8 posts de noviembre 2008

Miscelánea

Hola otra vez. Unos cuantos días fuera y me llenáis esto de comentarios elogiosos...a ver qué va a pasar. Gracias a todos por vuestras palabras y por vuestras críticas, por las aportaciones y los saludos...pero, sobre todo, por participar. Más aún teniendo en cuenta que uno no acude por aquí todos los días. Insisto en que leo todo lo que escribís y eso me anima a ponerme ante el ordenador.

Voy a repetir algo que digo de vez en cuando en la radio y que quizá debieráis saber -entre otras cosas porque esa es una de las razones de que el silencio dure tantos días- y es que uno no está todavía muy fino en materia informática y ando aún aprendiendo a moverme por aquí sin ruedines. De hecho me hubiera gustado colgar algunas fotos del programa que hicimos en el Supremo -tribunal- en Onil -no la de la teniente, como dice Ramos- o en Sanidad que es donde hemos estado hoy, en un programa que ya veo que ha provocado algunos comentarios.

Y es curioso porque comparto eso de que la multiplicidad de responsabilidades en la gestión sanitaria tiene como efecto, queramos o no, que haya diferencias entre Comunidades Autónomas, por mucho que el ministro insista en que realizan con solvencia la labor de coordinación -que seguramente hay algo de eso también-.

De todas formas de la entrevista de esta mañana -Sida, que era el eje central, aparte- me quedo con las alusiones al tabaco y a la necesidad de que algunos territorios se pongan las pilas y sea posible de verdad encontrar lugares públicos -bares y restaurantes digo- en los que se pueda estar tranquilamente sin fumar. Meterse humo es un derecho irrenunciable de quien lo toma como opción personal, pero no respirarlo involuntariamente también...o más incluso. Contamínate tú, pero no lo hagas conmigo...Hay contaminaciones hermosas: la raza, la cultura, la música...mestizajes que ayudan a crecer, pero no es esa de los humos ni siquiera a pequeña escala la que uno debe aceptar.

Y algo más. Un abrazo para Maxim...no sé quién eres, pero sí lo que estás pasando. Espero que sea temporal y pronto reencuentres ese camino del que te han apartado "con buenas palabras".

Os dejo de momento con esta MISCELÁNEA porque voy a intentar aprender cómo demonios se cuelgan fotos en el blog.

Qué le vamos a hacer estoy todavía en la máquina de escribir y el móvil de pedales.

El juego

Gracias a todos los que habéis entrado en el juego de las gafas y la nariz. Me encanta ver que todavía quedáis algunos "bobos" -Marta dixit - que os tomáis el juego de la comunicación como un río de corrientes que viajan de un lugar a otro con volúmenes y temperaturas diferentes, según el tema y el momento.

Dios me libre de buscar trascendencia con la broma de las gafas, y la luz no me abandone a la hora de tomarme a mí mismo relativamente en serio -o relativamente en broma- con la cálida complicidad de quienes habéis entendido perfectamente de qué iba la cosa. Insisto, gracias...volveremos a jugar en este espacio LIBRE de comunicación por la red, juntos -que de eso se trata- y hasta revueltos si es menester.

Leo todos los comentarios y me congratulo también del de Enric que amablemente corrige mi sintaxis (acentúas, por cierto, una mancha menor: vuelve a leer, hay cosas más graves escritas). Revelaré un secreto: solté a la red sin red el artículo de marras -el de las gafas- y sólo al leerlo ya en el aire me di cuenta del error. Simplemente no había repasado ni una vez lo escrito, por eso salió lo que salió ....y sabes Enric que a veces estas cosas pasan si uno se confía demasiado en la memoria.

En todo caso te agradezco inmensamente la amable reprimenda. Ojalá supieramos leer siempre los que escribimos con ojo atento y receptivo las correcciones que lector y oyente deciden hacer.

...et voilá!!!

Ante la penosa campaña que contra mi última adquisición en los USA ha provocado por parte de personas con tan escaso criterio estético como Fernando Ramos o Mario Caballero...o incluso los de "la feria...", procedo a colocar en el blog mis nuevas gafas de leer con el fin de someterlas a la consideración general.

Estoy seguro que en el futuro podremos abrir debates o polémicas más enjundiosas aunque sean menos trascendentes...

Verdad de la buena

Después de casi 30 años en la radio estoy empezando a entender dónde está su magia. Durante mucho tiempo creí que era la posibilidad de contacto inmediato con las noticias, o el escuchar los testimonios en primera persona, o su carácter de electrodoméstico de compañia. Hice información convencido del grandísimo valor de su inmediatez y de la inteligente aplicación que hacía -y hace, claro- de las nuevas tecnologías. Y busqué testimonos convencido de que la ausencia de filtros humanos entre quien emite en directo y escucha en el momento es la grandeza de este medio universal.

Pero resulta que no. Que no es sólo eso.

Esta mañana he salido del programa -a las doce recojo los bártulos: carpetas, hojas, agenda, diccionario...las gafas de colores que horrorizan a Fernando Ramos y el último disco que acabamos de escuchar- con la sensación de que nos habíamos acercado a nuestro objetivo, o sea, contar lo que había con todos sus datos y emociones. Regresaba a la redacción con algo parecido a la satisfacción del deber cumplido tras seis horas de programa número 325 en directo. Y al compartir algunos minutos después con los compañeros -siempre nos reunimos tras el programa para comentar cómo ha ido y preparar los siguientes- el repaso de situación, caí en la cuenta: es que hoy el programa ha sido Verdad.

No es que otros días no lo sea, no. Siempre buscamos eso que el maestro Iñaki Gabilondo llama "temperatura" en radio, que no es otra cosa que la capacidad de llegar al oyente y que éste sienta que puede también llegar a tí. Y en esa búsqueda nos dejamos la piel. Pero hay días en que el esfuerzo y la casualidad se aunan, reman en la misma direccion, y con un poco de viento a favor la navegación te sale redonda.

¿Qué ha pasado hoy?...pues que un actor, Fernando Guillén, ha confesado su vuelta a la infancia con su nuevo trabajo en la última de James Bond; un músico, compañero y productor musical, Jota Mayúscula, ha venido con músicas evocadoras de una relación recién rota que también ha contado en antena; que Fernando Ramos ha traído hoy a su sección unos pasajes de un encuentro-desencuentro entre Gala y Peñafiel digno de museo de los horrores audiovisuales, que hemos escuchado a una concejala de un municipio canario que no había registrado ninguna subvención a una empresa llamada ONG, o que un líder sindical convencido de la necesidad de su batalla, confrontaba puntos de vista con un profesor universitario y un periodista que fue jefe de prensa de Economía. O incluso que dos directores de instituto con visiones diferentes del compromiso de educar explicaban la importancia de pensar primero en los chicos y el valor de la confianza que en ellos depositan sus padres. Y podría contar más: las llamadas de los oyentes, el récor de la ensaimada de mallorca, o la estrella michelín para Sergi Arola...Tanta vida...TANTA VERDAD.

Nada de lo oído ha sido impostado, ninguna persona ha ofrecido la más mínima pista de que trataba de engañarnos...se notaba que aquello -voces, testimonios, emociones- salían por la radio sin escudo. Y ese es su valor, el que objetivamente tiene y el que hay que darle a la radio. Todo lo demás son añadidos, si quieren hasta refuerzos de ese carácter que la hace única, incuestionable y absolutamente irreemplazable: que es verdad, porque puede ser verdad

No deberían las radios venderse en las tiendas de electrodomésticos...habría que dispensarlas en centros de salud o adquirirse en farmacias y herbolarios.

Aquí again

Me traigo la estela de una vivencia singular...y creo que necesaria pese a que observo algunas críticas al "despliegue" de Radio Nacional (leer comentarios ...gracias, Maritxu).

Singular, porque era evidente que estábamos en el lugar adecuado en el momento adecuado: Washington cuando un negro hijo de inmigrantes llega a la presidencia de los Estados Unidos. Y necesaria porque si esto es radio de servicio hay que contar las cosas de primera mano, no por agencias ni a través de la tele. Cualquiera que conozca mínimamente este oficio, o simplemente un observador avispado, consideraría ocioso tener que explicar aquí la diferencia entre contar una noticia desde el lugar en que se produce o desde tu ordenador en la redacción.

Dicho esto, para aclaración de algunos celosos del dinero público, añadiré que el "despliegue" de Radio Nacional, ha sido de todo menos excesivo. NO se puede contar mejor ni más con menos gente...eso sí, gente solvente, profesional, convencida y currante, muy currante. No llegábamos a la media docena..pero con ganas.

Y ahora, vuelta al tajo, al gozo cotidiano del encuentro de seis horas seguidas con los oyentes de la radio. Porque sigue siendo un placer hablar desde aquí para quien quiera escuchar. Y volver a tener alrededor a gente como Araceli, Willy, Carlos, Fernando, Miguel, Miguel Angel, Laura, Dori, Sandra, Maribel, Arturo, Nico, Yagoba, L.Alonso, Meritxell, María...Raul, Juan Carlos, Jose, Noemí (¿me dejo alguien?), la gente que cada día trabajamos, junto a Informativos y las emisoras de RNE en hacer En Dias Como Hoy.

Mañana recuperamos encuentro. Y ese compromiso de iros contando cómo se cocina cada mañana esta cosa tan querida para nosotros como En Dias Como Hoy...en el futuro EDCH

Y tengo que contar lo de la historia

Y tengo que contar lo de la Historia. Porque este “blog” quiere ser un espacio que abra lo que habitualmente está cerrado. Estoy pensando incluso llamarle algo así como “a micro abierto”, en tanto lo que quiero aquí contar, cuando nos bajemos de esta Noticia que hemos tenido el privilego de cubrir aquí en los Estados Unidos, es lo que hay tras el micro en la cocina de un programa como En Dias Como Hoy –a partir de ahora EDCH-. Y hay mucho, os aseguro (puedo tutear, ¿verdad?).

Llegamos aquí el domingo y, sabido es ya, el primer impacto fueron ánimos ante estas elecciones. La víspera de la jornada del 4 de noviembre pudimos ver y escuchar a Obama en su último mitin antes de votar. Era una especie de hipódromo en Manassas, Virginia, donde acudió en un giro final de campaña, habilísimo y muy rentable para el candidato-presidente porque finalmente arrebató el poder a los republicanos en ese estado.

El ambiente es de fiesta, más parecido a un concierto de rock que a un mitin político. Toman la palabra antes que Obama dos de los candidatos al congreso y al senado. Me sorprende su brevedad: razonable marketing político. Sin solución de continuidad sale Obama. Está a cierta distancia, así que apenas le veo…pero se escucha perfectamente y, sobre todo, se siente el latido de la ilusión del público que le escucha, de las decenas de miles de norteamericanos –muchos jóvenes, muchos negros- que le escuchan en increíble silencio, sólo roto a golpes de corazón con el ya conocido grito de “yes we can”.

Estamos a una hora de Washington y tengo que regresar con urgencia a la delegación porque hay que entrar en directo. A toda prisa Magín Revillo, delegado de RNE aquí, Nuria Sans, jefa de Inernacional, mi querido y admirado Rafa Bermejo, editor de 24 horas y los compañeros técnicos -¿habrán dormido algo estos días en que tenían que “transmitir” todos y cada uno de los programas que hemos hecho desde aquí?- Luis Montero y Alfonso Saiz cubrimos la milla que hay entre el hipódromo y la carretera donde hemos dejado el coche.

Cinco minutos antes de las señales horarias de las seis de la mañana me siento en el estudio improvisado de la Avenida Wisconsin…la otra Casablanca. Empezamos. Me falla la concentración porque todavía estoy en el mitin, todavía no me he ido de ese lugar de Virginia en el que he podido percibir el ánimo y la necesidad de victoria de miles de personas. Consigo poco a poco irme metiendo en el programa –hay que hacerlo, ahí estais vosotros- pero no me despego de la impresión de que las urnas van a hacer Historia. Y no me falla la intuición.

Obama no ha vencido, ha arrasado, y lo que tiene ahora por delante es el diamante en bruto de la ilusión de más de cincuenta millones de personas. Al día siguiente hacemos desde Wisconsin Avenue y Madrid una programación excepcional –en todos los sentidos- con más de doce horas en directo con Rafa Bermejo, un espectáculo no sólo escucharle, también verle dirigir desde el micrófono, y un especial EDCH que arranca una hora antes. Invitados, algún público amigo y la noche cayendo despacio y corriendo deprisa, es larga pero pasan muchísimas cosas que contamos en directo. Desde Washington se ve el cambio y nosotros podemos contarlo.

Vuelvo a Madrid felizmente contaminado por la gratísima, inolvidable experiencia de vivir lo contado y saber que lo contaré siempre como personal vivencia de la Historia. Vamos, que ha sido inmenso. Como si el Atleti hubiera ganado la liga…o más incluso. Por cierto, un día de estos hablamos de los ladrones en Inglaterra de trenes o de partidos. Pero eso es otra Historia…otra historia.

NOW, YOU HAVE TO DO IT

Interrumpo este recién iniciado diálogo electrónico durante un día, arrollado por la emoción de contar la Historia en directo y casi en primer persona. Llegué aquí escuchando confesiones de esperanza.

El día después de que se sustanciara la feliz expectativa, de que las urnas más que hablar clamaran, contemplo el amanecer washingtoniano a dos metros de la piedra sobre la que Martin L. King pronunció aquel "I Have a Dream": cuarenta años después un ciudadano de su misma raza sublima ese sueño ascendiendo a la Casa Blanca.

Junto al monumento a Lincoln, con el obelisco partiendo un horizonte cercano, observo cómo se encienden esas primeras luces del día después del primer martes tras el primer lunes de noviembre que elevó a la Casa Blanca al hijo de un inmigrante africano. La ciudad empieza a moverse.

NO hay rastro de la euforia que estalló anoche cerca de donde me encuentro. Empieza un día normal. En la mente de todos está el porvenir de cambio que han elegido, pero hoy ya hay que ponerse a la tarea. Amanece en la costa este de los USA. Taylor, un vigilante negro del monumento a Lincoln me dice: "necesitábamos un cambio, no podíamos seguir igual". Barak Obama lo consiguió, "yes, we can"...now, you have to do it, man

Estreno en Washington

Se me ha ocurrido que este no es mal sitio para estrenarse. Por fin me atrevo a abrir este blog "a micrófono cerrado" y no me parece mal lugar y mala razón este Washington otoñal en el que hoy se está eligiendo presidente.

Acabo de visitar un curioso local llamado Don Pollo en la Avenida Wisconsin, muy cerca de una de las dos Casas Blancas por excelencia aquí: la del número 6300 de Wisconsin, corresponsalía de Radio Nacional (la otra está en el 16000 de Pensylvania y allí vivirá Obama o McCain a partir de enero próximo).

Es Don Pollo un local de propiedad peruana, regentado por un boliviano, con cajera venezolana, cocineros mejicanos y clientela mayoritariamente castellanohablante. La música ambiente es bachata dominicana. O sea, aquí estamos todos.

Y aquí está Obama. Todos los clientes y "staff" con quienes hablo votan por el cambio de Obama. "Ojalá lo consiga"... Pero lo dicen sin convicción, como se dicen las cosas cuando se ha tenido más de una decepción. "Ojalá lo consiga"... Me dice también un inusualmente amable guardia de fronteras en Chicago la víspera. Y lo hace casi de la misma manera. Como si los partidarios del cambio no se creyeran que lo tienen cerca. Como si la fuerza del destino -en negativo- fuera superior a las luces de las encuestas.

En días como hoy veremos. Pero creo que si gana Obama la alegría de sus votantes más pesimistas será el doble. O más. Porque siguen sin creerselo. Ni en Don Pollo ni en su Chicago.

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