29 posts con categoría "Actualidad"

Ganarte a la gente tóxica en situaciones difíciles

Quien diga que nunca se ha encontrado con gente difícil en su entorno laboral, social y personal es que no se entera. Difíciles somos todos, aunque esto, como el resto de las situaciones que nos rodena en esta vida, va en grados.

Hay gente que es difícil de tratar en un momento dado ante situaciones especiales y otra que es difícil de tratar siempre. De esta última lo mejor es huir pero, desgraciadamente, esto no es posible, sobre todo si dependemos de ellas.

Imagina que tu jefe o jefa es difícil de tratar; no te quedará más remedio que torearle y usar mano izquierda. No le puedes mandar a freír espárragos.

Igual que las sustancias tóxicas, las personas tóxicas tienen que ser manejadas con cuidado. Muchas veces la hostilidad no es más que la muestra de problemas internos de esa persona.

Redfor Williams, profesor de psiquiatría en el Centro Médico de la Universidad de Duke en EE.UU. ha pasado más de veinte años estudiando el impacto de la mente y las emociones en la salud. Afirma que “enojarse es como tomarse una dosis de veneno suministrado lentamente. El enojo produce presión en la sangre y daños arteriales.

Los sentimientos hostiles son propensos a provocar daños en tu salud, a no ser que sepas como manejarlos.

Si en vez de una persona es un grupo el tema se complica. A esta gente difícil y problemática no se le puede convencer a la vez, sino uno por uno. Eso de divide y vencerás, aquí también función.

Debes reunirte con cada uno de ellos por separado e ir convenciéndoles de uno en uno para que se vaya sumando a tu postura. Habrá alguno que no se adhiera; no importa. Sigue con el resto.  Con cada uno de ellos deberás utilizar una técnica diferente. Recuerda que al hablar de carisma y magnetismo personal te he comentado en alguna ocasión que hay tres patas sobre las que se sustenta: poder, presencia y humanidad.

Según la persona con la que te encuentres en ese momento tendrás que utilizar una u otra. A algunos se les convence mejor con razonamientos, a otros utilizando nuestro poder y a otros mostrándonos tan humanos que les lleguemos al corazón.

Por otra parte, si además de convencer quieres ganarte a alguien con quien tienes una relación complicada puedes utilizar el llamado ‘efecto Franklin’. Lo primero es que no le hagas favores para quedar bien, a no ser que te los pida. Es preferible que seas tú quien le pida el favor.

Te pongo como ejemplo a Benjamín Franklin, todo un artista en esto del trato personal. Se ganó a muchos de sus oponentes políticos pidiéndoles favores.  Era tan bueno haciendo esto que en una ocasión conquistó a uno de sus más feroces opositores a través de una nota. Le pidió que le prestase un libro ‘poco común’ que su oponente tenía. Le informó que era para leerlo y le prometió devolvérselo lo antes posible. Poco después se lo devolvió con una nota de agradecimiento.


Cuando ambos se encontraron en el Congreso fue el otro quien le habló a Franklin (nunca lo había hecho antes) y lo hizo con gran cortesía. Llegaron a ser buenos amigos y su amistad llegó hasta el final de sus vidas.

Todo esto tiene su explicación. Yo no soy psicólogo así que te voy a dar la versión de andar por casa. Cuando le has hecho un favor a un adversario tu mente lo asocia así: “le he hecho un favor a alguien que me desagrada, pero en realidad no me desagrada, sino todo lo contrario, porque le hecho un favor. Si no me agradase no se lo habría hecho. Además, he hecho algo agradable por él por lo que supongo que le agrado.”

Pero no solo puedes pedir cosas materiales, sino simples opiniones. Pedir una opinión a otra persona le hace sentir importante y percibir que lo que piensa se tiene muy en cuenta. Eso sí diferencia muy claramente entre opinión y consejo que ni son lo mismo ni implican el mismo grado de obligación. La opinión no cuesta nada pero el consejo sí. La primera consiste en decir lo que piensas, el segundo en decir lo que el otro debería hacer.

Categorías: Actualidad

Juanma Romero    5.abr.2015 13:15    

No te pelees por discrepar, solo disiente

Está claro que si tenemos la convicción de que estamos en lo cierto debemos defender nuestra idea a toda costa, pero eso no significa que tengamos que faltar al respeto al otro o ningunearle. Ni pelearnos, verbalmente o a puñetazos.

Se supone que somos personas educadas e intelectualmente preparadas para enfrentarnos a ideas distintas a las nuestras. Es cierto que unas  veces ganaremos y otras no, pero así es la vida. Igual que no se puede gustar a todo el mundo durante todo el tiempo, tampoco se puede ganar siempre y dejar nuestro pensamiento por encima del de los otros. Eso solo pasa en las dictaduras.

Si no tenemos la humildad de reconocer que no siempre vamos a ganar, cada vez que no ganemos vamos a sufrir un tremendo disgusto.

Por eso, tenemos que intentar defender nuestro punto de vista pero con respeto hacia el otro, dejando claro que aceptamos opiniones diferentes. Para discrepar de otra persona podríamos utilizar expresiones como "Me parece…"; "Otro punto de vista podría ser..."; "El modo en que veo las cosas..:"; "Me gustaría puntualizar que..:"; "Con tu permiso yo añadiría…", etc.

Piensa que hay muchas causas por las que puedes discrepar: diferencias en la percepción de la realidad, estado de ánimo, puntos de vista limitados, experiencia o formación diversas, escala de valores distinta, falta de predisposición a la escucha… No percibas estas causas como algo personal ni mucho menos tomes una crítica como una afrenta a tu propia persona. Si partimos de la base de que no podemos gustar a todo el mundo, asumiremos cualquier crítica con total naturalidad y tranquilidad, y hasta con buen humor.

Y para ganar hay que aprender a usar bien el lenguaje, algo bastante difícil. Hay una regla de oro: nunca hables como los políticos o los periodistas, por mucho que te impresionen sus jergas. No impostes la voz ni imites el tono de los pedantes. Y no olvides que siempre es mejor permanecer en silencio que meter la pata.

Se cuidadoso al discrepar o criticar. Las emociones que provocan las críticas son inmediatas. Cuenta Olivia Fox Cabane que James McGaugh, fundador y director del Centro de Neurobiología del Aprendizaje y la memoria de la Universidad de California, en Irvine, hizo un curioso experimento: Se volvió hacia una persona que había ido para entrevistarle para un libro y le preguntó: “¿Eres escritor? Tras comprobar que el sujeto estaba emocionalmente comprometido con su actividad, McGaugh le miró a los ojos y le dijo “¿De verdad? He leído algunas de tus cosas. La verdad es que no son muy buenas. ¿De hecho, son un asco! Esperó un momento y luego continuo medio riendo: “Ahora mismo tu corazón está desbocado, tu cara se está sonrojando y sientes calor a medida que tus capilares se expanden y te preparas para huir o luchar. Eso es por la adrenalina que entra en tu corriente sanguínea. Y sea lo que sea lo demás, lo que más vas a recordar de nuestra conversación de hoy es el insulto”.

Categorías: Actualidad

Juanma Romero   13.mar.2015 13:34    

La forma de criticar

Cuando vayas a hacer una crítica, es importante que empieces con buen pie. Según cómo empieces, así afectará a la percepción del conjunto de la conversación.
Los seres humanos tenemos la tendencia a recordar “lo primero”, la primera vez que pasó algo, el principio de una experiencia. También tendemos a recordar “los finales”, lo último.  Si empiezas la crítica con algo positivo, esto afectará al resto de la interacción.

En los primeros momentos de incertidumbre es cuando la gente necesita seguridad. Puedes empezar hablando de cuanto aprecias a esa persona y de cuanto te importa como colega, cliente o lo que sea.

Cuando le hayas dejado claro que esa persona tiene valor para ti, será el momento de hacer la crítica y te resultará más fácil que acepte la situación sin considerarlo un ataque personal

Este paso es muy importante para mitigar una posible, y más que probable, reacción defensiva. Al fin y al cabo, la defensa es la cara exterior de nuestro miedo e inseguridad.

Recuerda, el primer paso antes de criticar es hablarle de sus atributos positivos. Esto le hará ver que se reconocen sus virtudes. Luego haz la crítica.

Como podrás imaginar hay diferentes tipos de críticas y formas de actuar en estos casos.

-          Conviene diferenciar entre una crítica fundamentada y una crítica sin fundamento. La primera hay que tenerla en cuenta para aprender de los errores y perfeccionarnos. La segunda no debe preocuparnos en exceso. En cualquier caso, ni la una ni la otra deberían mermar nuestra autoestima.

-          Entre una sugerencia y un ataque hay un abismo. Acepta y agradece los consejos y opiniones, aunque no siempre los compartas, y responde a las agresiones verbales sin perder la compostura y haciendo uso de un lenguaje sutil e ingenioso que ponga en evidencia al agresor. Y con una sonrisa.

-          Nunca demuestres que una opinión en contra, un juicio o una descalificación te afectan. Mantén la calma y la sonrisa en todo momento.

-          No hagas caso a las personas maliciosas, las hay en todas partes. No permitas que consigan su objetivo, que no es otro que hacerte daño. No hagas caso para que no les des el protagonismo que están buscando.

-          Ensaya situaciones con personas con las que no estés totalmente de acuerdo. Practica las réplicas respetuosas del tipo: “Entiendo tu postura aunque no opinemos lo mismo.” Cuida el lenguaje corporal para demostrarle que le estás prestando atención, y procura poner calidez en tus palabras. Tienes que ser tan humano como seas capaz de serlo.

Al final, una crítica es una crítica y si es negativa no nos va a gustar. Tenemos que intentar aprender a manejarlas.

Categorías: Actualidad

Juanma Romero   27.feb.2015 09:47    

Aprende a usar tu cuerpo para generar reacciones positivas o negativas

 

Cuando estamos hablando con otras personas en ocasiones se nos olvida que no solo es importante lo que nos dicen y decimos, sino lo que transmitimos y nos transmiten a través de nuestro cuerpo. Lo que se llama lenguaje corporal o lenguaje no verbal nos da claves que nos ayudan a conocer las verdaderas intenciones o el estado emocional de nuestro interlocutor.

Saber en qué momento cortar una conversación porque la otra persona está deseando irse es esencial si no queremos dejar una mala imagen de nosotros.  En ocasiones nos empeñamos en mantener la conversación con un interlocutor que lo que está pensando es en ‘cómo quitarse de en medio a este pesado’ y no nos percatamos de ello.

Evidentemente si queremos venderle algo, lo tenemos difícil. La imagen que habremos dejado será mala y la venta será mucho más complicada que si al escuchar nuestro nombre le viniese una imagen agradable de nosotros a la mente.

Algunos piensan que no es posible influir en la mente de otras personas para lograr dejar una buena imagen de nosotros mismos, Y esto es falso. Por supuesto que podemos influir y hay técnicas que nos ayudan.

Te voy a contar un par de ellas, muy simples, que quizá hayas escuchado en alguna ocasión pero que nunca te has decidido a poner en marcha. Tranquilo, son gratis, no cuestan dinero pero hay que proponerse aprenderlas. Son tan simples que puedes incorporarlas a tu vida diaria para mejorar tu comunicación y los resultados de tus interacciones. Solo tienes que ponerte a ello.

Por ejemplo. Nos encontramos con expresiones positivas de nuestro cuerpo, que logran transmitir empatía, liderazgo, magnetismo personal y buenas sensaciones a la otra parte. Te estoy hablando de algo tan simple como exhibir las palmas de nuestras manos cuando estamos hablando. Al mostrar las palmas estamos dando a entender que no escondemos nada, que somos sinceros y leales. Este gesto se asocia involuntariamente, con la verdad. Pregunta a los políticos que lo usan bastante a menudo.

Lo hemos visto en muchas películas, cuando un testigo al declarar ante un tribunal de justicia coloca la mano izquierda sobre la biblia y levanta la palma de su mano derecha.

Otras reacciones positivas son asentir con la cabeza, tomar notas en los temas inusuales, sonreír, descolgar el teléfono para no sufrir interrupciones, apagar el móvil en presencia de nuestro interlocutor para que vea que en ese momento él es lo más importante para nosotros,  mover el cuerpo hacia delante, disculparte gestualmente por posibles interrupciones o sentarte al borde de una silla. Todas estas posturas y gestos te pueden ayudar a lograr la confianza de tu interlocutor y probablemente la venta que estás buscando.

Pero hay otras posturas que te pueden llevar a provocar su desconfianza. Por ejemplo, no mirar a la cara a la persona con la que estás hablando, mirar el reloj como si tuvieses prisa y te incomodase hablar con esa persona, bostezar de forma controlada, cambiar de posición constantemente o interrumpir continuamente con gestos cuando la otra parte está hablando.

Además de lo que tú haces directamente hay otras situaciones que pueden influir positiva o negativamente en la conversación. Imagina que le pones sentado con su espalda hacia un espacio abierto, sobre todo si la gente se mueve por detrás de él y hace ruido; se sentirá muy incómodo. Y probablemente lo que quieres es que esté relajado. Claro que si lo que pretendes es generarle incomodidad, entonces hazlo, se pondrá nervioso y eso afectará a la percepción que tenga sobre ti.

 

Puedes seguirnos en Twitter, donde también hablamos de estos temas: @jromero_tv

Categorías: Actualidad , Weblogs

Juanma Romero   19.feb.2015 21:29    

Hablar y escuchar, ¿sabes hacerlo?

Muchas veces habrás estado hablando con otras personas y no has sabido cómo hacer para dominar la conversación. No es difícil, solo hace  falta paciencia. La suficiente como para dejar que tu interlocutor hable a su gusto, incluso por los cuatro costados, mientras tú le escuchas.

Piensa que quien domina una conversación no es quien está hablando, sino quien está escuchando. Escuchar te permite conseguir una gran cantidad de información que no lograras mientras hablas. Por ejemplo, podrás saber sobre los gustos de tu interlocutor y sus posibles debilidades y fortalezas.

Si escuchas detenidamente, toda esa información te va a permitir saber cosas de quien está hablando, te podrás hacer una composición de lugar y conocer mejor al otro.

Luego, te resultará mucho más fácil negociar con esa persona porque tú dispondrás de una información de la que ella carece; desventajas de hablar por los codos. Así que si, por ejemplo, tienes que negociar te va a resultar mucho más fácil que a la otra parte porque has estado recibiendo información del otro.

Él, que se lo ha pasado en grande hablando de sí mismo pero que no ha obtenido información relevante sobre ti, está en desventaja.

Volviendo al tema del carisma al que me he referido en otras ocasiones. Si tú quieres ser carismático tienes que aprender las destrezas de los grandes escuchadores; la principal de ellas, aunque parezca de Perogrullo, es escuchar. Y después saber sacar la información adecuada y de interés de esa conversación.

Por eso no interrumpas nunca al que te está hablando, le harás sentirse mal y dejarás de recibir información. Bueno, he dicho nunca y quería decir casi nunca. Hay ocasiones en las que nuestro interlocutor es tan insufriblemente pesado que hay que huir de él a toda prisa. Pero eso sí, debemos huir con elegancia.

Si vas a interrumpir, porque consideras que debes hacerlo, intenta que sea en un momento en el que haya terminado una frase, para que no dé la sensación de que le dejas con la palabra en la boca.

Piensa que la gente te va a asociar con los sentimientos y sensaciones que provocas, por lo que debes intentar evitar crear asociaciones negativas; no hagas que se sientan mal o equivocados.

Y cuando te llegue el turno de hablar intenta ser lo más claro y gráfico posible.  Procura utilizar imágenes, metáforas y lenguaje rico para transmitir y convencer con un mensaje carismático.

No olvides que la ventaja de una persona carismática es que deja de ser persona para convertirse en personalidad.

Puedes seguirnos en Twitter, donde también hablamos de estos temas.

Esta entrada no sirve de mucho sin el resto de las anteriores ni de las posteriores. Un cambio para pasar de persona a personalidad o una campaña de comunicación no es una acción aislada sino un conjunto de estrategias que nos llevan a un mismo fin: lograr visibilidad y magnetismo personal.

Categorías: Actualidad

Juanma Romero   12.feb.2015 13:33    

Si tienes que criticarme, hazlo pero hazlo bien

En muchas ocasiones tenemos que hacer críticas que no le gustan nada a los afectados. Son momentos en los que no nos queda más remedio que adoptar una postura intermedia entre lo que queremos mostrar como negativo y los sentimientos de la persona a la que nos estamos dirigiendo.

Al final se trata de sentir empatía y ponernos en el lugar del otro, porque en algún momento de tu vida tu esposa, tu marido, tu hermano, tu amigo, tu compañero o tu jefe harán algo incorrecto y tú tendrás que decírselo. La cuestión es cómo hacerlo de forma correcta.

Si tienes que hacer la crítica no dejes de hacerla, hazla. Eso sí, que sea honesta porque aunque sea un mal necesario no tenemos que hacerlo más duro sin necesidad. Lo cierto es que al ser humano generalmente no le gusta criticar, sobre todo cara a cara con el afectado, pero hay ocasiones en las que nuestras responsabilidades o las situaciones de la vida nos obligan a ello.

Hay algunas técnicas, porque todo se aprende, de las que podemos echar mano. Lo primero de todo es pensar en el momento y lugar adecuados. Ten en cuenta los posibles niveles de ansiedad o fatiga del afectado y procura hacer esa crítica lo antes posible. No la dilates en el tiempo porque lo mejor es solucionar el tema lo antes posible. Eso de dejar las cosas hasta que se arreglen o se pudran no suele funcionar.

Elige cuidadosamente los puntos que quieres tratar y sé muy específico, nada de generalidades que no llevan a ninguna parte. Ve a lo concreto, qué ha pasado, cuándo, dónde y por qué haces la crítica. Lo contrario puede provocar un gran estrés en el afectado que interpretará tu mensaje de la peor de las maneras posibles. Sé comprensivo y no autoritario al dirigirte a esa persona y utiliza adecuadamente tu lenguaje no verbal para transmitir humanidad en vez de prepotencia, que es lo que muchas veces hacemos cuando mostramos nuestro desacuerdo con alguien, sobre todo si estamos en una posición de poder.

El poder no nos da derecho a ser inhumanos, nos da derecho a adoptar medidas, pero meditadas y razonables. A esto le añades que deberías tratar de despersonalizar la situación tanto como sea posible y dejar claro que lo que estás criticando es el comportamiento de esa persona, no a la propia persona.

Resulta muy difícil llegar a un entendimiento cuando uno de los dos afectados siente que el otro no se queja de algo que haya hecho sino de él como persona. Nunca transmitas motivos personales en la crítica, refiérete solo a comportamientos y actos que sean fáciles de comprobar.

Personalmente, cuando trabajo con otros y se retrasan al entregarme su parte, procuro que esa persona sienta el daño que me causa para intentar que se ponga en mi pellejo. La diferencia está en decir: “¿Por qué retrasas siempre hasta el último minuto tus presentaciones? Estoy harto de tener que esperar”. Esto es un ataque personal y generalizado. Lo correcto, desde mi punto de vista, sería decir: “Cuando esperas hasta el último minuto para entregarme tu presentación lo paso fatal. Estoy con el corazón en un puño”. Posiblemente el otro se imaginará lo que sientes y a él no le gustaría que le pasase lo mismo. Si no se da por aludido en situaciones posteriores, entonces tendrás que adoptar otras medidas, pero solo entonces, no antes.

Evidentemente, la mala acción tienes que mencionarla, pero dejando claro el perjuicio que supone para ti, no lo mala persona que es quien te ha puesto en esa situación.
¡Sí, ya sé que a ti te apetecería partirle la cara, pero esa no es la solución!

Puedes seguirnos en Twitter, donde también hablamos de estos temas

Esta entrada no sirve de mucho sin el resto de las anteriores ni de las posteriores. La visibilidad, bien entendida, no es una acción aislada sino un conjunto de estrategias que nos llevan a un mismo fin: lograr esa visibilidad y ese magnetismo personal.

Categorías: Actualidad

Juanma Romero    1.feb.2015 13:22    

Estrenamos ‘Emprende Express’

Este mes de enero estamos de estreno. Canal 24 Horas ha vuelto a apostar por el emprendimiento y nos ha encargado a Luis Oliván y a mí un nuevo programa, diferente al ‘Emprende’ que venimos emitiendo desde hace dos años.

Será un programa de menor duración, quince minutos frente a los treinta de ‘Emprende’, y con contenidos totalmente diferenciados del anterior. Su función será fomentar el emprendimiento de forma sensata, es decir, no emprender por emprender, sino teniendo claro que si montamos un negocio hay mercado suficiente para ello y gente que está dispuesta a pagar por lo que nosotros ofrecemos. En caso contrario más vale que nos dediquemos a buscar un empleo por cuenta ajena.

Aunque en un principio pudiese parecer que este segundo programa va a ser un resumen del primero, no será así, ni mucho menos. Será totalmente  diferente, con contenidos nuevos y entrevistas que no se darán en el otro programa.

Pretendemos que, independientemente de que tenga un contenido asimilable al de ’Emprende’, el formato sea totalmente nuevo y los temas a tratar no se hayan analizado antes.

Empezamos a mediados de mes con una emisión especial dedicada a CES 2015, la feria de tecnología de consumo más importante del mundo que se celebra en Las Vegas a principios de enero de cada año. En esta feria han estado presentes muy pocas empresas españolas. La verdad es que podríamos contarlas con los dedos de una mano y seguramente nos sobrarían dedos. Sin embargo, las que han acudido han demostrado que están a la cabeza de la innovación mundial.

Emitiremos ‘Emprende Express’ los viernes en Canal 24 Horas, a las 22:15, hora peninsular española. Los invitados dispondrán de tiempo suficiente para mostrar sus apuestas empresariales y contará con expertos de referencia de primera línea en aspectos esenciales como la creación y desarrollo de una empresa, búsqueda de financiación, internacionalización, comunicación o la búsqueda de socios, entre otros.

Con vocación de servicio público, ‘Emprende Express’ y ‘Emprende’ pretenden aportar su grano de arena a la hora de encontrar nuevas vías de crear empleo a través del desarrollo de nuevos proyectos empresariales. El programa lo realiza Luis Oliván, lo produce  Juan Lainez y yo lo dirijo y presento. Durante los últimos doce meses hemos recibido ocho premios, nacionales e internacionales, como reconocimiento a nuestra labor de difusión del emprendimiento y apoyo a emprendedores, autónomos y pymes. Esto nos obliga a no dormirnos en los laureles e intentar mejorar cada día. Con tu ayuda lo conseguiremos.

Puedes seguirnos en Twitter, donde también hablamos de estos temas

Esta entrada no sirve de mucho sin el resto de las anteriores ni de las posteriores. Una campaña de comunicación no es una acción aislada sino un conjunto de estrategias que nos llevan a un mismo fin: lograr visibilidad y magnetismo personal.

Categorías: Actualidad , Televisión

Juanma Romero   25.ene.2015 12:32    

No ha sido mal año

Este año 2014 nos ha ido bastante bien a nivel profesional. Hemos consolidado ‘Emprende’, programa que se ha convertido en referencia de la difusión del emprendimiento en España. Luis Oliván, realizador de ‘Emprende’, y yo hemos recibido un total de siete premios, siete. Algo que no me esperaba. De hecho, en mis treinta años de carrera ni siquiera había soñado con recibir uno y ahora, en un solo año, me encuentro con siete. Cuando veía que algún compañero recibía un premio ni siquiera me atrevía a imaginar que yo también podría ganar alguno. Pero estaba equivocado.

No puedo más que dar las gracias a todos los que han considerado que debían reconocer la labor que hace Canal 24 Horas y todos los compañeros de los Servicios Informativos de TVE en apoyo del emprendimiento. Empezando por el director del Canal, Sergio Martín, que en su apuesta por el emprendimiento nos ha encargado hacer una segunda edición de ‘Emprende’. Así, a partir de enero tendremos el ‘Emprende’ que todos conocemos que se emite a las cuatro de la tarde los jueves y un ‘Emprende Express’ que se emitirá los viernes a las diez de la noche, también en canal 24 Horas, justo después de Telediario. Ambos programas serán totalmente diferentes.

Esto de los premios tiene sus riesgos. El más grave de todos ellos es que ‘te lo acabes creyendo’ y pienses que eres bueno, muy bueno. Espero no caer en ese error, porque siempre he basado mi trabajo en la humildad y la empatía. Que no me lo quiera creer no significa que no me gusten que me los den, ni mucho menos. Son muy bienvenidos.

Creo que la humildad es necesaria porque, al final, todos somos iguales, por mucho dinero que tengan algunos. Al final todos vamos a acabar igual, en el hoyo. Y la empatía también es necesaria porque hay que saber ponerse en la piel de los otros.

Si te acostumbras a empatizar con la gente, sales beneficiado. Empatizar significa que el otro aprecia que entiendes sus problemas, independientemente de que puedas solucionarlos o no. Pero al menos le comprendes y entiendes sus miedos, alegrías y esperanzas.

Eso queremos con el programa, entender a la gente y ayudar en la medida de lo posible. Para nosotros las ideas si son buenas tienen más posibilidades de salir en la tele; parece lógico, ¿verdad?

Pero lo que de verdad me importa es apoyar a esas empresas que están creando empleo, ya sea un puesto de trabajo o cientos, cada una según sus posibilidades.

Cada vez que alguien me dice que ha creado un empleo pienso que hay un padre o una madre que pueden meter un litro de leche en la nevera para sus hijos. Yo tengo seis y sé de qué hablo.

Eso es lo que de verdad importa.

Gracias por tu apoyo.

Puedes seguirnos en Twitter, donde también hablamos de estos temas

Esta entrada no sirve de mucho sin el resto de las anteriores ni de las posteriores. Una campaña de comunicación no es una acción aislada sino un conjunto de estrategias que nos llevan a un mismo fin: lograr visibilidad y magnetismo personal.

Categorías: Actualidad

Juanma Romero   21.dic.2014 14:11    

El poder de tu mirada

Los seres humanos somos tan incompetentes que en muchas ocasiones, a pesar de conocer el poder de nuestras habilidades, no lo aprovechamos para tomar ventaja sobre otros congéneres.

A veces no lo hacemos por desconocimiento, otras por desidia y en la mayoría de los casos porque es más cómodo no hacerlo. Y lo cierto es que resulta sencillo aprovechar estas habilidades, pero hay que ponerse a ello.

No hay más que ver quiénes triunfan en el mundo de los negocios, la farándula o la política. No son los más hábiles en su sector sino los más hábiles en el trato con las personas. Son aquellos que saben utilizar sus habilidades de forma adecuada en cada momento. Bueno, no hay regla sin excepción; cada cual que busque la que prefiera.

Y la mirada es, sin duda, parte esencial de esas habilidades. Hay que ensayar y practicar, y buscar las técnicas para que esa mirada se convierta en nuestra alidada y no en otra dificultada más a la que nos enfrentamos y que quizá no podamos superar.

Hay algunas normas básicas para triunfar o, al menos, para no fracasar. Una de las principales es no mirar nunca por encima de tu interlocutor esperando que algo o alguien más importante que él aparezca. Los ojos que vagabundean dan sensación de estar en otro sitio, y en realidad lo están. Y esa sensación, consciente o inconscientemente, se la transmitimos a nuestro interlocutor.

El contacto visual es importante si quieres lograr un poderoso impacto en la gente. Puedes comunicar empatía y dar la impresión de consideración, sabiduría o inteligencia. O puedes comunicar justo lo contrario, si tienes estos ojos vagabundos. Tú decides.

Debes mirar fijamente a los ojos del otro, pero sin pasarte. A veces una mirada penetrante puede resultar invasora e incómoda. Nunca mires profundamente durante mucho tiempo, al menos en situaciones sociales o profesionales. Si estás con tu pareja eso ya es otro cantar, queda a tu criterio. En algunas culturas, mirar profundamente se considera incluso grosero.

Tienes que buscar el punto de equilibrio, porque sin el contacto visual no podrás ejercer tu magnetismo personal sobre quien está frente a ti. Ese contacto visual es el mejor camino para demostrar a la otra persona que para ti, en ese momento, es la persona más importante del mundo; o al menos de la sala donde te encuentres. Si quieres causarle buena impresión no te queda más remedio que dejarle claro que no hay nada ni nadie más importante para ti en ese momento.

La antropóloga Helen Fisher explica que cuando miras con intensidad se genera una hormona llamada “finiletilamina”, que es la misma que produce lo que llamamos amor a primera vista o flechazo.

Cuando te hagan una pregunta, intenta mantener la mayor parte del tiempo el contacto visual con la persona que te ha preguntado, y procura ser muy expresivo con las cejas.

En muchas ocasiones se ha analizado el caso del expresidente de EE.UU. Bill Clinton y su magnetismo personal. Ese magnetismo lo logra porque es un maestro del contacto visual, y te hace sentir como la persona más importante del mundo en ese preciso momento; y eso no se olvida fácilmente.

Si quieres dejar una buena impresión al final de una conversación intenta mantener fija la mirada en los ojos de tu interlocutor durante tres segundos mientras estrechas su mano. Con esto le estarás transmitiendo que has prestado atención a la conversación y dejarás en él una huella positiva. Si mientras te despides miras a otro sitio, esa mirada huidiza hará que, inconscientemente, la huella que dejes en él sea negativa.

Te voy a contar la técnica adecuada para que sepas cómo dirigir tu mirada, tanto en el ambiente laboral como en el social. Son diferentes miradas. Así, en el ambiente laboral, siempre que estemos hablando de temas serios, deberemos dirigir nuestra mirada hacia un hipotético triángulo situado entre los ojos y el centro de la frente de nuestro interlocutor. Pero si se trata de un ambiente social, más relajado, la mirada  deberá bajar; es decir, la dirigiremos hacia un hipotético triángulo situado entre los ojos y la boca de nuestro interlocutor.
También hay una mirada íntima, para ocasiones especiales. Pero esa la dejo a tu criterio.

 

Puedes seguirnos en Twitter, donde también hablamos de estos temas: @jromero_tv

Esta entrada no sirve de mucho sin el resto de las anteriores ni de las posteriores. Una campaña de comunicación no es una acción aislada sino un conjunto de estrategias que nos llevan a un mismo fin: lograr visibilidad.

Categorías: Actualidad

Juanma Romero   14.dic.2014 15:35    

Imítame como si fueses un espejo y me convencerás de lo que quieras

A todos nos gusta sentirnos admirados e imitados. No podemos evitar que nuestro ego crezca de manera exponencial cuando sentimos que esta situación se está produciendo.

Nuestra autoestima crece, incluso, aunque no nos demos cuenta de ello. Y a eso es a lo que me voy a referir ahora, a cómo lograr que la otra persona se sienta feliz porque estás copiando sus movimientos; eso sí, teniendo cierta precaución, no se trata de imitarle tal cual sino con inteligencia; que sea un movimiento elegante, no una mueca que pueda ofenderle. Esto solo aprenderás a hacerlo practicando.

Está demostrado, aunque no te voy a enumerar los estudios que hablan de ello (busca en Google, no seas vago), que si tienes algo que vender y lo tienes difícil debes dejar de centrarte en la venta y concentrarte en la persona que tienes enfrente, que es la que va a decidir si compra tu producto, si te contrata o si invierte en tu empresa.

Lo que te cuento se basa en las llamadas neuronas espejo, que son aquellas que se activan cuando un animal o persona ejecuta una acción y cuando observa, consciente o inconscientemente, que esa misma acción es ejecutada por otro individuo, especialmente un congénere. Algunos de los primeros estudios se hicieron con monos y luego ya pasaron a los humanos.

¿Cómo conseguir dominar esta técnica? Bueno, no es difícil, aunque hay que ensayar, porque es todo un arte. Piensa que la imitación del lenguaje no verbal de esa otra persona es una forma de lograr su confianza y que sienta que ambos os compenetráis. Esa imitación consigue que el otro se abra más a ti.

Te pongo un ejemplo: imagina que vas a ver a un cliente que es un hueso duro de roer. Lo tienes difícil, casi imposible, no hay forma de colocarle ese pedido. Si te empecinas en venderle lo que le estás ofertando no vas a lograr nada. Tienes que centrarte en lograr que el otro se sienta a gusto contigo y eso puedes lograrlo si imitas sus movimientos. Si él cruza las piernas, tú también; si él se cruza de brazos, tú igual; si se toca la mejilla, tú lo mismo. Pero con precaución, no se trata de que en el momento que él lo hace tú lo repitas automáticamente, sino que debes esperar unos segundos, dos o tres, para hacer ese mismo movimiento.

Intenta ensayarlo con algún familiar o amigo sin decírselo, pero ensaya. Como todo en la vida hay que aprender a hacerlo (nadie nace enseñado), y se aprende trabajando, ensayando y fallando. Y no puedes fallar delante de él, sino antes para aprender de tus errores.

Cuando tu cliente se sienta cómodo contigo será el momento de intentar venderle el producto que quieres colocarle, pero no antes. A esto puedes añadirle que si le dejas hablar será más fácil que se lo vendas. Recuerda que a todos nos encanta hablar, que nos escuchen, que  nos muestren admiración; es decir, no olvides que lo  importante no es que tú impresiones a tu cliente, sino que dejes que tu cliente te impresione a ti. Si lo logras, la venta estará prácticamente hecha.

Todos somos humanos, por muy racionales que pretendamos ser en nuestro comportamiento. Al final nos movemos por sentimientos y un sentimiento de simpatía hacia alguien que quiere vendernos algo hará mucho más efectivo que todos los números y proyecciones de resultados que puedas presentarle a esa persona.

No olvides ensayarlo. En los talleres que imparto, cuando hablamos de la técnica del espejo, lo primero que hago es ponerles a ensayar, que imiten al otro descaradamente, que luego vayan, gradualmente, imitándole con más cuidado y elegancia, y al final que aprendan a hacerlo de forma casi automática; esto significa que logramos que su cerebro no esté pensando en cómo imitar al otro sino en cómo venderle lo que queremos venderle.

Cuando tú imitas de manera discreta a alguien te estás haciendo más atractivo a sus ojos. Es lo que se denomina la técnica del espejo, por lo que, si estáis uno frente al otro, si el otro mueve su mano derecha tú tienes que mover la izquierda.

La técnica del espejo puede ayudarte a superar una primera mala impresión. Pero si el lenguaje corporal de tu interlocutor es negativo debes tener mucho cuidado a la hora de imitarlo, puede ser contraproducente.

Puedes seguirnos en Twitter, donde también hablamos de estos temas en Twitter

Esta entrada no sirve de mucho sin el resto de las anteriores ni de las posteriores. Una campaña de comunicación no es una acción aislada sino un conjunto de estrategias que nos llevan a un mismo fin: lograr visibilidad. También puedes consultar mi blog personal.

Categorías: Actualidad

Juanma Romero    7.dic.2014 12:40    

Emprende TV

Bio Emprende TV

En el blog de Juanma Romero se ofrece a los emprendedores información sobre comunicación. Se les facilitan pautas a la hora de intentar lograr presencia de alto impacto y bajo coste en los medios de comunicación.
Ver perfil »

Síguenos en...

Últimos comentarios