Días de sol
Está demostrado que cuando sale el sol, el optimismo hace que los bolsillos vayan más ligeros. Es decir, que al viandante le apetezca más comprar y gastar dinero. No es solo una impresión, también es un hecho que los negocios cuando el cielo amanece claro y diáfano también sienten la llamada de la selva y notan que la sangre les arde. Empiezan a llenarse calles y terrazas. Nos resulta más fácil ser dadivosos, hasta despilfarradores. Hoy es uno de esos jueves en los que el ambiente está de viernes, en los que estamos más predispuestos a la sonrisa… Confiemos en que no sea sólo un espejismo, pasajero y mentira. No sé si alguno de vosotros ha oído hablar de los serenos. Fieles guardianes de las noches, de secretos y de llaves. Gritaban aquello de “¡Sereno, gotitas!” y más de uno, seguro, tiene historias que bien podrían ser argumento de eternas novelas. Los serenos no están pegados al pasado, ahora se renueva su imagen y se ocupan de acompañarte al cajero, si así lo necesitas, y de protegerte. Saben de normativa municipal y de primeros auxilios. Ha pasado el tiempo, ahora es un reclamo para sacar del paro a mayores de 45 años y ya casi ninguno lo hace por vocación. Entre otras cosas porque es difícil tener vocación de algo que no se conoce. Están en Murcia, su Ayuntamiento ya tiene en plantilla a más de 60. Dicho sea de paso, por lo visto no cobran todo lo bien que querrían, tampoco cuando querrían. Así es la vida. Con el sol fuera, también los serenos tendrán más trabajo, aunque a estas horas (14 h.) puede que estén durmiendo.
P.D. Mañana le tengo que dedicar el blog a un gran anfitrión, que ayer nos recibió en su casa.