Títulos de papel... o el papel de un título
Por Noemí Martínez
“Titulitis: dícese del afán por obtener diplomas, sea cual sea su contenido, intentando demostrar conocimientos que pueden o no tenerse, pero que siempre quedarán aparentes enmarcados en la pared de un despacho”. Esta podría ser la definición de un “mal” que se ha padecido mucho, aunque ahora, al descubrir la ingratitud del mercado laboral ante tanto papelito, parece no estar tan extendida (se admiten correcciones). Y me ha venido a la cabeza pensando en uno de los temas que tratamos hoy en el programa: la futura sustitución del diploma de toda la vida por un título electrónico, más cómodo, más barato, más seguro… pero que no se puede colgar en la pared, intuimos.
Pensemos en el "gran papel", el de una licenciatura, un máster (o sus equivalentes en Bolonia). Estudias durante años y vas a recoger tu título a la Facultad. Después de haberte dejado el sueldo que no tienes –estás estudiando, se supone- en centenares de “créditos” (grupos de horas de clase, y no deja de ser irónico que los llamen así), el papel que resume ese periodo te vuelve a rascar el bolsillo: bastante más de 100 euros, recordamos por aquí… Y el título, si no lo cuelgas –que es lo más normal si no tienes “titulitis”-, acaba en un cajón del que sólo sale para hacer la fotocopia compulsada que te pedirán alguna vez en tu vida… y por la que también te cobrarán, por supuesto. Ahora dicen que está en camino el título electrónico: apenas 10 euros de coste, comodidad para archivarlo y la seguridad de que no ha sido falsificado. Hoy conoceremos sus características, aunque dudamos de que sea vacuna eficaz contra esa rara afección que todavía hace estragos por las paredes…
gatito dijo
Vaya tienes razón Noemi, pero a mi no me gusta nada la censura.Que tengas un buen día.
21 jul 2011