Adiós
Cuando un programa arranca, cuando una relación empieza, pocas veces se piensa en el final como algo inevitable. También es cierto que no podemos vivir pensando en qué es para siempre y qué es lo que tiene fecha de caducidad. Os escribo para saludaros, lo primero. Hace muchos meses que no tenemos noticias unos de otros, ¿verdad? Os aseguro que me hubiera gustado sentarme con cada uno de vosotros a tomar algo, para daros las gracias por vuestra perseverancia y atención, por vuestra preocupación. Sinceramente sois como una familia para mí. Me toca deciros hola y adiós. Pero me gustaría que estas últimas palabras sonaran como un "hasta luego". Ha sido por fuerza mayor que me apartara este tiempo del micrófono. Ahora que todo está bien os comunico que España Directo RNE no estará en antena en septiembre. Más bien dejará de estarlo un poco antes. Nos vamos, se acaba, termina. Adiós. Os aseguro que por causas ajenas a este equipo. Es el momento, por lo tanto, de irnos con dignidad. Es decir, dando besos y abrazos a los amigos, agradeciendo con el corazón en la mano cada minuto compartido y dedicado, recordando tantas y tantas historias en escenarios de todo tipo, que va a ser difícil encontrar álbum de fotos para guardar todas y tan variadas instantáneas. Ha sido un placer inmenso compartir veladas durante estos seis años. Un placer de los de comentar con la sonrisa en la boca, porque echamos la llave con la certeza de haberlo dado todo.
En el remite de esta carta voy yo, Mamen Asencio Ortiz. En el destinatario, -además de oyentes, amigos, entrevistados, colaboradores, etc, etc, etc-, vais vosotros, equipo, compañeros de fatiga. Me vais a permitir que no cite nombres y apellidos. En seis temporadas hemos hecho piña unos cuantos. A todos os digo que espero que tengáis la misma sensación que tengo yo, que hay huellas que son imborrables -sé que es así-. Ojalá el camino nos vuelva a reunir. Ojalá, allá donde vayamos, podamos seguir ayudando en la medida en que nuestra responsabilidad nos lo permita.
Toca buscar nuevo destino, volverse a llenar, dejarse llevar por la pasión, la ilusión y el afán periodístico. Y, sobre todo, toca tener muy presente que en este trabajo siempre somos dos: el que narra y el que escucha. Y a este último se lo debemos todo. Por él, no hay duda, regresaremos.
PD. Con muchos ya he hablado. Me reitero, ya sabéis lo que opino de la labor realizada. Chicos, sois los mejores. Nos vemos pronto!