliminación antes de los cruces, el italiano decidió dejar su ego (que no es pequeño) atrás y dar un paso al frente. Preguntó si él era el problema en un grupo irreconocible, al que no le salían las cosas. No lo fue porque hubo una solución. No encorsetar a tanta estrella con sus sistemas (magníficos, pero quizás demasiados para jugadores de tal nivel). Y todo rodó...
Pero este equipo no gana solo con la inercia de sus tremendos jugadores (pregúntenle si no a Orenga y lo sucedido este verano en casa ante Francia). También hay que saber aplicar remedios adecuados en momentos delicados. Bajar el trasero y sentir el gusto de compartir el balón, que dijo ayer el de Brescia, tan español como nosotros por los más de 15 años que lleva ya afincado en nuestro país.
Eso pasó justo en Polonia, en cuartos ante los galos, con esa defensa solidaria que los asfixió e hizo vencer a los nuestros por 30 tras llegar como cuartos de grupo (la mejor desde la final de Japón en 2006 que se le recuerda a esta generación inigualable). También fue lo que sucedió en 2012, de nuevo ante nuestros vecinos en la misma ronda, con Llull de perro de presa de Parker en el último cuarto. Otro ajuste táctico, en este casó poner a Felipe Reyes sobre un Kryapha que nos estaba machacando, ayudó (con los triples de un inmenso Calderón) a eliminar a Rusia dos días más tarde para repetir final ante Estados Unidos en esos Juegos. En este aspecto, pocos ganan a Scariolo y a su pizarra, siempre con un as en la manga.
Aunque si me dan a elegir su mejor obra, que hay muchas, no dudo. Me quedo con la zona que puso durante 40 minutos. Sí, ¡¡¡40 minutos!!!, todo un partido, al entonces Pamesa en 2004 para meter a un Unicaja, entonces inferior y al que cogió con la temporada empezada, en semis de la ACB y en la Euroliga. Un Unicaja al que luego llevaría a ganar la única Copa y la única Liga de su historia, con el mejor Garbajosa al frente.
Siempre he pensado que Scariolo es un entrenador que hace a los equipos ‘pequeños' más 'grandes', aprovechando al 100 % sus recursos. Este es un buen ejemplo. Aunque quizá algunos retengan más en la memoria el que viene a continuación. Les pongo en antecedentes.
1999. Final ACB entre un Barça aún más superior al Madrid de lo que ya era tras caer Herreros lesionado en semifinales.
Previa del tercer encuentro. Sala de prensa del Santiago Bernabéu, ¡¡¡sí, del Bernabéu!!! Se abre la puerta y aparece Sergio con un video. En éste se ve a los jugadores azulgrana antes de salir a la cancha, en el túnel de vestuarios, unirse en el clásico corrillo previo para decir: ‘A repartir hostias'. El italiano, maestro de maestros, se queja del criterio arbitral en los dos encuentros anteriores. Calienta la serie hasta convertir el Saporta en un hervidero y logra llegar al quinto partido en el Palau. Allí, con un ambiente más caldeado aún, sobre todo hacia su persona, logra el título para los blancos. Lo hace, con Djordjevic y los Angulo a la cabeza, frente a un equipazo de otro que se las sabe todas, Aíto García Reneses. Curiosamente, su antecesor como técnico del equipo nacional en Pekín 2008.
La actuación de su equipo en esa final, sin duda fue espléndida. Si bien no tanto como la de Sergio Scariolo: un gran actor. También un gran entrenador. De nuevo, seleccionador.