Irak y algunas curiosas coincidencias
miércoles 1.jul.2009 por RTVE.es 0 Comentarios
La programación de ayer en las televisiones de Irak fue realmente interesante. Y no hubo reality-shows. Coincidieron en la pantalla las ceremonias para festejar la salida de las tropas de Estados Unidos de las grandes ciudades con la subasta de la explotación de seis campos petrolíferos. Curioso, al menos.
Los estadounidenses dejan de ser visibles para los iraquíes sin saber –como juega con las palabras Tomás Alcoverro- si al final han ganado la guerra, pero han perdido la paz… O han perdido la guerra y han ganado la paz. El debate seguirá por mucho tiempo.
Lo del reparto de los pozos tiene más miga. Primero porque no está claro que para Irak el petróleo sea un elemento unificador o desintegrador. Sus grandes reservas están o en el Kurdistán y en el sur fronterizo con Kuwait. Y la ancestral hipersensibilidad de los iraquíes con todos los tejemanejes del petróleo es lo que ha obligado al Gobierno a transmitir por televisión la subasta.
Al parecer, les tranquilizó mucho que de los seis grandes campos que se querían subastar cuatro quedaran desiertos. Y que el argumento de las multinacionales para no pujar fuera que las condiciones impuestas por el Gobierno de Al-Maliki eran draconianas.
Y lo más curioso de todo. El Gobierno iraquí ha hecho coincidir esos dos acontecimientos sabiendo, como sabe, que medio mundo cree que detrás de la invasión ordenada por George W. Bush –ex presidente de Estados Unidos con una familia muy interesada en el mercado del petróleo- tenía que ver más con el crudo que con las libertades de los pueblos del Golfo Pérsico.
Hasta ahí las coincidencias. El resto, sin cambios. Llevo todo el día llamando a Antonio Parreño, el enviado especial de TVE a Bagdad, para que me cuente sus impresiones. No hay manera. No entra la llamada. Una voz impersonal me advierte en árabe que el número que he marcado está fuera de servicio. Los bagdadíes, además de apañárselas sin luz ni agua, pasan gran parte del día aislados del resto del mundo por el pésimo funcionamiento de sus empresas de telefonía móvil.