8 posts con categoría "denuncias"

Couso, hace hoy diez años

Hace hoy diez años, andaba reportajeando por las calles de Basora junto a mi buen amigo Evaristo Canete. La capital shií del sur de Irak acababa de caer en manos de militares británicos después de largas jornadas de asedio. Estábamos casi incomunicados, apenas conectados esporádicamente a través de un teléfono satelital Thuraya.

La liberación de Basora sólo dejó escenas de caos y saqueos. Cruel anticipo de lo que vino después. Militares y policías hasta ese día fieles al régimen habían escondido sus uniformes, pero no sus armas. Continuamente se escuchaban ráfagas de fusiles y ametralladoras… Unas en señal de festejo, otras no. La cárcel estaba vacía, los presos habían aprovechado el desgobierno y la huida del alcaide. En las avenidas se mezclaba la alegría por la caída del régimen y la desconfianza hacia los extranjeros. Un militar británico nos detuvo en la misma entrada del palacio de Saddam Husein a orillas del inmenso Shat el Arab. En la garita aún se amontonaban centenares de casquillos. En un rincón descubrimos el casco de un militar iraquí perforado a la altura del cerebelo. A sólo unos metros del palacio, centenares de iraquíes se dedicaban a vaciar el hotel Sheraton. Recuerdo un magistral plano secuencia marca de la casa, marca de Canete: Desde la séptima planta del hotel varios basoríes arrojaban un colchón de proporciones King size. Abajo lo cazaba al vuelo otro grupo de iraquíes que en décimas de segundo lo cargaba en una furgoneta atestada de televisores y muebles. La furgoneta tomó la calle del río y desapareció.

Mientras eso ocurría en Irak, aquí en España otro buen amigo se enteraba de una trágica noticia: Habían matado a un periodista español en Irak. Ese buen amigo llamó a mi mujer para confirmar que no era yo la víctima… Pero yo seguía incomunicado recorriendo las calles de Basora. Fueron momentos de angustia que se evaporaron 15, quizá 30, minutos después cuando recuperé la señal de mi Thuraya y di señales de vida.

Le tocó a José Couso y a Julio Anguita Parrado como me pudo haber tocado a mí, a Canete o a cualquiera de las decenas de periodistas que recorríamos aquellos días las calles de Basora o Bagdad.

El sábado, frente a la embajada de Estados Unidos, volví a ver a una familia que no tuvo la suerte de ver evaporada su angustia a los 15, quizá 30, minutos. Llevan diez años de angustia. Diez años reclamando Justicia.

Couso no murió en una refriega, no murió por un despiste o una temeridad. Diez años después me gustaría saber por qué murió. Y la respuesta la tiene una persona: la que ordenó disparar contra el hotel Palestina. Permitamos que la Justicia le pregunte. Matar a un periodista durante un conflicto armado de forma premeditada es un crimen de guerra y si no investigamos los crímenes de guerra nos desarmamos como sociedad. Es una cuestión de principios morales, éticos y democráticos.

José Antonio Guardiola    8.abr.2013 10:25    

Uno de esos días felices

Seré breve. Estoy visionando todo el material que me he traído de Honduras y tengo varios discos por delante... La de hoy ha sido una de esas mañanas de felicidad que de vez en cuando nos brinda el periodismo: Ríos Montt será juzgado por genocidio en Guatemala.

En 2000, a la vuelta de un viaje al Chile convulso por el arresto de Augusto Pinochet, convencí al entonces director de En Portada, Fernando de Giles, de que había que preparar un reportaje sobre el genocidio de Guatemala. En España, casi toda la sociedad conocía los abusos cometidos por las dictaduras del Cono Sur, pero poca gente estaba al corriente de las barbaridades que sufrieron los indígenas del Quiché durante las dictaduras de José Efráin Ríos Montt y Fernando Romeo Lucas. En los 80.

Se habla de más de 200.000 asesinatos. Imposible conocer una cifra siquiera aproximada. Un ejemplo: Durante el viaje al Quiché, con Evaristo Canete y Miguel Ángel de la Fuente, todos y cada uno de los indígenas que nos cruzamos nos confesaron que nunca nadie –ni jueces, ni policías, ni políticos, ni periodistas- les habían preguntado qué pasó. Y habían transcurrido 20 años.

¿Y por qué es un día feliz? Porque reportajes como Tras la pista del genocidio, y otros decenas de reportajes como ése, han contribuido a desmontar la impunidad. Para eso también sirve el periodismo. Es la misma felicidad que sentí la mañana en que detuvieron a Augusto Pinochet o a Slobodan Milósevic. Y la que sentiré cuando le llegue su día a Robert Mugabe. Entre otros.

Por cierto, Ríos Montt jamás quiso hablar para En Portada, y eso que entonces ostentaba la Presidencia del Parlamento. Sí habló el pelele que había logrado colocar en la Presidencia de la República, Alfonso Portillo.

Y, finalmente, pido disculpas por las prolongadas ausencias en el blog.

José Antonio Guardiola   29.ene.2013 09:35    

Juanmari

Juanmari era un tipo vital. Le conocí en Santiago de Chile a finales de los 90. Fue en una cena en casa de un amigo común, también vasco (querido Martín, en todo el Cono Sur nunca nadie preparó mejor que tú el cogote de merluza).

De Juanmari recuerdo la velocidad endiablada con la que jugaba al mus. Y su talento, escupido en torrentes de palabras. Y su visión sin ánimo de venganzas del llamado conflicto vasco.

Juanmari me contó aquélla noche de mus y merluza cómo salvó la vida a otro amigo común (querido Patxi…) cuando era gobernador civil de Guipúzcoa. Una de tantas. Una manifestación en lo viejo de Donosti, unos tipos que arrojan pasquines, una diana dibujada en la frente de mi amigo… Y todo se acabó. Adiós a Euskadi para siempre. Lo mismo que le pasó a Juanmari. Por eso le conocí en Chile.

Desde esa noche chilena mantuve con Juanmari una relación muy cordial… Sin llegar a ser amigos.

Una mañana de domingo de finales de julio de 2000 escuché en Radio Nacional, aún somnoliento en la cama, algunas palabras inconexas. Anoche. Asesinado. Juan María. Le imaginaba en Chile, pero no sé por qué  pensé que sólo podía ser él. Bajé al kiosco más cercano a medio vestir y me quedé petrificado cuando vi la foto de portada del diario El País. Era él. Un euskaldun de Legorreta, viejo comunista, luchador antifranquista… Alguien le definió como el gobernador que limpió Intxaurrondo. Pero qué más da lo que fuera o hiciera si sobre todo era humano.

Siempre he dicho que no soporto a quien me cuenta una guerra posicionado en un bando. Llámese serbio, croata, bosnio, hutu o tutsi. Sólo entiendo una manera de contar una guerra: desde el lado de las víctimas y acusando en todo lo que se pueda probar a los victimarios (llámense Milósevic, Kagame, Tudjman, Mugabe, Pinochet o Stalin).

Lo que se ha vivido por culpa de ETA no ha sido una guerra, pero desde ayer tarde no me quito de la cabeza la portada del periódico con el cuerpo inerte de Juanmari. Una víctima. Una más.

Categorías: Actualidad , de-aqui , denuncias , miscelanea

José Antonio Guardiola   21.oct.2011 13:10    

Los tenemos en la mira

“Los ubicaremos en las oficinas, en las casas donde viven (…) Los tenemos en la mira y desde ya pueden darse por muertos.”

 Así termina la carta que han recibido varios de los mejores periodistas de Colombia. La firma el Bloque Central de Las Águilas Negras, un grupo paramilitar heredero de las sanguinarias autodefensas de Colombia.

 A uno de los amenazados le conozco. No sólo aparece en el reportaje Maldito oficio, si no que él me proporcionó la inspiración para narrar la historia, la triste historia, del gran Pedro Cárdenas.

 Ha pasado casi un año de la muerte de Pedro Cárdenas y nada se ha investigado. Es más, a quienes han osado preguntar o sacar conclusiones se les ha amenazado.

 Ha pasado casi un año de la muerte de Pedro Cárdenas y la lista de periodistas muertos, amenazados, encarcelados o mutilados es estremecedora. En 2010 han muerto 10 periodistas en Honduras, otros 10 en México, 9 en Pakistán, 7 en Colombia ó 6 en Irak.

Ha pasado casi un año de la muerte de Pedro Cárdenas y ni el Gobierno de Colombia, ni el de Zimbabue, ni el de Honduras, ni el de China se toman en serio el respeto al trabajo de los periodistas.

Hablemos de Colombia, la tierra por la que Cárdenas se jugaba el tipo repartiendo periódicos rudimentarios en los que acusaba a corruptos y sinvergüenzas. La Federación Internacional de Periodistas ha registrado 189 agresiones. Cuatro atentados contra medios de comunicación. Y lo peor es que la cifra sólo aumenta según pasan los años.

El domingo En Portada vuelve a emitir Maldito oficio, esa radiografía del periodismo local en el mundo que ilustra como nadie el añorado Pedro Cárdenas. Creo que sobran razones y motivos para volver a verlo y volver a estremecerse con el idealismo casi ingenuo de Cárdenas.

José Antonio Guardiola   29.abr.2011 17:57    

Los cerdos de Kosovo

De la imagen de la huida de los serbios de Kosovo en 1999 guardo una imagen imborrable. Describo el entorno: Carretera desierta con destino a Pec, al noroeste de la entonces provincia serbia. Silencio tenso, sólo roto por algún disparo esporádico. Lluvia. Niebla. Y la imagen: Cerdos, muchísimos cerdos trotando desorientados.

No hubo mejor prueba de la huida de los serbios que esas decenas de piaras alocadas. Sólo los serbios tenían cerdos en sus granjas. Los albanokosovares, en su mayoría musulmanes, ni los comen ni los cuidan.

Ese conflicto terminó como tenía que acabar: Con las fuerzas especiales de Milósevic en retirada después de haber cometido mil y una vilezas contra los casi dos millones de albanokosovares que, en la mayoría de los casos, resistieron esos abusos con estoicismo.

Serbia ya ha pagado su ansiedad.

Leo ahora el informe del Consejo de Europa en el que se acusa a las nuevas autoridades kosovares de haber tratado como cerdos a los serbios que cayeron prisioneros. Es sólo un informe, no una sentencia. Pero me resulta creíble. Engordar a unos 500 serbios para después pegarles un tiro en la nuca y enriquecerse con la venta de sus riñones… Qué horror. No se trata de una venganza. Es peor, es vengarte y de paso engordar tu bolsillo y el de tus amigotes con un buen puñado de dólares.

Kosovo, ya desde la conferencia del castillo de Rambouillet, cometió un error estratégico. Dio el poder a los que sólo tenían que haber combatido. Las guerrillas sirven para lo que sirven. Y punto. Ha pasado en otros muchos países que aún pagan las consecuencias. En la delegación kosovar de Rambouillet había personas con gran capacitación, con una visión a largo plazo del Estado kosovar, sin ansia de venganza... Pienso, por ejemplo, en Veton Surroi. Pero se optó por dar el poder –luego respaldado en las urnas, cierto- a los que sólo supieron responder a los policías de Milósevic con su mismo lenguaje. A los Hashim Thaci de turno.

El odio a lo serbio -comprensible por la humillación sufrida durante años- les ha dado alas a algunos guerrilleros, convertidos en politiquillos, para justificar lo injustificable, para crear un poder mafioso. Lo digo con lamento porque en Kosovo mantengo buenos amigos. Y me duele este Kosovo en el que me jugué el tipo en más de una ocasión por salvar la vida de inocentes albaneses. La frase puede sonar grandilocuente, pero me sale de las tripas...

Categorías: denuncias

RTVE.es   17.dic.2010 09:49    

La fábula del médico afgano

Imaginen a un médico del prestigioso hospital Monte Sinaí de Nueva York. Licenciado en Harvard, o en cualquier otra universidad de gran renombre. Muchos sobresalientes en su expediente académico. Y un día, como por arte de magia, se sumerge en una máquina del tiempo y aterriza en la España de la Edad Media. Y comienza a tratar a los enfermos de entonces con los mismos medicamentos que recetaba a sus pacientes neoyorquinos. ¿Qué sucede? ¿Por qué se le mueren muchos? Quizá sus organismos no están preparados para ibuprofenos, penicilinas y otros compuestos químicos.

Pues simplificando mucho, mucho, mucho… Eso es lo que está pasando en Afganistán. Occidente se empeña en utilizar recetas propias para curar males que afectan a una sociedad radicalmente distinta.

A los políticos y militares occidentales se les suele escapar que Afganistán es un país indomable; que sus gentes son ante todo supervivientes; que allí no existen políticos –en todo caso, personas poderosas-; que allí no existe lo que aquí se conoce como sociedad civil… Que la estructura de poder es muy tribal; que visto en un mapa parece un país como otro cualquiera aunque en realidad es un territorio desestructurado (periodistas y diplomáticos se refieren al presidente Hamid Karzai como alcalde de Kabul… O mejor dicho, alcalde para algunos barrios de Kabul). También se les suele olvidar que nada se puede hacer sin los señores de la guerra porque precisamente esos políticos (o sus antecesores) son los que reforzaron el papel de esos mismos señores de la guerra (ellos sí suelen ser los mismos) durante y después de la intervención militar de 2001.

Y pretenden ignorar que los talibanes cada vez encuentran más respaldo (parece mentira después de las aberraciones que cometieron a finales de los 90) e ignoran (y eso sí que lo hacen bien) la responsabilidad de los servicios de inteligencia paquistaníes en el caos afgano. Y que las mujeres… Caramba, la situación de las mujeres… Eso sí que es difícil de explicar y de entender. Sólo es fácil de definir: aberrante.

Y ahora, los genios de la Casa Blanca o de Downing Street quieren que se celebren en Afganistán free and fair elections, como dicen los observadores internacionales. Provoca sonrojo. Que en muchos territorios los afganos se jueguen la vida por meter un papel en una papeleta... ¿A cambio de qué?

A estas alturas da la sensación de que la llamada comunidad internacional ya sólo aspira a diseñar una exit strategy digna y no a solucionar los problemas por los que entraron sus tropas hace nueve años.

Y aquí, en España, seguimos con el debate semántico. A los que no se atrevían a utilizar la palabra guerra en Irak, ahora se les llena la boca de esa misma palabra. Y a los otros, les cuesta tanto verbalizar la palabra guerra como les costó en su día la palabra crisis.

Categorías: denuncias

RTVE.es   17.sep.2010 15:48    

Luis Dueñas tiene un horizonte

Luis Dueñas ve luz al final del túnel. En el peor de los casos, el español encarcelado en la prisión de Kigali desde el pasado 24 de marzo estará entre rejas como máximo cuatro meses y pico más.

El Juzgado de Ruanda le ha reducido la pena de tres años a uno… Y lo que es mejor, se elimina de la sentencia el delito de corrupción y sólo se aplica el de fraude fiscal.

Esta reducción permitirá a los abogados pedir, en cuanto tengan en su mano la sentencia –ayer el juez sólo la leyó-, la libertad provisional para Luis. La decisión está en manos del Ministerio de Justicia y en el mejor de los casos no se conocerá hasta dentro de unos 15 días.

En este blog se han vertido numerosas opiniones sobre este caso, y os lo agradezco. Muchas de ellas han venido de amigos de Luis, que por lo que se ve son muchos y buenos. Otras, han surgido simplemente para cuestionar alguno de los extraños perfiles de un caso judicial con bastantes interrogantes por cerrar.

Yo sólo he estado en Ruanda una vez y de eso hace ya 13 años. En aquel país, hablar de Justicia en sus términos universalmente reconocidos es algo parecido a una broma pesada.

Estoy convencido de que si Luis Dueñas acabó en el hotel Kigali fue, en parte, por un ajuste de cuentas entre los dirigentes ruandeses. Y de la misma manera estoy convencido de que si el juez le ha reducido la condena ha sido por las gestiones realizadas en Ruanda por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ángel Lossada, y sobre todo porque el presidente Paul Kagame –uno de los políticos más brillantes y maquiavélicos del continente africano- ve hoy mucho más lejana la posibilidad de que la Audiencia Nacional procese a toda la cúpula del poder tutsi. Lo peor es que a Luis le ha tocado sufrir todas estas miserias…

Categorías: denuncias

RTVE.es   10.nov.2009 10:34    

El sátrapa que quiso ser Mandela

El 18 de julio de 2008, Nelson Mandela cumplió 90 años. Fue un cumpleaños global, universal. Una fiesta planetaria que arrancó en su pueblo natal, Qunu, y terminó con un discurso en Londres en el que miles de oídos esperaban –esperábamos- escuchar una frase concreta…

Por aquellos días, Zimbabue se desangraba por la locura del régimen de Robert Mugabe. Sus vecinos africanos mantenían silencio a pesar de la violencia política provocada por seguidores del ZANU-PF, el partido de Mugabe; a pesar de una hiperinflación que se cuantificaba en millones por cien; a pesar del derrumbe de unos servicios públicos admirados en toda África; a pesar del grito silencioso de millones de zimbabuenses hartos de malvivir en un país potencialmente rico.

Ningún líder en el África Austral había osado cuestionar el papel del viejo libertador Robert Mugabe hasta que Mandela celebrando su 90 cumpleaños soltó esta simple frase: “Contemplamos con tristeza el trágico fracaso del liderazgo en nuestro vecino Zimbabue”. No dijo más. Fue suficiente.

Sólo una frase y quedó desarmado el mito. Una sola frase que debió sacar los colores del gran protector de Mugabe, el ex presidente sudafricano Thabo Mbeki. Una frase que mostró a millones de africanos que, lejos de complejos poscolonialistas, un negro puede criticar a otro negro… Y que a los sátrapas hay que denunciarlos sin importar el color de su piel.

Heidi Holland cuenta en su libro “Cenando con Mugabe” (estupenda su investigación, desastrosa la traducción y la edición en castellano) que el líder zimbabuense siempre tuvo la ambición callada de ser el otro Mandela, el gran estadista querido y respetado por todos. Seguramente el día en que Mandela le soltó ese coscorrón ante todo el mundo, Mugabe tuvo uno de sus arranques de ira que sólo lograba consolar en los brazos de su madre o de su primera mujer... No es lo mismo que te critique Tony Blair a que lo haga el mismísimo Nelson Mandela.

Mugabe ha destrozado Zimbabue. De libertador se ha convertido en tirano. Lo ha intentado ocultar. La nueva temporada de En Portada arrancará este domingo con un viaje a ese país que Mugabe ha intentado blindar contra testigos incómodos. Y los blogs de esta semana estarán dedicados a contar algunos detalles… Arranca el Viaje a la finca de Mugabe.

Categorías: denuncias

RTVE.es    1.sep.2009 16:44    

José Antonio Guardiola

Bio En Portada

Se puede vivir sin saber qué es el azimut. Pero difícilmente se puede navegar o volar sin manejar el azimut. El azimut, el norte magnético, el rumbo… Son los que nos facilitan ir hacia donde queremos y gracias a ese sentido de la orientación el mundo es lo que es.
Ver perfil »

Síguenos en...

Últimos comentarios