Gracias Colombia
"Vivir para contarlo", la frase va camino de convertirse en el lema de España Directo. Hemos viajado hasta Colombia para conocer de primera mano cómo invierte una ONG sobre el terreno los recursos que llegan desde España. Todavía con el maravilloso sabor que nos ha dejado la experiencia, nos disponemos hoy mismo a emprender una nueva aventura. Nos vamos hasta A Coruña para apoyar la candidatura de La Torre de Hércules a Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. La Torre de Hércules es el faro más antiguo del mundo en activo. Cuenta la leyenda que su luz nunca se apaga y que su espejo sirve para reflejar las naves que se aproximan por el mar. El mismo haz de luz que ha guiado desde hace siglos a navegantes procedentes de medio mundo nos invita ahora a conocer y "vivir" cada uno de sus rincones "para contarlo"... para contártelo". No faltéis a nuestra cita este viernes. Tampoco os perdáis las sorpresas que estamos preparando para hoy mismo (conoceremos los últimos avances en la lucha contra el Sida, visitaremos Alimentaria y haremos una primera aproximación a la Semana Santa) y, por supuesto, no dejéis de leer los apuntes del cuaderno de viaje de Chema a Colombia....
Diario desde Colombia: Último capítulo, el regreso
Cuando una persona acumula tantas vivencias en tan corto espacio de tiempo necesita tiempo para "digerirlas"; para asumir que el mundo tienes muchos colores, matices, sabores...Y que estos sabores no siempre tienen por qué ser dulces, sino que también pueden ser amargos, muy amargos. Eso es lo que me ha pasado a mí en este viaje que he hecho a Colombia y que he intentado trasmitir de la mejor manera posible para todos vosotros.
Los indígenas que me he encontrado se han mostrado a mí tal y como son, con las puertas de su corazón abiertas de par en par. Dispuestos a enseñar al mundo sus vidas y sus realidades. Ansiosos de que sepamos sus dramas y su futuro incierto. Pero también deseosas de que seamos conscientes de su fortaleza y de sus ganas de tirar para adelante.
No os podéis imaginar cómo a estas personas de tradiciones milenarias se les abrían los ojos cuando les contaba que llegaba de España para escucharles, para intentar que la radio pública española hiciera de altavoz de sus demandas y de pozo de sus tristezas.
Los kankuamos, arhuacos, koguis, wiwas y wayús me han metido en sus chozas, me han dado de comer, incluso me han querido "adoptar". Toda una cascada de amabilidad que se ha mezclado con historias de sangre, fuego y muerte.
Son ellos las principales víctimas del conflicto colombiano, quienes siempre se han encontrado entre tres fuegos: el de la guerrilla de las FARC, el de los paramilitares y el del Ejército.
Los "indios", como ellos mismos se llaman, reclaman un futuro mejor en el que se respeten sus tradiciones y en el que dejen atrás los tiempos en los que los paramilitares les cortaban los labios antes de matarles para que los cadáveres simulasen que se estaban riendo.
Los pueblos del "Corazón del Mundo", como ellos llaman a la Sierra Nevada de Santa Marta, nos apelan a todos nosotros para que les ayudemos. A falta de un Estado colombiano que no quiere o no sabe llegar bien a todos los puntos de su territorio, hay ONG que suplen ese vacío, que cubren ese doloroso hueco que no llenan las administraciones públicas. Son muchas las que trabajan en Colombia, pero yo os puedo hablar, y muy bien, de una: Acción contra el Hambre (ACH).
No pretendo hacer publicidad gratuita, sólo os quiero contar lo que he visto y cómo he comprobado que el dinero de las donaciones llega a su destino. Cuando en el poblado indígena más remoto del país, en el que no hay ningún servicio básico , compruebas que la única escuela que hay la ha construido ACH, que las últimas semillas las ha llevado ACH y que las hamacas (o chinchorros) en las que duermen los aborígenes también provienen de esta ONG compruebas que es cierto. Que por encima de los escándalos "intervidas" o de cualquier otra clase, hay gente que trabaja duro para atender a quienes no tienen nada, a quienes un día tuvieron que abandonar sus casa a toda prisa por temor a una muerte segura.
Cuando observas cómo trabajan sobre el terreno Sergio, Margareth, Camilo o Pacho, te das cuenta de que no puede ser de otra forma: que el dinero llega.
A todos os quiero daros las gracias por haber abierto vuestros oídos a las demandas de estas personas. Y si a algunos les ha servido como revulsivo para donar, pues las gracias son por duplicado. Pero ahora, cuando ya estoy en Madrid, en mi país, no quiero dejar de agradecer a todos los que he tenido el placer de conocer en Colombia: a Alejandro, Mayra, don Jorge, Diana, Sergio, Margareth, Camilo, Pacho, Aliki, etc. Y por supuesto a todos los campesinos e indígenas: a Delma, Marcelino, Gloria, Carmen, Pedro...A todos GRACIAS de corazón.
Ha sido un placer conoceros y trasmitir lo mejor que he podido vuestras vidas y vuestro trabajo.
¡Ah!, por cierto, no me despido sin dar el teléfono de Acción contra el Hambre:
902 100 822
Reparto de semillas en la comunidad kankuama de Murillos.
Niños, hijos de campesinos, en la comunidad de Tembladera. La escuela y los materiales los ha aportado ACH.
Madre e hija kankuamas.
Comunidad wiwa a los pies de la Sierra Nevada de Santa Marta.
Los "mamos" o autoridades espirituales.
Madre e hija de la etnia wayú.
Mujer wayú
Rodeado de niños de la comunidad de Tembladera.